El pueblo de la Serranía de Ronda que celebra la Navidad de una forma muy original

Algatocín celebra a partir del próximo miércoles sus 'Mañanitas', una tradición que hace madrugar a sus vecinos

Málaga

Domingo, 16 de diciembre 2018 | Actualizado 02/01/2019 17:54h.

Alegres villancicos por las calles, un desayuno con chocolate caliente y dulces caseros y una misa muy especial son los principales ingredientes de una de las tradiciones más peculiares de la provincia de Málaga. Son las 'Mañanitas', que se celebran habitualmente en la cuarta ... semana de Adviento, en el apacible pueblo de Algatocín, en el corazón del Valle del Genal.

Así se podrá ver entre el miércoles 19 y el domingo 23 en un horario que obliga a madrugar a quienes quieren participar de esta arraigada costumbre religiosa, pero también popular.

Todo empezará cuando a las seis de la mañana el párroco de Algatocín –también lo es de Genalguacil y Jubrique-, abra las puertas de la iglesia del Nuestra Señora del Rosario. En ese momento entran en acción los mayordomos, personas designadas para organizar las fiestas patronales del pueblo durante un tiempo determinado. Serán ellos los que suban a la torre de la parroquia para tocar de forma manual las campanas. Lo harán con una especial vehemencia para convocar a los algatocileños del inminente inicio de la conocida como misa de aguinaldo.

De esta forma, pocos minutos después el cura de esta villa, Francisco de Paula Hierro, podrá oficiar un rito religioso muy especial, que se dedica a la Virgen de la Esperanza o lo que viene a ser lo mismo, la alegría con la que los católicos celebran que María está embarazada y pronto dará a luz al Niño Jesús.

Aunque las cinco misas de aguinaldo o de acción de gracias de estos días giran en torno a ese mismo tema, cada una tiene algo diferente, ya que se dedican a los mayordomos y el cura. Así por este orden, se homenajea de alguna forma a los solteros, a los casados, a las solteras, a las casadas y, por último, al sacerdote.

Arriba, misa de aguinaldo. Desayuno a base de chocolate caliente y dulces. Esta tradición reúne a vecinos de todas las edades. Ayuntamiento de Algatocín

En un lateral del altar de la iglesia, los mayordomos preparan también un belén muy especial. Para ello preparan una imagen de la virgen con una vestimenta que refleja su estado de buena esperanza. También se traslada hasta allí la imagen de San José, que normalmente se encuentra en el baptisterio. No falta ni siquiera el burrito sobre el que María entró en Belén.

Tras la misa, los asistentes saldrán por las calles del pueblo cantando alegres villancicos. Algunos irán solo cantando; otros también llevarán un almirez, una zambomba o una pandereta. Todos ellos formarán un improvisado coro que llenará las calles del pueblo de sones navideños antes de que aparezcan los primeros rayos de sol.

No van sin rumbo. Se dirigen hacia la Casa de la Juventud, un edificio municipal donde desayunarán en comunidad. Los mayordomos ponen habitualmente el chocolate caliente. Los vecinos complementa esta bebida con dulces caseros elaborados apenas unas horas antes. Roscos emborrizados en azúcar o flores de leche cubiertas de miel son algunas de las delicias reposteras que se podrán degustar durante este desayuno popular.

«Es algo maravilloso y único», explica el párroco, Francisco de Paula Hierro. Las Mañanitas sólo se celebran hoy en Algatocín, porque en esta pequeña villa, que apenas tiene ochocientas personas censadas, han sabido transmitir esta tradición a las generaciones más jóvenes. De hecho, Hierro explica que durante el fin de semana se notará especialmente la afluencia de aquellos «que estudian o trabajan fuera del pueblo» y que regresan por Navidad.

«No siempre es fácil que vengan todos los cinco días, porque muchos trabajan o van al colegio después», explica el cura, que el pasado año se perdió las Mañanitas por enfermedad. Para éste, con la misma o más ilusión que otras ediciones, aclara de dónde viene ese horario tan tempranero: «Antes se hacía a esas horas para que la gente que trabajaba en el campo pudiera participar».

Hoy, las Mañanitas de Algatocín parecen tener asegurada su continuidad, siempre y cuando sigan implicando a vecinos de todas las edades –y muy especialmente, a los más jóvenes-. De hecho, esta tradición religiosa, pero también popular, hoy podría compararse con la del Rosario de la Aurora, que aún se mantiene de alguna forma en pueblos como Arriate o Alhaurín El Grande. Sin duda, forman parte del patrimonio inmaterial de pueblos que quieren mantener sus principales señas de identidad.

Esta tradición no tiene por qué ser exclusiva de sus vecinos. Puede estar abierta a la participación de quienes visiten esos días esta localidad. Es más, las Mañanitas son también una buena excusa para conocer este pueblo blanco y serrano, en el sobresale el llamativo campanario de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Si a esos tonos se les añade el verdor del Valle del Genal y el azul del cielo, la variedad de colores se amplía notablemente.

Además de la citada parroquia, merece la pena pasear por sus calles más recoletas y descubrir el importante legado histórico del pueblo, como es la fuente de San Antonio, construida en el siglo XVIII. Al otro lado de la carretera Ronda-Algeciras se puede subir en menos de cinco minutos a la ermita del Calvario, desde donde se puede ver el Peñón de Gibraltar en los días claros.