Antonio Banderas, tras recibir el Goya en la gala celebrada en el Martín Carpena. SALVADOR SALAS

Del Goya a Antonio Banderas al festival de lo posible

El actor y Belén Cuesta triunfan en la gala del Carpena que coronó a Almodóvar. Fue el brillo previo a la cancelación de la cultura que, paradójicamente, fue esencial en el confinamiento. Y el Festival de Málaga, el gran símbolo de la #culturasegura

Miércoles, 30 de diciembre 2020

Adiós a un año bipolar, aunque no tanto como para olvidar. Se dividió en a. C y d. C. Antes y después del Covid, se entiende. El redondo 2020 empezó con fuerza y los buenos tiempos, los normales que ahora parecen excepcionales, duraron solo ... dos meses y medio, pero fueron de premio. Nada más salir de Reyes llegó el regalo de los Goya en Málaga. Ni la tormenta de aquella mañana del 25 de enero pudo con esta gala que transformó el deportivo Martín Carpena en un glamouroso escenario de película en el que asistimos a varios momentos de moviola. Como la reconciliación de Pedro Almodóvar con la Academia de cine tras años de desencuentro. Fue la noche de 'Dolor y gloria', mejor película, director, guión... y así hasta siete cabezones que anticipaban sus nominaciones a los Oscar. Los testigos fueron Antonio Banderas y Belén Cuesta, que protagonizaron un doble triunfo inédito de dos malagueños con sendos premios Goya de interpretación protagonista por encarnar el primero de forma soberbia y emocionante al alter ego del propio director manchego en la película de la noche, y por dar vida la segunda a la mujer de un topo de la dictadura que oculta a su marido mientras ella se lleva los palos en 'La trinchera infinita', una cinta andaluza que sigue viva ya que es la representante de España en los próximos premios de Hollywood.

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El Martín Carpena se podría haber llevado un Goya a los efectos especiales porque su transformación fue espectacular para acoger a los más de 3.000 invitados a la gala. También los ocho asistentes que, por medio de un patrocinador oficial, compraron su entrada al precio desorbitado de 1.600 euros, como adelantó SUR. Y aunque en pantalla no fue perceptible, el lunar de la ceremonia fue la mala acústica del directo que sufrieron muchos de los espectadores de la entrega de premios, lo que unido a algunos problemas con los viajes a Málaga de los invitados provocó que la Academia asumiera errores y enviara una carta de disculpas. Tras aquello llegaron los Oscar, con la primera nominación de Banderas, con el valor añadido de que lo aplaudían por un papel hablado en español, no en inglés. El favorito al mejor actor era Joaquín Phoenix por 'Joker' y se cumplió el guión, pero el mérito del malagueño fue de película. El epílogo a las grandes entregas de premios lo conocimos ya en pandemia cuando la Academia anunció que la gala de 2021 sería acorde a estos tiempos de restricciones y se celebrará, por segundo año consecutivo en Málaga, con el premiado Antonio Banderas como anfitrión y maestro de ceremonias en el Teatro del Soho Caixabank.

Y mientras recogían la alfombra roja del Carpena, por el Teatro Cervantes comenzaban a desenrollar su moqueta para el 23 Festival de Málaga Cine en Español, que tenía fijada su puesta de largo para el 13 de marzo. Once días antes, el certamen presentaba sus estrenos en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento y SUR preguntaba por la posibilidad de que el evento se suspendiera o modificara por la creciente pandemia del Covid-19, como acababa de pasar en la feria ITB de Berlín. La pregunta no se esperaba y la respuesta del alcalde se improvisó entre no transmitir alarma y la atención a esta crisis que todavía se veía lejos. El 10 de marzo, la conciencia sobre el coronavirus había cambiado por completo y, a tres días de su inauguración, el certamen se convertían en el primer gran evento que se abortaba en España. Horas después se cancelaron las fallas y comenzó la cascada de cierres preventivos de bibliotecas, museos, monumentos, cines... que antecedieron al decreto de alarma y el confinamiento. Un tiempo en el que la música, las películas, las series, los libros y la cultura en general se convirtió en el indispensable acompañamiento y entretenimiento que más nos ayudó a superar la cuarentena.

La paradoja es que, pese a ese protagonismo esencial durante el confinamiento, las artes y los espectáculos no tuvieron su correspondencia en la desescalada por las restricciones oficiales, que unió al temor de los espectadores de volver a espacios cerrados, como teatros, salas, cines o librerías. Estos últimos establecimientos fueron los primeros en pasar página y en abrir puertas en mayo. Atrás quedaba el encierro estricto, en el que un malagueño, el escritor Javier Castillo, se llevó el título de más leído de la cuarentena con su cuarta novela, el 'thriller' 'La chica de nieve', que se había publicado apenas un par de días antes de que el mundo se parara.

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Los rodajes, que venían de dejar el año anterior veinte millones de euros en la provincia, se frenaron, aunque las restricciones no impidieron que una paisana, Macarena Astorga, rodará por la provincia su debut en la dirección, 'La casa del caracol', o que, justo antes del encierro colectivo, una bandera franquista volviera a colgar del Ayuntamiento de Málaga para la filmación de la superproducción bélica sobre la II Guerra Mundial 'Operación Mincemeat'. La peor parte se la llevaron los cines que, además del primer cierre de tres meses entre marzo y julio, volvieron con una cartelera coja por la retirada de los grandes estrenos de Hollywood. Las salas tuvieron que afrontar un segundo cierre en Málaga a comienzos de noviembre y hasta casi Navidad, por la nueva ola del coronavirus. Y eso que en las cines no se había declarado ni un brote. Así surgió ese grito en redes sociales de #Culturasegura que tuvo precisamente en Málaga y en el Festival de Cine Español el primer ejemplo de resistencia frente a las restricciones y de éxito de celebración si se siguen los protocolos. El certamen se celebró a finales de agosto y triunfó un nuevo talento de nuestro cine, Pilar Palomero con 'Las niñas', aunque sobre todo nos dejó ese otro contagio, el del optimismo de lo posible, que no solo fue aplaudido por toda la cultura, sino también imitado por festivales y eventos de toda España.

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