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Avistarla no es tan difícil como acceder a ella.
La cala de la Doncella, la playa secreta de los Acantilados de Maro

La cala de la Doncella, la playa secreta de los Acantilados de Maro

Este arenal, con apenas cincuenta metros de longitud, es el más exclusivo del litoral malagueño no sólo por su tamaño sino también por su complejo acceso

Sábado, 3 de julio 2021, 00:36

De pequeño tamaño y de difícil acceso. Ésas son dos de las virtudes o defectos de una de las playas más singulares de todo el litoral mediterráneo andaluz. Conocida como la cala de la Doncella o de las Doncellas, esta pequeña franja costera es, sin duda, la más exclusiva de toda la provincia de Málaga.

Esta playa ha sido siempre más conocida como la de la Vaca o incluso la de los Genoveses, aunque en los últimos años hay quien la ha querido bautizar con un nombre con connotaciones más románticas, con el nombre de Doncella. De hecho, en redes sociales y en herramientas de búsqueda de ubicaciones es más fácil encontrarla bajo esa denominación. Actualmente, aunque no aparezca en muchos más oficiales, se la puede considerar como la cala más oriental de la provincia de Málaga, ya que está justo antes del límite entre los Acantilados de Maro y Cerro Gordo, los dos integrantes de este paraje natural.

Vista desde el Peñón del Fraile; al fondo la Torre de la Caleta. Es más recomendable llegar hasta ella en kayak que a pie. Abajo, foto del verano de 2018 con bañistas., SUR y Daniel Morterero
Imagen principal - Vista desde el Peñón del Fraile; al fondo la Torre de la Caleta. Es más recomendable llegar hasta ella en kayak que a pie. Abajo, foto del verano de 2018 con bañistas.,
Imagen secundaria 1 - Vista desde el Peñón del Fraile; al fondo la Torre de la Caleta. Es más recomendable llegar hasta ella en kayak que a pie. Abajo, foto del verano de 2018 con bañistas.,
Imagen secundaria 2 - Vista desde el Peñón del Fraile; al fondo la Torre de la Caleta. Es más recomendable llegar hasta ella en kayak que a pie. Abajo, foto del verano de 2018 con bañistas.,

En concreto, se encuentra en una pequeña ensenada, entre el Peñón del Fraile y la Torre de la Caleta, ambos en el término municipal de Nerja. Esa ubicación, que protege del viento, es uno de los motivos por el que este arenal de reducidas dimensiones es tan exclusivo. Para acceder hasta este enclave costero, sólo hay dos formas. La más llevadera puede ser trasladarse en kayak desde algunas de las playas colindantes, como son la del Cañuelo, en territorio malagueño, o la de Cantarriján, en el término del municipio granadino de Almuñécar.

Hay que tener en cuenta que, al ser paraje natural, está prohibido acercarse hasta allí en embarcaciones a motor, aunque éstas sean motos de agua. Hoy tanto desde la playa de Burriana, en Nerja, como desde la de Cantarriján o desde La Herradura, existe la posibilidad de alquilar piraguas e incluso hacer visitas guiadas con un monitor de una empresa de turismo activo.

Desde el arenal da sensación de tranquilidad. Este verano hay una importante presencia de algas en la arena. Abajo, vista desde los restos de un antiguo acuartelamiento para la vigilancia costera.
Imagen principal - Desde el arenal da sensación de tranquilidad. Este verano hay una importante presencia de algas en la arena. Abajo, vista desde los restos de un antiguo acuartelamiento para la vigilancia costera.
Imagen secundaria 1 - Desde el arenal da sensación de tranquilidad. Este verano hay una importante presencia de algas en la arena. Abajo, vista desde los restos de un antiguo acuartelamiento para la vigilancia costera.
Imagen secundaria 2 - Desde el arenal da sensación de tranquilidad. Este verano hay una importante presencia de algas en la arena. Abajo, vista desde los restos de un antiguo acuartelamiento para la vigilancia costera.

La otra opción, que es mucho más compleja, es el acceso a pie por algunos de los pequeños caminos que hay en el entorno. Desde el Cañuelo o desde Cantarriján es posible hacerlo por sendas estrechas, bastante empinadas y con piedras sueltas, que no son muy aconsejables. Lo más difícil no es llegar a ver esta playa desde enclaves como la Torre de la Caleta o desde el Peñón del Fraile sino acceder al arenal, ya que hay que enfrentarse a tramos muy difíciles y bastante peligrosos.

Eso no quiere decir que sea imposible, ya que hay decenas de bañistas que hacen casi lo imposible para llegar cada verano hasta esta recóndita cala para disfrutar de un día de tranquilidad, sus aguas cristalinas, sus vistas, que son dignas de una auténtica postal, y su situación entre acantilados. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es una playa idónea para grandes grupos, ya que, apenas tiene medio centenar de metros de longitud por unos cuatro de anchura.

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