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A dos horas o menos de Málaga, sin salir de Andalucía, hay muchos destinos idóneos para disfrutar del verano. Tanto para largas estancias como para escapadas de un fin de semana las alternativas más próximas están en muchas ocasiones en el límite con la propia provincia de Málaga.
Además de las franjas gaditana y granadina, que son, obviamente, las más próximas, están también las opciones del interior, donde aguardan destinos montañosos que ofrecen, en muchos casos, temperaturas más suaves y la posibilidad de disfrutar de la naturaleza de una forma más directa.
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En el límite con la Axarquía más oriental, aguarda la primera y segunda línea de playa de esta conocida zona turística. Aunque sus playas son más abruptas y menos arenosas que las de Málaga, son un destino cada vez más cotizado por la tranquilidad de muchas de sus calas y por el encanto de los cascos urbanos que la componen. Los principales núcleos de población son la Costa Tropical de Granada se encuentran Almuñécar y su pedanía costera de La Herradura, Motril y Salobreña. Su variada y rica gastronomía veraniega, las vistas al mar y a la sierra y el clima son algunos de los atributos que más valoran quienes visitan esta comarca granadina.
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El 'himalaya' andaluz no es sólo para disfrutarlo entre el otoño y la primavera sino que también se ofrece como destino estival. Cada verano -ese año a partir del 18 de julio-, Sierra Nevada cuenta con un programa estival de lo más variado, con actividades distintas que satisfacen a todos los públicos, desde los más pequeños hasta los que buscan emociones fuertes. Con temperaturas más suaves por su altitud y con un entorno natural único, la estación de esquí granadina y su entorno se convierten en el lugar propicio para quienes disfrutar de la montaña en verano sin tener que viajar mucho desde Málaga -apenas dos horas por carretera-. Es idóneo tanto para familias con niños como para escapadas en pareja o de grupos de amigos.
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A los pies de Sierra Nevada, pero a poco más de media hora de la Costa Tropical de Granada, esta comarca de interior se convierte en cualquier época del año en un refugio natural para los que buscan disfrutar con sosiego de paisajes naturales, definidos por abruptas montañas y vertiginosos ríos. El Valle de Lecrín está compuesto por ocho pueblos y más de una docena de aldeas, que se reparten, a veces, en zonas elevadas y, otras, en los lugares más recónditos del valle. Aunque la que abarca más territorio es la localidad de Albuñuelas y la que más población tiene es El Padul, la más importante de todas estas villas es Dúrcal, llamada a ser desde su fundación como la capital del Valle de Lecrín. Este apacible pueblo de apenas siete mil habitantes está situado sobre el puerto del Suspiro del Moro, es decir, en el camino natural que va desde la ciudad monumental de Granada al municipio costero de Motril.
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Entre el Valle de Lecrín, Loja y la propia Axarquía se encuentra otra de las zonas de la provincia de Granada que pueden ser un destino alternativo en época estival. Aunque el municipio más importante es la ciudad monumental de Alhama de Granada, cuenta con otras localidades de interés, como Arenas del Rey, Játar, Jayena o Zafarraya, entre otros. Estos municipios comparten parte con la provincia de Málaga el fronterizo parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Además de sus principales monumentos y sus elevadas montañas, en esta zona es posible también disfrutar del turismo fluvial -siempre y cuando no esté prohibido por las autoridades sanitarias o los ayuntamientos de la zona-. Así, en esta zona es especialmente famoso el recorrido por el río Cebollón. Los que prefieran baños con menos adrenalina tienen como opción más cómodo los famosos Baños de Alhama, en la capital de la comarca.
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En el interior de la provincia gaditana, hay también otras opciones muy interesantes para este verano. Es el caso del parque natural de Grazalema, que es colindante al de Los Alcornocales y también con parte de su territorio en la provincia de Málaga -Benaoján, Montejaque, Cortes de la Frontera, Ronda y Jimera de Líbar-. Eso sí, la mayor parte de su territorio está en la provincia de Cádiz. Entre los enclaves más espectaculares de esa zona, están la vertiginosa Garganta Verde, el pico de El Torreón, todo un desafío para los senderistas, y los Llanos del Republicano. Además, se puede ver otro de los pinsapares naturales que existen en el mundo (el resto se pueden ver en la Sierra de las Nieves y en los Reales de Sierra Bermeja, ambos en la provincia de Málaga). A ello hay que unir pueblos con mucho encanto donde hay muchas opciones de alojamientos rurales, como Zahara de la Sierra, la propia Grazalema, que da nombre al parque natural, El Bosque o Benamahoma.
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Al igual que Grazalema, Los Alcornocales está en su mayor parte dentro la provincia gaditana, a excepción, claro está, del municipio malagueño de Cortes de la Frontera. Este parque natural está considerado como uno de los dos pulmones verdes de Andalucía -el otro es el de las Sierras de Cazorla-Segura y las Villlas-. Su superficie total suma unos 1600 kilómetros cuadrados, en la que abundan los bosques bajo los que cobijarse del sol. Gracias a sus amplias dimensiones, hay una oferta muy variada hasta en verano. En el sur aguardan villas históricas, como Castellar de la Frontera; en el norte, otras, como Ubrique, mientras que en el centro están Jimena de la Frontera o Alcalá de los Gazules. Muchas rutas de senderismo y paseos en plena naturaleza aguardan en este gran vergel de Andalucía. Por sus características es un destino idóneo prácticamente para todo el año.
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Otra buena opción para el verano aguarda en el litoral gaditano. Entre Tarifa y Chiclana de la Frontera hay una gran franja costera atlántica donde disfrutar de idílicas playas de arena blanca y fina. Entre cerca de 70 kilómetros de longitud hay mucho donde elegir, desde pueblos idílicos como Vejer de la Frontera, hasta playas tan conocidas como las de Caños de Meca, Barbate, Conil de la Frontera o Zahora, entre otras. Además de ofrecer muchas calas idóneas para relajarse y descansar en verano, es un destino con otros alicientes. Entre otros, está su patrimonio histórico, con un amplio número de elementos defensivos y de vigilancia de centurias pasadas que se conservan en la zona, como torres y antiguas fortalezas. También es interesante hacer incursiones hacia el interior donde aguardan poblaciones y espacios protegidos en una segunda o incluso una tercera línea de playa.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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