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Es como dormir en una nube. Así lo han sentido muchos de los clientes que han practicado el llamado 'highline' en el pueblo malagueño de Comares. Desde 2016 la empresa Vive Aventura, concesionaria allí de una de las tirolinas más vertiginosas de todo el país, ofrece la posibilidad de tener una experiencia para personas sin miedo a las alturas. Consiste en pasar una hora o incluso toda una noche en una hamaca colgada del cable de esta instalación. En este caso, a más de cien metros de altura.
«Tienes la sensación de flotar en el aire o incluso de estar en una nube», asegura Ion Ionut, uno de los aventureros que no ha querido perderse la posibilidad de hacer 'highline', una de las actividades más extremas para los amantes de las alturas. Este rumano, aficionado a las vías ferratas y enamorado de las montañas andaluzas, asegura que esta experiencia le hizo desconectar junto a su mujer durante una hora. «Se lo recomendaría especialmente a personas estresadas o muy nerviosas, porque te calma y te relaja totalmente», añade Ion.
Como él son casi medio centenar las personas que se han atrevido a vivir esta experiencia, en las dos modalidades que ofrece Vive Aventura, una hora (50 euros por persona, con un mínimo de dos) o la más llamativa, toda una noche (150 euros por persona, con un mínimo de dos).
La idea de añadir estas experiencias extremas a la tirolina de Comares partió de un profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte de Granada, Justino Cebeira, responsable de la parte práctica de la asignatura de Actividades Físico Recreativas del Medio Natural. «En 2015 un amigo de Madrid me comentó que había visto algo así como el 'highline' en Estados Unidos», explica el docente. A partir de ahí, empezó a indagar sobre esta actividad, que también se hacía en algunos sitios de los Alpes. Justino aprovechó el contacto y la colaboración que tenía con su ex alumno Leonardo Andrades, responsable de Vive Aventura, para proponerle el desafío de hacerlo en la tirolina de Comares.
Tras consultarlo con el perito responsable de la instalación y comprar las hamacas, el primer ensayo se puso en marcha en el año 2016. Para ello el profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte contó con dos alumnos voluntarios (Miguel y Brais). Los tres pasaron la noche del 8 al 9 de junio en hamacas colgadas de la tirolina. Eso sí, con las pertinentes medidas de seguridad, por las que cada uno de ellos también estaban unidos al cable desde sus respectivos arneses. Era la primera vez que se practicaba el 'highline' en grupo en toda España (había experiencias anteriores individuales en Cataluña).
La experiencia se quedó grabada en la retina de estos tres aventureros. Uno de los dos alumnos, Brais Villar, tenía en aquella fecha 24 años, y reconoce que fue «una experiencia única y sorprendente». Tanto él como sus dos acompañantes durmieron plácidamente a pesar de las circunstancias. Después de la adrenalina inicial, como estaban cansados por haber estado haciendo vías ferratas en Comares durante el día, conciliaron relativamente pronto el sueño.
De toda la experiencia, tanto Brais como su profesor destacan el amanecer. Las primeras luces solares fueron «espectaculares», pero Justino recuerda incluso que les acompañaron en esos primeros minutos los pájaros que no daban crédito a la escena. «Eran aviones roqueros y alcotanes que no nos quitaron ojo», explica el profesor de la UGR.
Brais, por su parte, recuerda cómo empezaron a coger confianza e incluso a balancearse en las hamacas con cierta soltura, conscientes, eso sí, de que incluso saliéndose de la hamaca siempre estarían agarrados a la tirolina a través de lo que Justino denomina metafóricamente como «el cordón umbilical». En este sentido, afirman haberse sentido seguros en todo momento. «Te sientes en buenas manos para hacer una cosa única en España», concluye Justino.
A partir de ahí, más de una decena de personas han pasado ya la noche suspendidos en el aire, mientras que en torno a una treintena han optado por hacerlo durante una hora. Entre estos últimos ha estado incluso la presentadora Eva Hache, con el programa 'La Paisana', de Televisión Española, que ha sido, hasta el momento, la única persona en hacerlo en solitario.
Aunque hay límites de peso, tanto mínimo como máximo, en principio, la edad no es un gran obstáculo para hacer 'highline'. De hecho, Leonardo Andrades explica que por allí han pasado desde su hijo de 6 años hasta una mujer de 66. Esta variante extrema de la tirolina no entiende tampoco de nacionalidades ni de sexos. Así, el responsable de Vive Aventura asegura que, de momento, son más mujeres que hombres los que han contratado esta actividad entre las dos modalidades.
Entre las anécdotas, recuerda sobre todo una romántica, protagonizada por una pareja de dieciocho años, que se dieron un beso desde sus hamacas, tumbados cada uno en una posición opuesta.
Para pasar toda una noche haciendo 'highline' o, lo que es lo mismo, suspendidos en el aire a más de cien metros de altura en una hamaca, Leonardo recomienda el verano. Para la opción más corta, de una hora, aconseja prácticamente todo el año, siempre y cuando las condiciones climatológicas sean las adecuadas. Eso sí, sugiere que lo ideal para disfrutar más intensamente esta experiencia es hacerlo al amanecer o al anochecer.
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