Sitios que no son lo que parecen en Málaga

En algunos casos, hay leyendas, el paso del tiempo o una malinterpretación en cierto contexto histórico los motivos que hacen que hoy haya algunos lugares o incluso construcciones de la provincia de Málaga que no son lo que parecen. En casi todos los casos se suele aclarar hoy el presunto error y se explica el origen de éste. Algunos de ellos son monumentos históricos o enclaves de cierto valor natural o paisajístico. Éstos son algunos de los más conocidos.

Las paredes del monumento natural de las Buitreras del Guadiaro están unidas por una construcción. Hoy parece un puente y, de hecho, ejerce como tal, pero realmente fue construido con otro fin. Construido en 1918 a unos 60 metros de altura, se creó como parte de una conducción para llevar agua hasta la central eléctrica situada en la barriada de El Colmenar. Realmente, sería, por tanto, más un acueducto que un puente. Además, parece ser que fue una obra de ingeniería belga. Eso sí, el resto de su denominación de 'los Alemanes' aludiría a la propiedad de la empresa, que en aquella época recaía en capital germano.

No cabe duda de que hoy es uno de los mejores miradores litorales de Andalucía. Inmortalizado por la serie 'Verano Azul' y con ilustres visitas históricas, como la del rey Alfonso XII, en ocasiones se olvida que realmente este espacio ocupado hoy por el mirador fue en realidad una valiosa fortaleza de origen árabe. Ésta, por su gran valor estratégico fue remodelada en el siglo XVIII, y dotada incluso de cañones, para proteger el litoral de posibles ataques costeros. Su final como bastión defensivo llegó durante la Guerra de la Independencia. Fueron los aliados ingleses los que destruyeron el castillo para evitar que los franceses lo usaran. En 1885, Alfonso XII visitó este bastión elevado del litoral nerjeño y, parece ser, que lo bautizó con su actual denominación, el 'Balcón de Europa'. Lo que durante siglos fue un lugar estratégico de gran valor hoy es un mirador con una espectacular panorámica de la costa oriental de Málaga.

En lo alto de la sierra de Gribralmora, se encuentra uno de los iconos del Valle del Guadalhorce. A pesar de que los pizarreños denominan a esta imagen como El Santo, en realidad se trata de una imagen de un Sagrado Corazón de Jesús y, por tanto, representa a un cristo. El pasado 28 de febrero se cumplieron 25 años de la instalación allí de esa imagen, que, eso sí, tenía un precedente. En concreto, fueron los Condes de Puerto Hermoso, quienes mandaron a colocar allí un Sagrado Corazón hace más de un siglo. Esta imagen, sin embargo, fue destruida en 1936, durante la Guerra Civil. En su lugar, se colocó una cruz de madera, que fue destruida por un rayo. En muchas publicaciones, se alude a que la imagen representa a un Sagrado Corazón, pero la realidad es que en Pizarra se la conoce más popularmente como El Santo.

Casi en frente del Ayuntamiento de Canillas de Aceituno y el busto que rinde homenaje al cantaor local Antonio de Canillas, se encuentra un edificio que recuerda ineludiblemente al antiguo Al-Ándalus. De hecho, durante muchos años se conoció como la Casa de la Reina Mora. E incluso se justificaba con lo que no era más que una leyenda. Su verdadero nombre es la Casa de los Diezmos. Y, aunque tenga rasgos mudéjares, parece que su cometido no fue el de albergar a una princesa o reina andalusí sino que era el lugar donde pagan los impuestos o diezmos al marquesado de Comares, que fue durante muchos años propietario de estas tierras. Eso sí, hoy no se puede dudar del pasado árabe de Canillas de Aceituno, que cuenta con vestigios de la época, como un aljibe o el propio trazado angosto y empinado de su casco antiguo.

En este pueblo de la Axarquía se encuentra este singular camposanto que, pese a su denominación, no es circular sino octogonal. De hecho, esa forma de polígono puede tener relación con la torre campanario de la iglesia, que también consta de ocho lados, y, en última instancia, con una posible relación con la masonería, tal y como se defiende recientemente. No en vano, se pueden encontrar otros signos masones en el interior del recinto funerario hoy.

La pasarela más famosa y vertiginosa de Andalucía debe su nombre al rey Alfonso XIII, si bien no se construyó para que éste hiciese el recorrido ni el monarca llegó a transitarlo al completo. En realidad, el Borbón anduvo sólo por la primera parte de lo que hasta ese día se conocía como los 'Balconcillos de los Gaitanes'. En concreto, hizo el recorrido desde el primer cañón hasta el conocido como el puentecillo de la Cueva del Toro. Es decir, ni siquiera hizo la mitad de lo que hoy se conoce como Caminito del Rey. No llegó a ver así la parte más espectacular, la del último cañón. Además, cabe recordar que el origen de esta pasarela se debe a la necesidad de los operarios de la central hidroeléctrica de transitar por allí para acometer este gran proyecto.

No hubo personajes mitológicos en Antequera que dieran nombre al principal de arco de entrada hoy a su alcazaba. Ni siquiera individuos de un tamaño superior a lo habitual. El nombre de esta puerta se debe a una obra posterior al recinto andalusí (finales del siglo XVI). Entonces, ¿por qué se llama hoy Arco de los Gigantes? Porque en su origen tuvo una estatua romana con la representación de Hércules, que se perdió en el siglo XIX, pero se recuperó en 1984. Esto, unido a su envergadura, hizo que se conociese con su actual denominación.

En este inmueble de origen nazarí del centro histórico de Ronda ocurre algo similar al caso anterior del Arco de los Gigantes. Como era de imaginar, no hubo ningún otro personaje de grandes dimensiones que habitara este edificio sino que debe su nombre a unas imágenes encontradas en su interior. En su día fueron dos relieves de piedra de gran tamaño, que presuntamente eran de origen fenicio. De ellos, hoy sólo queda uno, que está expuesto en lo que fue durante los siglos XIV y XV una vivienda de una familia acomodada de la época andalusí.

Aunque hoy se conoce con un nombre que describe lo máximo posible su realidad, hay que aclarar que esta atalaya situada en el camino histórico que une a El Burgo con Ronda fue, en realidad, sólo parte de una gran fortaleza hoy desaparecida, el castillo de Lys. Eso sí, hoy es prácticamente su único vestigio visible. En su día, dada su ubicación, este recinto amurallado jugó un gran valor estratégico.

Aunque hasta el trágico suceso de Julen, este enclave de Totalán no fuera muy conocido, sí se sabía la existencia de valiosos yacimientos arqueológicos. Para muchos vecinos de esta localidad, eso sí, lo más habitual era denominarlo como la 'Tumba del Moro'. No les falta razón en cuanto al origen funerario del enclave, si bien estos restos son mucho más antiguos de lo que se parece indicar con ese nombre. En concreto, se trata de un dolmen construido hace unos seis mil años. Hoy es más habitual y, por supuesto, correcto, llamarlo Dolmen de Cerro Corona.

En el paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes se puede subir y bajar hoy por unos singulares peldaños excavados en la piedra, pero éstos no son ni mucho menos tan antiguos como se indica en su denominación actual, las Escaleras Árabes. No hay ninguna constancia histórica ni mucho menos arqueológica que este enclave fuera consturido durante el antiguo Al-Ándalus. Hasta ahora de este conjunto, que suma unos doscientos peldaños, sólo ha trascendido que se conoce con ese nombre desde principios del siglo pasado. Esta zona, con un abrupto cortante calizo, es muy frecuentada por aficionados a la escalada.

Muy pocos serán los que se detengan a contar el número de chorros que hay en esta emblemática construcción, que hoy es considerada como uno de los emblemas de la comarca de la Sierra Norte de Málaga. Hoy parece aceptarse que son cien los caños, como deja entender su denominación más actual. Sin embargo, parece ser que en realidad hay uno más. Así lo defienden muchos vecinos de Villanueva del Trabuco e incluso algunos visitantes que así dicen haberlo comprobado. De hecho, en algunos carteles y en distintas publicaciones se la denomina como Fuente de los 101 Caños.

También conocido como el Mausoleo del Tempranillo, hoy se acepta que en el patio aledaño de la iglesia de la Inmaculada del municipio de Alameda se encuentran los restos mortales del bandolero más famoso de Andalucía. Allí, se puede ver en una especie de tumba lo que podría ser el sitio donde fue enterrado. Sin embargo, cabe recordar que antiguamente los cementerios se ubicaban siempre junto a las parroquias, pero eso no quiere decir ni mucho menos que ése sitio en concreto fuera la tumba del Tempranillo sino simplemente un homenaje posterior que se le hizo. Sus restos, junto a la de otros muchos enterrados de aquella época, deben andar debajo del suelo.

Este monumento natural de Andalucía y rincón singular de la provincia de Málaga es uno de los lugares más conocidos de la Serranía de Ronda. Hoy se admite y se considera como el nacimiento del río Genal. Sin embargo, eso mismo se reivindica en otros sitios de su entorno. Así, en el pueblo de Júzcar también se señala que el origen de este río serrano se encuentra en su territorio. Más concretamente, en el río de la Zúa o Súa. Es más, si se mira en la cartografía actual de la zona es fácil comprobar que con el nombre de Genal el curso no comienza precisamente en este enclave de Igualeja. Es más, este importante río que desemboca en el Guadiaro se forma con la confluencia de varios arroyos, como los de los Granados Riachuelo o Algorma. A ellos se une un poco más adelante el cauce que proviene del conocido hoy como Nacimiento del Genal. En definitiva, el origen del Genal habría que buscarlo más bien en la confluencia de varios cursos de distintos pueblos y no sólo en sólo uno. Eso sí, por la espectacularidad del enclave y su fácil acceso (se encuentra a la entrada del pueblo) parece lógico que se haya aceptado como tal al Nacimiento del Genal de Igualeja.

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