Gross Hermanos: La bodega malagueña, familiar y ecológica que apuesta por vinos muy exclusivos

En la abrupta falda de la sierra de la Chimenea, en Antequera, se encuentran sus viñedos, donde pronto se espera incluso sacar trufas negras

Javier Almellones

Málaga

Domingo, 23 de mayo 2021, 13:22

Entre los dos viñedos que hay en la finca de la familia Gross apenas suman cuatro hectáreas. Y esto apenas representa un cinco por ciento de toda la superficie. El resto se reparte entre un extenso encinar y muchos matorrales autóctonos. Con esos mimbres, se puede entender que el concepto de esta bodega familiar es muy diferente, ya que apuesta claramente por vinos ecológicos y exclusivos y por el enoturismo.

A los pies de la sierra de la Chimenea, que es una de las estribaciones del Torcal de Antequera, se encuentra esta bodega familiar, que tiene su germen entre 2007 y 2009. Con una altitud de casi ochocientos metros sobre el nivel del mar y con una ubicación geográfica, que le quita influencias del Mediterráneo, el proyecto se ha trabajado a fuego lento durante los últimos años.

Javier Gross, economista, y Pilar Gallego, arqueóloga, decidieron hace ya casi década y media que aquella finca de recreo que está situada entre una abrupta ladera caliza y un generoso paisaje del territorio de Antequera podría ser idónea para hacer vinos excelsos y respetuosos con el medio ambiente. Con esa idea tan sostenible y con la incorporación de su hijo, también Javier, comenzó a tomar forma lo que hoy es la joven e impetuosa bodega Gross Hermanos.

Los cinco vinos que hasta el momento han salido de esta bodega. Ricardo Pastor

Entre encinas y matorrales autóctonos, plantaron en una parcela de una hectárea y media las variedades Syrah, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Petit Verdot. Pero, no fue hasta 2016, tras cinco cosechas de las primera vides plantadas, cuando no empezaron a gestarse las primeras añadas de sus primeros crianzas y su reserva (todos ellos monovarietales): Ecos (con Syrah), Gross Cabernet y Gross Petit Verdot. A ellos se sumó más tarde Bocatinta, un 'coupage' donde se ensamblan las variedades Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon. Y, el último en incorporarse ha sido un sorprendente rosado con Merlot.

En los primeros casos se trata de añadas con unas 250 botellas, es decir, ediciones muy exclusivas de vinos ecológicos, mimados desde principio a fin por la familia Gross. «Es una idea muy romántica y respetuosa con el medio ambiente», explica Pilar Gallego. Su hijo Javier apunta, además, que se trata de vinos muy diferentes, por las propias características del viñedo. «Aunque estamos a cuarenta kilómetros en línea recta del mar, por el bloqueo que hace la propia sierra tenemos un clima más continental». Esto, unido a la altitud y al carácter ecológico del propio viñedo, le otorga a sus vinos un valor añadido incalculable. El precio por sus botellas está entre los 10 euros del rosado y los 30 del reserva Gross Petit Verdot.

Tras el primer viñedo, llegó el segundo, ladera abajo, muy cerca de la entrada de la finca, con una extensión aproximada de dos hectáreas y media. Allí, además de repetir con la Cabernet Sauvignon y la Pinot Noir, han introducido la garnacha. De estas nuevas uvas, esperan sacar nuevos vinos muy pronto para reforzar los cimientos de esta joven bodega.

Trufas negras

El modelo de Gross Hermanos también tiene muchas singularidades. Al ser ecológicas y tener un suelo calizo, sus viñas son relativamente poco productivas, ya que la media de cosecha por planta es de apenas un kilo y medio. Eso sí, aunque en el etiquetado no aparezca reseñado, el consumidor debe saber que gracias a esas cepas y a las encinas que las cobijan, allí se combate con éxito la tan temida erosión.

Imagen principal - Arriba, interior de la bodega. Abajo, barricas donde se crían unos vinos ecológicos que se miman desde las viñas hasta el embotellado y etiquetado. — Arriba, interior de la bodega. Abajo, barricas donde se crían unos vinos ecológicos que se miman desde las viñas hasta el embotellado y etiquetado. Ricardo Pastor

Imagen secundaria 1 - Arriba, interior de la bodega. Abajo, barricas donde se crían unos vinos ecológicos que se miman desde las viñas hasta el embotellado y etiquetado. — Arriba, interior de la bodega. Abajo, barricas donde se crían unos vinos ecológicos que se miman desde las viñas hasta el embotellado y etiquetado. Ricardo Pastor

Imagen secundaria 2 - Arriba, interior de la bodega. Abajo, barricas donde se crían unos vinos ecológicos que se miman desde las viñas hasta el embotellado y etiquetado.

Además, dentro de la iniciativa de la bodega, hay que incluir otra original propuesta de la propia familia, lo que la propia Pilar define como «una de sus locuras». Hace doce años plantaron setecientas encinas microrrizadas con trufa negra, con la intención de que en el futuro de allí se pueda sacar este valorado hongo. De momento, les toca esperar, ya que se tarda entre diez y treinta años en conseguir con éxito trufas con este método. En el próximo otoño, con la ayuda de algún can adiestrado para tal fin intentarán averiguar si ya están las primeras. También puede ser que por el terreno y por el clima este tipo de hongos no salgan. En el peor de los casos, la copropietaria de la bodega es positiva: «Hemos plantado setecientos árboles y hemos echado una mano al medio ambiente».

Dónde comprarlos

Hoy los vinos tintos y el rosado de esta bodega se pueden encontrar en numerosos establecimientos de restauración de Málaga y la Costa del Sol Occidental. También están en algunos de Antequera, donde Pilar y Javier reconocen que no es fácil introducir nuevos vinos, aunque se elaboren en el propio término municipal. También se pueden encontrar en algunas vinotecas y negocios gourmet y en plataformas de comercio electrónico, si bien entre los proyectos de esta empresa familiar está el de tener su propia tienda on line. De momento, atienden pedidos de muchos clientes por teléfono y mandan donde haga falta sus vinos por empresas de mensajería.

Los viñedos se encuentran en la ladera de la sierra de la Chimenea. Ricardo Pastor

Otra forma muy recomendable de conocer y comprar sus vinos es acercarse directamente a la bodega a través de una visita enoturística. Con antelación previa, Javier Gross atiende a pequeños grupos para hacer un recorrido que comienza en las viñas y termina en la coqueta bodega. Allí, además de explicar todo el proceso de crianza, embotellado y etiquetado, se suele poner el broche de oro con una cata maridada. Ésta puede ser con tapas o un almuerzo algo más contundente. El precio de esa experiencia de enoturismo varía entre los 25 y 35 euros por persona.

El linaje de los Gross lleva siglos asociado al mundo de los vinos en Málaga. Fue en el siglo XIX cuando esa familia de origen alemana se asentó en la hoy capital de la Costa del Sol para emprender con la exportación de productos malagueños, como las pasas y el vino. Ese legado, como se puede ver en el propio logotipo, está presente en el espíritu emprendedor de los propietarios de esta joven bodega con viejas raíces.

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