El nuevo delantero del Málaga, Scepovic, durante el entrenamiento de ayer en La Rosaleda. MALAGACF

El Málaga, ante la hora de dar un paso al frente

Busca en Logroño un triunfo que deje a otro rival fuera de circulación y que suponga un impulso anímico para pensar en un reto mayor

Domingo, 14 de marzo 2021, 00:47

En Logroño, en el Nuevo Las Gaunas, comienza para el Málaga el último tercio del campeonato. En las temporadas de los dos ascensos (1999 y 2008) tanto Joaquín Peiró como Juan Ramón Muñiz coincidieron en el mensaje a los jugadores: había que llegar bien situados ... al mes de abril, cuando quedaran diez o doce jornadas, para conocer si las opciones eran reales. Ahora que la Liga en Segunda concluye con anterioridad es evidente que esa referencia se encuentra más o menos por estas fechas. '¿El Málaga puede mirar hacia arriba?', era el titular de SUR a mediados de esta semana. Probablemente la respuesta se conozca hoy. Aún quedarán 13 encuentros por delante y en el mejor de los casos necesitará sumar siete puntos más que el sexto clasificado (el Rayo), pero en esta categoría pesan más dinámicas que las plantillas, así que un triunfo en la capital riojana a partir de las dos de esta tarde no sólo permitiría dejar fuera de circulación a otro rival por la permanencia –tras el Sabadell hace una semana–, sino que supondría un impulso anímico para pensar en un reto mayor.

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Porque el Málaga parece haber resucitado en el momento oportuno. Su entrenador, Sergio Pellicer, que va camino de lograr el segundo milagro –el primero, confinamiento incluido, ya fue extraordinariamente meritorio–, ha sumado a su larga lista de aciertos en 14 meses en el banquillo (se cumplen hoy) la apuesta por un sistema tan dinámico como equilibrado y, sobre todo, de indiscutible eficacia. El equipo se muestra cómodo con ese 4-1-4-1 que tan pronto se cobija bajo el paraguas de la innata visión táctica de Escassi como se despliega con inusitada naturalidad. Luego las limitaciones privan de una goleada (al Rayo), de ponerse con ventaja (en Miranda de Ebro) o de cerrar con antelación el partido (frente al Sabadell), pero se le ve a gusto, convencido de lo que hace, con un estilo definido. Y estos tres últimos detalles siempre conducen al éxito en Segunda. A ello se añaden los números, en particular un solo gol encajado en esas tres citas... y en una falta lateral.

Habrá quien piense –y cuenta con argumentos para ello– que cada vez que al Málaga se le ha presentado en este curso la opción del 'aquí estoy yo', de dejar entrever su candidatura para palabras mayores, no ha pasado el examen con nota. Y también habrá quien insista –con toda lógica– en que aún quedan 13 puntos para alcanzar el medio centenar, el listón habitual para sobrevivir en este interminable e imprevisible campeonato. Pero no es menos cierto que en el furgón de cola deben obrar un milagro en el tramo final (sumar más de la mitad de los puntos posibles) para llegar a la cifra tradicionalmente estipulada.

Soñar ya sería gratis

La cuestión para el Málaga no es estrictamente numérica. Ni siquiera la indudable dificultad en el esprint del calendario (deberá medirse a los cuatro primeros). Sencillamente un triunfo en la sobremesa en Logroño implicaría un efecto anímico de enorme calado. A partir de ahí, con o sin Scepovic como recambio de garantías de Chavarría, soñar ya sería gratis. Lo sabe Pellicer y lo saben los jugadores. Igual que el partido ante el Sabadell no era uno más, tampoco este que supone el regreso a la capital riojana casi 22 años después.

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Hasta el final no se sabrá si Scepovic estará disponible (debido a la falta de la autorización pertinente desde Japón, su último destino), pero están los habituales en ese once que no puede recitarse de carrerilla primero por la baja de Chavarría y ahora por los problemas de Ismael.

Enfrente estará un Logroñés en dinámica de caída libre similar al Numancia la pasada campaña, con sólo cinco puntos en el equivalente a un tercio de Liga (en los 14 últimos partidos) y que vive de las rentas de sus seis victorias consecutivas entre octubre y noviembre. Es un equipo al que le cuesta manejar las áreas, con notable debilidad defensiva (Joaquín puede explotar que Iago, utilizado como lateral izquierdo, es diestro), con el gol repartido entre pocos jugadores, supeditado a la batuta de Andy en la medular o a la zurda de Iñaki (ahora más extremo que lateral), con la velocidad como principal argumento ofensivo y con diversos cambios de sistema por parte de su entrenador. Pero a estas alturas el Málaga debe centrarse más en sí mismo, en mantener su nivel, que en el rival. Le llega la hora de dar un paso al frente.

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