Celebración de la Copa de la Reina. salvador salas

Dos títulos, dos ascensos, dos progresiones meteóricas...

El coronavirus no impidió los éxitos del deporte malagueño en un año marcado por las incesantes noticias sobre la situación institucional del Málaga

Miércoles, 30 de diciembre 2020

Ni Juegos Olímpicos ni Eurocopa. Los dos principales acontecimientos deportivos de 2020 no pudieron sortear el coronavirus y quedaron aplazados doce meses. Eso sí, pese a los terribles efectos de la pandemia y a la obligada interrupción en todas las disciplinas -que en algunos casos, ... como en las categorías inferiores, ni siquiera han podido reanudarse-, el deporte malagueño cierra este triste año con éxitos que prueban su buena salud, básicamente con dos títulos, dos ascensos y dos progresiones meteóricas.

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El año de la Covid-19 será recordado también por el año del Rincón Fertilidad, que al fin tocó la gloria después de un crecimiento paulatino desde que el empresario Manolo Rincón apostó con decisión por el principal representante del balonmano femenino andaluz. Los títulos de la Copa de la Reina y la Supercopa tuvieron además como añadido que el conjunto dirigido por Suso Gallardo pudo celebrarlos en casa, primero en Alhaurín de la Torre y después en el pabellón de Ciudad Jardín. Pero, con ser indudablemente relevantes estos logros, es lógico pensar que lo mejor está por llegar. La plantilla, plagada de destacadas jugadoras nacionales -el viejo anhelo del añorado Diego Carrasco y de Pepa Moreno-, tiene mimbres para soñar con la Liga.

Los éxitos del Rincón Fertilidad no eclipsan otros logros, como los ascensos del BeSoccer UMA Antequera a la élite del fútbol-sala (a ver si a la tercera va la vencida y se asienta entre los mejores) y del CAB Estepona a la Liga 2 de baloncesto femenino, en la que el Unicaja soñaba (hasta el parón por la pandemia) y sueña con llegar a la máxima categoría. En el ramillete de deportes de equipo no puede quedar en el tintero la sufrida permanencia del Bádminton Benalmádena en el 'Top8' después de una campaña con demasiados obstáculos.

Ha habido también, cómo no, nombres propios en este atípico año que ha frenado las expectativas de muchos deportistas malagueños. El principal, sin duda, es Alejandro Davidovich. El tenista rinconero acaba 2020 como el 52º de la ATP, la quinta raqueta nacional, tras alcanzar por primera vez los octavos de final en un Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos. La otra meteórica progresión la ha protagonizado Francis Alonso, que en pocos meses se ha erigido en pieza indispensable del Unicaja, con registros muy llamativos en la historia del Unicaja.

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Claro que para situaciones llamativas las vividas por el Málaga en un año de incesantes noticias en los juzgados. Si en el plano deportivo logró de la mano de Sergio Pellicer la permanencia y actualmente disfruta de una clara renta sobre el descenso, en el institucional el administrador judicial, José María Muñoz, ha puesto orden tras quedar defenestrado Abdullah Al-Thani aunque a costa de sendos ERE a los empleados y a la plantilla. El otro gran equipo de la provincia, el Unicaja, alcanzó merecidamente la final de Copa en casa en un 2020 con demasiados contratiempos físicos de sus jugadores que, aun así, ha supuesto la consolidación de su proyecto nacional. Sus perspectivas son halagüeñas. Ojalá se confirmen todas en 2021 para el deporte malagueño...

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