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Una Semana Santa sin procesiones. Así fue la de 2020, un año que quedará también marcado para la historia cofrade por la ausencia de salidas procesionales en una etapa de duro confinamiento domiciliario por la pandemia del coronavirus que cerró los templos e impidió a ... los devotos acudir a visitar a las sagradas imágenes en las iglesias. Las redes sociales se convirtieron en el recorrido por el que las hermandades hicieron llegar el sentimiento cofrade a los hogares de los malagueños, que no vivían una situación similar desde 1936, cuando también se optó por suspender las procesiones, en ese caso por el clima prebélico del país.
El Cristo Coronado de Espinas presidió el vía crucis oficial de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa el primer viernes de cuaresma por el 75º aniversario de la fundación de la Cofradía de los Estudiantes. Sin embargo, la declaración del estado de alarma a mediados del mes de marzo frenó toda la actividad cofrade, y todos los cultos y los preparativos de las hermandades en esas semanas previas a la Semana Santa. Todo quedó sumido en una insólita parálisis que hizo que enmudecieran los ensayos de las bandas de música y que las imágenes de las Dolorosas permanecieran ataviadas de hebrea, el atuendo tradicional de la cuaresma, más allá del Domingo de Resurrección.
Ramos de flores se acumularon en las puertas de las iglesias y las casas hermandad durante una Semana Santa totalmente vaciada de personas en las calles. Tan solo los cultos del triduo pascual se llegaron a celebrar a puerta cerrada en algunas iglesias. Internet se convirtió en el vehículo imprescindible para revivir momentos cofrades de otros años y para aglutinar a los hermanos.
En un momento en el que aún no se conocía la magnitud de la crisis sanitaria, se llegó a plantear la posibilidad de que hubiera procesiones extraordinarias en el mes de septiembre, según un permiso especial dictado desde el Vaticano. Sin embargo, el devenir de la pandemia hizo ver que aún quedaba muy lejos la recuperación de las salidas procesionales tal y como se han conocido hasta ahora, incluidas las de corporaciones de gloria que se suceden a lo largo del año.
Todavía se mantiene la incertidumbre respecto a la recuperación del fenómeno procesionista, que también parece inviable para la próxima Semana Santa. En el caso de la capital, se ha llegado a plantear la opción de desarrollarlo mediante un recorrido aforado para público acomodado en sillas, y con cortejos más reducidos en los que las imágenes serían llevadas en andas. Sin embargo, no parece que esta fórmula pueda finalmente llevarse a la práctica, y todo apunta a que los días santos de 2021 tendrán que vivirse en el interior de los templos y las casas hermandad.
La pandemia también ha condicionado los actos previstos por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga para la celebración de su centenario. Se llegó a realizar una primera presentación en Sevilla, pero no el resto de las previstas en otras ciudades. Y aún está por ver cómo condicionará la evolución de la pandemia el desarrollo de las actividades programadas para todo el año próximo.
A nivel cofrade, 2020 también ha deparado otros momentos históricos como la presencia de las imágenes de Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad en la parroquia de la Amargura por las obras en San Pablo, el cierre de la parroquia de los Santos Mártires para la rehabilitación de su interior, y las restauraciones de varias imágenes como la de la Virgen de Consolación y Lágrimas de la Archicofradía de la Sangre, por parte del malagueño Francisco Naranjo, y la del Cristo Mutilado, a cargo del profesor sevillano Juan Manuel Miñarro. Esta antigua talla de Crucificado ha recuperado las partes de las piernas que le fueron cercenadas durante los sucesos de la Guerra Civil y ha cambiado su advocación por la de la Clemencia. De este modo, su cofradía da un salto cualitativo en su intención de volver a incorporarse al panorama procesionista malagueño.
A principios del mes de agosto, el obispo, Jesús Catalá, designó como nuevo delegado diocesano de Hermandades y Cofradías al sacerdote Salvador Guerrero, quien relevó en el cargo a Manuel Ángel Santiago, que ha pasado a ser vicario episcopal para el laicado. Asimismo, en este año han visto la luz los nuevos estatutos de la Agrupación de Cofradías, que ha tenido que endeudarse para poder soportar el desequilibrio económico que le ha supuesto tener que devolver la mayor parte del dinero de las sillas y tribunas que ya tenía recaudado.
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