Alojamientos muy originales que puedes encontrar en Málaga

Es el caso, por ejemplo, del hotel Los Caracoles, en la comarca de la Axarquía. Este establecimiento, como su propio nombre adelanta, tiene habitaciones con la forma de estos moluscos terrestres. Así, quienes se hospedan en ellas se encuentran dentro de un tipo de bungalow muy original, cuyo diseño recuerda ineludiblemente a los que en su día hacía el arquitecto Gaudí. Este hotel rural, situado en la carretera que une a Torrox y Frigiliana, disfruta de una de las mejores vistas panorámicas de la Axarquía se ve el Mediterráneo y la montaña al mismo tiempo.

También muy original y mucho más reciente es la propuesta de 'glamping' surgida hace menos de dos años en el Valle del Guadiaro. En concreto, se trata de Villa Sandía, un concepto muy diferente de alojamiento que da un paso más allá de un camping tradicional. Aprovechando unos recipientes de hormigón que antaño servían para almacenar vino, Candela Luque, propietaria de esta empresa, decidió convertirlos en alojamientos. Para ello, por fuera se pintaron como si fueran sandías y pepinos gigantes, lo que ha cautivado ya a cientos de huéspedes.

Además de estas propuestas innovadoras, hay también otras que aprovechan algunos edificios antiguos y muy emblemáticos como hospedaje. Así ocurre con el antigua cuartel de la Guardia Civil de los Acantilados de Maro que hoy está dividido en dos casas rurales, El Delfín y El Velero. Aunque no quedan muchos vestigios de su anterior uso, sí queda un emplazamiento idílico frente a la costa más abrupta de la provincia de Málaga.

En la provincia de Málaga también se han aprovechado antiguos conventos como establecimientos hoteleros. Entre ellos, el más lujoso es el de La Magdalena, uno de los pocos cinco estrellas que se pueden encontrar en el interior de la provincia. El origen del edificio se sitúa en el siglo XVI, cuando se construyó como convento. A pesar de haber sido restaurado, el edificio sigue conservando buena parte sus estructuras y una atmósfera muy especial que invitan a la desconexión gracias, entre otras cosas, al sosiego que se respira en este enclave del término municipal de Antequera. Entre otros alicientes, se encuentra su espacio más relajante, la zona de spa, que está equipada con piscina interior climatizada, cabinas de masajes, sauna, baño turco, jacuzzi y solárium.

Aunque hoy también hace una función de centro educativo público, también tuvo un uso religioso en la misma centuria que el anterior el Hotel Escuela Santo Domingo de Archidona. Eso sí, en este caso, el alojamiento hay que hacerlo bajo petición en su propia web, ya que sólo está disponible si hay alumnado en esa época del año.

También es posible alojarse en antiguas almazaras. Donde antaño se molían las aceitunas e incluso otros productos del campo, como el trigo, hoy es posible pernoctar. Es el caso de los hoteles Molino del Abuelo (Comares) o La Fructuosa (Gaucín), entre otras opciones. No muy lejos de este último, en Jimera de Líbar se encuentra la casa rural El Molino de Panadero, con un nombre que describe el principal uso que tuvo en su pasado.

A ellos hay que unir posibles alojamientos en bodegas que funcionan hoy en día, como las exclusivas cuatro suites que ofrece en Ronda Doña Felisa, una de las empresas del sector del vino más prestigiosas de la provincia de Málaga. En la ciudad del Tajo, famosa por sus bodegas, también hay otras opciones para alojarse entre viñedos, como el Hotel Bodega El Juncal. Además de este tipo de alojamientos, hay casas rurales como el Cortijo La Bodega, en Benaoján, que sirvió antaño para hacer vinos.

Mucho más original es la propuesta que este verano espera ver la luz definitivamente en Málaga. Concretamente, en la finca donde se encuentra la emblemática Bodega Antigua Casa de Guardia, se espera poner en servicio durante las próximas semanas barricas de madera que serán alojamientos muy originales, sobre todo para los apasionados del vino. Esta opción estará muy cerca de la barriada malagueña de Olías.

Llamativa también es la propuesta del hotel Casa Consistorial de Fuengirola, que fue la sede del primer ayuntamiento de esta localidad de la Costa del Sol. El edificio original es del siglo XIX, pero se remodeló y adaptó para uso como alojamiento de lujo en 2013. El resultado es tan original como confortable.

Además de almazaras y bodegas, otras opciones originales están en antiguos cortijos que se han rehabilitado como casas o complejos rurales. Entre ellos, están algunos con varias décadas de historia, como Montepaloma (Archidona), Antiguo Cortijo de Montero (Campillos), El Puntal (Teba), Pulgarín Bajo (Alfarnatejo), Finca Eslava (Antequera), La Samiaja (Archidona) o Las Monjas (Periana), entre otros.

También hay antiguas posadas que se han recuperado para su uso hotelero. Entre ellas, se encuentra la Antigua Venta San Antonio, que está en el término municipal de Casarabonela, pero a tan sólo unos metros de la A-357, entre los términos municipales de Pizarra y Carratraca. En concreto, el establecimiento, que también cuenta con un restaurante, está situado junto al arroyo de las Cañas. El origen de ese alojamiento turístico, que hoy pertenece al grupo de restauración Casa Paco, podría estar entre los siglos XVI y XVII, cuando era un lugar de parada de diligencias y viajeros entre Málaga y el interior de Andalucía.

Entre los lugares para hospedarse más singulares de la provincia también se pueden incluir algunas casas solariegas o incluso palacios. Entre los más conocidos están la Casa Grande de Alpandeire, el Palacete de Mañara (Montejaque), Coso Viejo (Antequera), Casa Veracruz (Estepona), Palacio San Gabriel (Ronda), Apartamentos Palacete Marqués de la Vega (Antequera) y la Casa Grande de El Burgo. Entre estos últimos, hay incluso opciones en Málaga capital, con los hoteles Palacete de Álamos y Palacio Solecio, ambos en el centro histórico.

Otros alojamientos que no pasan desapercibidos son la Casa Cueva El Naranjo y el complejo La Garganta, ambos en El Chorro (Álora). El primero de ellos tiene como paredes las propias de una cavidad, mientras que el segundo, muy conocido en el interior de Málaga, albergó hace un siglo la antigua fábrica de harinas Santa Mariana.