Bodega El Por Fin: la taberna que apareció debajo del suelo en Yunquera

Desde hace dos décadas, está abierto al público este establecimiento donde se sirven vinos de elaboración propia y platos tradicionales

Málaga

Domingo, 10 de mayo 2020, 01:14

Basta bajar unos escalones en el número 26 de la calle Agua, en el centro de Yunquera, para entender que la Bodega El Por Fin es un sitio diferente. El olor a vino y el auténtico estilo rústico de este establecimiento animan a los ... primerizos a seguir descendiendo hasta llegar a una de las tabernas más sorprendentes de Andalucía.

Hace ya dos décadas que Antonio López abrió las puertas de su propio establecimiento de restauración en el subsuelo yunquerano. Antes, lo tenía justo encima, pero un buen día decidió excavar para ampliar el inmueble y halló un auténtico tesoro arquitectónico, dos habitaciones abovedadas a las que se les calcula al menos dos siglos de antigüedad. «Debajo estaban las cuadras, pero pensábamos que tenía que haber algo más por la propia estructura de la casa», comenta Isabel, su hija, que, tras la muerte de Antonio, lleva el testigo del día a día de esta taberna familiar.

Este sótano albergaba bajo tierra lo que podrían haber sido dos almacenes para el vino, abandonados quizás a su suerte, por un propietario anterior tras la dañina plaga de la filoxera (1877). «Creemos que prefirieron enterrarlos mejor que romperlos porque en aquella época resultaba más complicado sacar los escombros», argumenta la actual gerente del negocio.

La bodega está contigua a la taberna. Abajo, vinos de la Bodega El Por Fin. Para entrar a esta bodega hay que descender hasta un sótano.

Antonio López no lo dudó. Adecentó el espacio ganado al suelo, pero respetando, eso sí, toda la estructura, y trasladó allí la taberna que estaba arriba. Así la convirtió en un lugar con un ambiente especial, un punto de encuentro entre varias generaciones de Yunquera. A pesar de los años, conserva todavía ese estilo rústico original. Esto es posible gracias al empeño de Isabel y su marido. «Sería más cómodo en algunas partes poner zócalos en lugar de encalar cinco o seis veces all año, pero romperíamos el encanto de este sitio», comenta la hija de Antonio López.

Otra de las peculiaridades de Bodega El Por fin es que elaboran sus propios vinos. Cada año hacen en torno a veinte mil litros de mosto y algo de tinto. Esto sería imposible sin la implicación de los hermanos de Isabel, Antonio, Álvaro y Alejandro. «Aunque cada uno de ellos tienen su trabajo, se encargan de las viñas, de la cosecha y de la elaboración del vino», explica Isabel. Esta devoción por la enología la heredaron de su padre, que fue quien creó la bodega, que hoy esta contigua a la taberna. Es más, los clientes pueden entrar a verla o incluso comprar el vino para llevar allí mismo.

Vinos y sangría

Antonio López, a su vez, recibió el legado de su abuelo que ya tenía viñas en Yunquera, donde tradicionalmente siempre se ha bebido vino del terreno, allí más conocido como mosto. Con éste en la Bodega El Por fin se elabora una sangría de lo más autóctona desde sus orígenes. Además del mosto de la casa se le añaden las frutas de temporada que haya en ese momento en la huerta familiar. Normalmente, se hace durante los fines de semana, que es cuando el negocio de los López tiene más afluencia de visitantes.

Esta estructura podría tener dos siglos de antigüedad.

El vino es el producto estrella de Bodega El Por Fin. Tanto que no sólo se puede encontrar allí sino también en algunos establecimientos de la propia Yunquera. En los últimos años, los hermanos de Isabel incluso están sacando con éxito un tinto, además del mosto tradicional que siempre se ha elaborado en este pueblo de la Sierra de las Nieves.

En la taberna los vinos de la casa maridan perfectamente con los platos que se preparan allí, sobre todo en los fines de semana y festivos, que es cuando suele haber más clientes. «Aquí ponemos de todo un poco: embutidos, quesos, callos con garbanzos, conejo al ajillo o incluso pescaíto frito», comenta Isabel López.

Edificio donde se encuentra la Bodega El Por Fin

La Bodega El Por Fin también tiene muchos ambientes distintos a lo largo del año. La tranquilidad y el sosiego que se vive en los días laborables, que es cuando suelen estar por allí los jubilados de Yunquera, contrasta con la algarabía que hay en las fiestas del pueblo, gracias a que los más jóvenes han encontrado especialmente en el patio de la taberna un punto de encuentro. En los fines de semana, también suelen pasar por allí muchos yunqueranos, pero también visitantes ocasionales, que han recorrido alguna ruta de senderismo por el pinsapar o por el río Grande y quieren ponerle un merecido colofón.

El espacio ganado al suelo hace veinte años parece idóneo para que los mayores del pueblo disfruten de una partida de cartas o de una entretenida tertulia. Son ellos los que, de alguna forma, hacen que el establecimiento abra todos los días del año a partir de las doce del mediodía.

El patio de la taberna está especialmente concurrido en las fiestas locales.

Muchos de los clientes que acuden por primera vez a esta taberna tradicional se preguntan por el origen de su nombre. Isabel y su marido lo explican claramente aludiendo a la historia de su padre. Antonio, desde muy joven, había trabajado en establecimientos similares, incluso en uno fue socio a medias. Después de mucho esfuerzo y tesón, a pesar de ser joven, consiguió abrir su propia taberna en solitario (la que estaba en la parte de arriba de la actual). Todos en Yunquera sabían que era el deseo de este entregado tabernero. Por eso, empezaron a aplaudir su gesta diciéndole «por fin, por fin».

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