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Uno de los principales mantras del entrenador del Málaga, Sergio Pellicer –el cual transmite a sus jugadores y ya es una reflexión fija en cada una de sus apariciones públicas–, es el ejercicio de dar pasos hacia adelante «sin olvidar de dónde venimos». Y echando la vista atrás, el técnico de Nules tiene muchos recuerdos de su pasado en el Logroñés, que el domingo será el rival en la Liga(a las 14.00 horas, en el Nuevo Las Gaunas) al conseguir la pasada campaña un ascenso histórico para la entidad (una de las dos que se fundaron en 2009 tras la desaparición del precursor Club Deportivo Logroñés).
Para Pellicer será un reencuentro especial contra el club donde disfrutó de su primera gran experiencia en los banquillos (el equipo era uno de los punteros en grupo II de Segunda B, peleando con Eibar, Mirandés y Alavés, ahora ya asentados en la élite), llegando a dirigir incluso sus primeros dos partidos como primer entrenador, uno de ellos ante el Valencia de Unai Emery en Copa del Rey. Fue un encuentro que desafortunadamente no pudo jugar el malagueño Popo, que se lesionó de gravedad poco después de llegar al Logroñés del Antequera.
El otro fue un encuentro de Liga frente a Osasuna B. Esa fue la gran primera vez de Pellicer, hace ya diez temporadas. En esa ocasión, el castellonense prefirió no ir más allá de ser interino, aunque el club, dirigido por el conocido empresario riojano Félix Revuelta (también lo gestiona en la actualidad), le ofreció probar suerte. Pellicer decidió que no era aún el momento. Apenas se había retirado dos temporada antes (colgó las botas en el Villajoyosa con 34 años) cuando aceptó la propuesta de Josip Visnjic, conocido técnico de Segunda B que dirigió a grandes equipos en momentos bajos como Las Palmas, Granada y Hércules, donde precisamente desarrolló su carrera como jugador. Ahora, el excentrocampista es segundo en el Al Gharafa de Catar.
Tras una mala racha, el técnico serbio fue destituido, y mientras se buscaba un reemplazo, Pellicer llevó las riendas del equipo riojano. Después de dos jornadas regresó a su lugar como ayudante junto a Nacho Martín. Aunque en esa época Pellicer hizo de todo. Además de segundo entrenador, las circunstancias del club en aquel momento lo llevaron a ejercer como preparador de porteros, analista, generador de la estrategia y hasta ojeador de los rivales. Ya advirtió del malagueño Isco antes de su debut en la élite frente al Logroñés en el partido de vuelta de Copa en Mestalla, donde el que luego sería malaguista marcó dos goles para firmar una aparición estelar.
En resumen, un máster acelerado que marcó sin duda al ahora entrenador del Málaga, quien salió del Logroñés a poco de comenzar la temporada siguiente (la 2011-2012) tras la apuesta de la entidad por Pepe Calvo. Pero fue un primer gran periplo, muy intenso, en la vida de Pellicer, que por primera vez se desplazaba lejos de casa, junto a su familia, para dar un salto en su proyecto de ser entrenador.
Tras la etapa en el Logroñés firmó ya como primer técnico en la cantera del Valencia, y empezó a desenvolverse en el fútbol-base. Luego llegó al Málaga, donde echó raíces en La Academia antes de interrumpir esta etapa para dirigir al Fabril, el filial del Deportivo, durante la temporada 2018-2019. Tras eso, regresó y recaló en el Atlético Malagueño, y el resto ya es historia conocida. Mañana, ocho años después, los caminos de Pellicer y el Logroñés vuelven a cruzarse, aunque esta vez como rivales.
Y podrá saludarse y recordar tiempos pasados con coetáneos de su etapa en Logroño. Para empezar, el dueño del equipo sigue siendo el mismo. El empresario Félix Revuelta, propietario de Naturhouse –que patrocina desde siempre al equipo riojano–, guarda buena relación con Pellicer, a quien se acordó de felicitar el curso pasado cuando logró la permanencia para el Málaga.
También se reencontrará Pellicer con dos que fueron sus jugadores en el Logroñés. El aún miembro de la plantilla Iñaki, que es el capitán (tiene 32 años), y Sergio Rodríguez, que se ha consagrado como entrenador tras comandar el regreso al fútbol profesional. Cuando coincidió con Pellicer ya estaba cerca de su retirada y pensaba en empezar a entrenar. Desde ese momento fue ascendiendo desde los alevines hasta el primer equipo, y consiguió ser profeta en su tierra.
Llega a Málaga con una mala racha de seis derrotas seguidas, una dinámica peligrosa para cualquier entrenador. También podrá ver de nuevo Pellicer al exmalaguista Carlos Lasheras, ahora director deportivo y con el que tiene una gran relación de amistad de su época juntos en el Málaga (en Segunda B, en la temporada 95-96). De nuevo, el fútbol demuestra que es una gran familia.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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