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El futuro de los terrenos de Repsol parece despejado de forma definitiva. Convertidos en un erial y en símbolo del abandono desde que en 2001 fueron desmantelados los antiguos depósitos de petróleo, el proyecto urbanístico diseñado en 2006 que contemplaba cuatro rascacielos de hasta 34 plantas, otras cuatro torres con VPO, zonas comerciales, equipamientos y un parque se ha reactivado en los últimos meses después de casi tres lustros guardado en el cajón. Si primero lo frenó la burocracia (el nuevo PGOU no entró en vigor hasta mediados de 2011), luego se encargó de echarlo por tierra la crisis con la quiebra de la promotora, hasta el punto de que el Ayuntamiento se acabó quedando con dos tercios de los aprovechamientos urbanísticos de esta finca de 177.548 metros cuadrados y la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) con el resto.
Y cuando la economía empezó a levantar, el bloqueo institucional reinante en el Ayuntamiento a raíz de que una iniciativa ciudadana impulsada a comienzos de 2016 por dos jóvenes a través de la plataforma digital Change.org desembocará en un movimiento en el que organizaciones sociales, profesionales, sindicales y políticas de izquierdas reclamaran que toda la finca de destinara a la creación de un gran bosque urbano en una de las zonas más densamente pobladas de Europa. Hasta llegó a aprobarse la celebración de una consulta ciudadana, aunque luego el PP se encargó de tumbarla alegando razones jurídicas.
Desde entonces, ni rascacielos ni un Hyde Park o un Retiro a la malagueña. Hasta ahora, porque el planeamiento original ha vuelto a cobrar vida una vez que el panorama político está más claro en el equipo de gobierno formado por PP y Ciudadanos (en el anterior mandato la formación naranja exigía que se redujera la edificabilidad). La Gerencia Municipal de Urbanismo tiene previsto aprobar en su reunión mensual del próximo enero el proyecto de urbanización del sector siguiendo la misma hoja de ruta que recoge el planeamiento vigente; es decir, el de los cuatro rascacielos, áreas comerciales y el parque. Aunque con cambios, ya que las zonas verdes pasarán de 70.000 a cerca de 100.000 metros cuadrados y el uso de las tres torres que le corresponden al Ayuntamiento apuntará más a oficinas que a las 530 viviendas contempladas para dar respuesta a la demanda de más espacio productivo en la ciudad. Por su parte, la Sareb tiene intención de sacar adelante su torre (la más alta) con cerca de 400 pisos, aunque sobre la mesa también está la posibilidad de usar una parte como hotel.
En su conjunto, la inversión rondará los 225 millones de euros y supondrá la generación de unos 3.000 empleos. ¿Cuándo empezarán los trabajos? En el mejor de los casos, no será hasta 2021 cuando se acometan las obras de urbanización (creación de viales interiores y canalizaciones) y del parque. En cuanto a las torres, habrá que esperar al calendario que se fije la Sareb para impulsar su parte y, en cuanto al resto, a que el Ayuntamiento encuentre inversores dispuestos a acometerlos.
Repsol
Cuatro rascacielos de hasta 34 plantas (932 pisos aunque está por determinar cuánto espacio se destina a oficinas y a residencial), cuatro torres con 100 VPO cada una, 40.000 metros para equipamientos y comercios, y unos 100.0000 de zonas verdes.
Ayuntamiento de Málaga y Sareb
Los proyectos
Jesús Hinojosa
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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