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Castillos, miradores, museos e incluso lagunas salinas aguardan en una de las comarcas más variopintas de la provincia de Málaga, en el Valle del Guadalteba. Situada entre la provincia de Sevilla, la Serranía de Ronda, el Valle del Guadalhorce, la Sierra de las Nieves y la Vega de Antequera, esta zona de la provincia resulta especialmente sorprendente por su legado histórico. No en vano, ha sido durante milenios un lugar estratégico.
Resulta complicado destacar sus sitios de interés, que bien podrían ser un centenar, a tenor de sus fortalezas, iglesias, casas señoriales e incluso cañones de origen kárstico. Éstas son tan sólo algunas de las visitas obligadas en el Valle del Guadalteba.
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No es ni mucho menos lo menos conocido de la comarca, pero debería serlo. Esta carretera que une a las localidades de Carratraca con Álora es un camino histórico, que guarda relación con el pasado minero de la zona, pero que hoy espera una puesta en valor para ser un reclamo turístico. A pesar de ello, en muchos tramos de la vía hay arcenes anchos que invitan a parar y contemplar el amplio paisaje que hay desde la sierra de Alcaparaín hasta el Bajo Guadalhorce. Hoy hay quien reivindica que se habilite como carretera paisajística por todos esos atributos.
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El origen de estas termas, hoy vinculadas a un lujoso hotel de cinco estrellas, están en las aguas sulfurosas que brotan de un manantial de Carratraca. De hecho, la localidad que, antes era aldea de Casarabonela y era conocida como Puebla de Baños, se convirtió gracias a este recurso hídrico en uno de los enclaves de moda en el siglo XIX. Por sus baños pasaron personajes ilustres como la emperatriz Eugenia de Montijo, Cánovas del Castillo o Lord Byron, por citar sólo algunos. A raíz de este próspero balneario, la villa tiene un importante patrimonio que le hace merecedor de ser conjunto histórico y artístico de Andalucía.
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Esta caverna, situada en el pueblo del mismo nombre, contiene pinturas rupestres de la época solutrense (20.000 años a. C.), un importante yacimiento neolítico (3.800 años a. C.) y varios enterramientos del Calcolítico (2.700 años a. C.). Ha sido el único yacimiento arqueológico malagueño que se ha incluido dentro del Itinerario Cultural Europeo 'Caminos del Arte Rupestre'. Le sobran motivos para ello, ya que allí se pueden apreciar manos pintadas con la técnica de la aerografía y signos realizados con los dedos, presentes sólo en unos pocos yacimientos en todo el mundo. Para poder acceder hay que reservar entrada con antelación. Para informarse sobre ella, lo más recomendable es ponerse en contacto con el centro de interpretación Prehistoria en Guadalteba, situado en la entrada de Ardales.
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En el casco urbano de Ardales se erige la antigua fortaleza de la Peña, que hoy cuenta con un centro de interpretación propio. La fortaleza fue construida en el siglo IX y, al igual que Hins Canit, se alió con la causa de Bobastro. No es ni mucho menos el único castillo de Ardales, que cuenta a unos cinco kilómetros con los restos de la fortaleza del Turón, que no tiene un acceso fácil. Fue mandada a construir en el XIV. Fue tomada en 1.433 por las tropas cristianas y desde entonces quedó despoblada.
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Aunque no se conserva un recinto amurallado, hoy no cabe duda de que Bobastro fue un bastión civil y militar durante décadas. Allí tuvo su cuartel general Omar Ben Hafsun, el muladí malagueño que desafió el poder de los Omeyas entre los últimos años del siglo IX y los primeros del X. Todavía hoy queda mucho por descubrir en este enclave, que está situado en la Mesa de Villaverde, que resultó inexpugnable muchos años incluso para el poder del Califato de Córdoba, que necesitó casi medio siglo para controlar esta revuelta. En su interior, hoy se pueden ver los restos de una iglesia rupestre, que entre otros hallazgos demuestran la importancia de una rebelión que llegó a crear incluso una provincia dentro de Al-Ándalus.
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Esta vertiginosa pasarela, hoy puesta en valor para el turismo, es la mejor forma de conocer el paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes. A través de este camino, el visitante no sólo podrá obtener espectaculares imágenes de esta garganta sino también llevarse una lección de historia y de naturaleza. La singular geología de este cañón, los singulares episodios de su inauguración, el uso que tuvo o los 'ammonites' que se pueden ver en sus paredes son sólo algunos de los ejemplos. Para poder hacer este sendero, conviene comprar la entrada con antelación on line, aunque siempre pueden encontrarse algunas disponibles a primera hora de la mañana.
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A un paso del Desfiladero de los Gaitanes, se puede visitar uno de los conjuntos funerarios más importantes de la provincia de Málaga. Conocida como la necrópolis de las Aguilillas, en el camino hacia Campillos, se pueden ver hasta siete construcciones excavadas que forman cuevas artificiales. Se trata de un conjunto con más de cuatro milenios de antigüedad (Entre el Calcolítico y la Edad del Bronce). Como otras tumbas de la época, en ellas se evoca el vientre materno. Muchos años después fueron usadas como trincheras por los republicanos en la Guerra Civil. En algunas de ellas quedan todavía algunos vestigios de aquel uso bélico.
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Existe un verdadero balcón con vistas a los tres pantanos que conforman este conjunto hidrológico en torno a la cuenca del Guadalhorce y del Guadalteba. Se trata del mirador de los Tres Embalses, desde el que se alcanza a ver los tres lagos del Guadalhorce, Conde de Guadalhorce y Guadalteba. A este enclave se llega desde la carretera que une los embalses con Campillos. Tras dejar el vehículo bien estacionado cerca del cartel indicativo, hay que subir por unas escaleras para llegar hasta este balcón panorámico. Es muy recomendable ver las puestas de sol desde este punto. Además, hay una etapa de la Gran Senda de Málaga que pasa relativamente cerca de este balcón natural.
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En torno al pueblo de Campillos, en la comarca del Guadalteba, se pueden visitar varias lagunas donde se dejan ver numerosas especies ornitológicas. Aunque la estacionalidad se deja notar mucho más en estos humedales, entre el otoño y la primavera se pueden avistar, al menos que el año sea especialmente seco, desde el flamenco rosa hasta el ánade silbón o alguna gaviota reidora. Por su tamaño, la más importante es la laguna Dulce, que forma un singular conjunto natural junto a las de Capacete, Salada o de Camuñas.
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Entre la aldea de Navahermosa y el pueblo de Sierra de Yeguas, se puede encontrar una amplia y fértil vega, de la que salen los famosos espárragos de la localidad. A ellos hay que unir cebollas o ajos, entre otros productos. Así, queda un paisaje lleno de contrastes, entre estas huertas llanas y la sierra de los Caballos, de la que sale hoy el agua con la se riega en la zona. Buena parte de lo que se cultiva allí se hace en ecológico. Hay incluso una ruta de senderismo que permite conocer de cerca esta zona.
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Antes de llegar a Teba desde Campillos, se puede ver esta garganta, que es atravesada por el arroyo de la Venta. Desde su entrada se avista tanto el pueblo como el famoso castillo de La Estrella. Existe una ruta de senderismo que penetra en su interior salvando el cauce del riachuelo (suele llevar agua entre otoño y primavera). El itinerario atraviesa esta inmensa garganta kárstica que también recibe el nombre de Torró. Tiene una longitud aproximada de 800 metros. Desde el camino se puedee¡ descubrir la belleza interior de este cañón. Además, se podrán apreciar las numerosas cavidades que hay en ambas paredes. En muchas de ellas, se han encontrado valiosos yacimientos arqueológicos.
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Esta fortaleza, considerada como la segunda de mayor tamaño de la provincia de Málaga, está situada sobre el cerro de La Estrella, desde donde no sólo se divisa el pueblo de Teba sino también un vasto territorio que incluye el Valle del Guadalteba, la Vega de Antequera, la Campiña Sevillana e incluso la puerta de entrada a la Serranía de Ronda. Llegó a tener 18 torres -actualmente está íntegra la del homenaje- dentro del recinto amurallado que abarcó 25.000 metros cuadrados. Allí tuvo lugar una cruenta batalla en la que murió sir James Douglas, un noble escocés que comandaba un grupo de soldados de su país, para cumplir el deseo de su rey fallecido Robert The Bruce: Llevar su corazón hasta una cruzada. Douglas, que tiene un monolito en el pueblo, quería así cumplir el deseo del monarca escocés, que quiso en vida participar en una cruzada. Tras su fallecimiento, este noble se alió con las tropas cristianas para tomar la plaza de Teba. Todo ello se cuenta en el centro de interpretación del castillo.
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A un paso del casco urbano, a la altura del cortijo de Casablanca, merece la pena detenerse en este arroyo, conocido por tener aguas medicinales, gracias a su elevado nivel de yodo. El nacimiento está situado en el enclave conocido como Casa Blanca, a escasos metros del pueblo. Allí se puede comprobar cómo brotan a borbotones de la tierra esas aguas milagrosas, recomendadas sobre todo para patologías relacionadas con el aparato digestivo o con diversas dolencias degenerativas del sistema óseo.
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En el casco urbano de Almargen se puede visitar su museo municipal, que alberga piezas encontradas en yacimientos cercanos, como la necrópolis de cuevas artificiales de El Almirón o restos de gran valor, espadas o un icono de piedra de la Diosa de la Fecundidad, tallado en piedra hace más de tres mil años. Cada año se acercan hasta el Museo de Almargen numerosas parejas que quieren ver y tocar la piedra esculpida que simboliza la Diosa de la Fertilidad. Hay quien cree que hace honor en su nombre. Este vestigio fue encontrado hace algunas décadas por una familia local en su propiedad, quien incluso la conservó como adorno durante años sin conocer su importancia arqueológica.
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Los restos de esta fortaleza coronan el pueblo de Cañete La Real, situado a pocos kilómetros de Teba. El castillo, construido en el siglo IX, jugó un papel fundamental durante la revuelta de Bobastro, ya que fue una de las principales plazas en unirse a ésta para desafía al Califato de Córdoba. Aunque fue tomada por Alfonso XI en 1.330, volvió a ser reconquistada por los árabes, que marcaron durante muchas décadas la frontera con los cristianos en esta zona hasta que fue tomada definitivamente en 1.482, en plena decadencia del reino nazarí. En el recinto se ha recuperado parte de su estructura y se le ha dotado en el interior de una de sus torres de un centro de interpretación.
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En el corazón de Cañete la Real se puede ver un singular conjunto arquitectónico, en el que sobresalen tanto edificios civiles como religiosos. Se trata de la calle San Sebastián, donde además del templo del mismo nombre, se puede ver el convento del Santísimo Sacramento y solemnes casas señoriales de los siglos XVIII y XIX. En muy pocos metros, el visitante encontrará un paisaje urbano singular que mucho tiene que ver con el esplendor que en su día tuvo este pueblo de la comarca del Valle del Guadalteba.
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Junto al casco urbano de Cuevas del Becerro se puede ver el conocido como nacimiento del río de la Cueva, uno de los principales afluentes del Guadalteba. Bajo unos sauces se puede encontrar este manantial que sirve para regar más abajo muchas huertas cueveñas. Eso sí, lo más espectacular es verlo tras unas copiosas lluvias. Es entonces cuando el nacimiento 'rompe', como suelen decir los habitantes de esta localidad. En torno a este emblemático lugar hay habilitadas instalaciones para el disfrute y el ocio, como un parque infantil o mesas y bancos bajo una espesa arboleada. Desde allí se puede ir a pie al pueblo por un breve sendero empedrado.
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Hace ya casi un lustro que esta población cuenta con el estatus de municipio. Esta pequeña localidad está situada en un lugar estratégico dentro de la comarca, con una conexión directa con la Sierra de las Nieves (por una sinuosa carretera, eso sí). Por su ubicación, es uno de esos enclaves idóneos para la observación astronómica. Además, es con diferencia el pueblo más tranquilo de la comarca del Valle del Guadalteba. De hecho, es el menos habitado, con menos de quinientas personas censadas. Entre sus monumentos, además de la iglesia del Rosario, destaca la Fuente del Caño. Serrato también es un lugar idóneo para hacer rutas de senderismo, como las que lo unen a otros pueblos del entorno, como Arriate o Ardales.
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Este recorrido por el Valle del Guadalteba podría concluir en Cañete la Real, que es, con diferencia, el que tiene un territorio más extenso. En su parte sur, más cerca de la sierra que lo separa del valle del Turón, se pueden ver interesantes restos medievales. En concreto, allí se conservan de la época andalusí tanto un puente como una torre, en lo que hasta el pasado siglo fue uno de los mayores latifundios de la provincia de Málaga. Ambos están declarados como rincón singular de la provincia de Málaga por sus características. El puente, levantado en la etapa nazarí, es del tipo 'lomo de asno'. Por su parte, la torre que perteneció a la alquería de Ortexícar, se encuentra actualmente dentro del edificio del antiguo cortijo, que es de propiedad privada. Eso sí, la estar protegida como Bien de Interés Cultural, se puede pedir la visita a los propietarios del cortijo. En cualquier caso, desde fuera se puede ver buena parte de la torre, ya que ésta mide casi 19 metros de altura.
PRIMERA PARTE DEL RECORRIDO: Duración: 2 horas y 22 minutos; distancia: 80,2 kilómetros.
SEGUNDA PARTE DEL RECORRIDO: Duración: 1 hora y 33 minutos; distancia: 69,5 kilómetros.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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