Pocos fichajes ha hecho el Málaga en las últimas décadas que se hayan amortizado como el de Henrique Guedes da Silva, en relidad más conocido como 'Catanha', que quiere decir 'el cangrejo rojo', como era conocido desde que se formó como futbolista en su país. Este delantero brasileño, que jugó sólo dos temporadas (una en Segunda y la última en Primera) en el club de La Rosaleda, anotó la friolera de 50 goles. En la etapa con las actuales siglas, sólo se le acerca Salva en cuanto a acierto realizador.
Catanha, criado en una familia muy humilde de Recife, en el norte de Brasil, se granjeó cierto nombre como jugador en Sao Cristovao o Maceio, antes de desembarcar en Europa en el Os Belenenses, en una trayectoria muy habitual de brasileños con cierta proyección pero aún sin fama. Desde ahi le fichó el Salamanca, aunque su debut en España fue un fiasco, con sólo un gol. Sin embargo, una campaña después, en el Leganés, marcó 14 en Segunda. Eso y su capacidad de trabajo fueron los argumentos para que el Málaga apostara por él en su ascenso a la categoría. Pero a Catanha le costó incialmente responder a las expectativas. Es muy recordada su actuación en Albacete (2-2) en la vigésima jornada, cuando sólo sumaba aún seis dianas. Sólo con los tantos que falló esa tarde podría haber logrado un récord goleador en la temporada.
Quizás el paso por el Carlos Belmonte marcó un punto de inflexión, pues en la segunda vuelta totalizó 19 goles y fue clave para el ascenso a Primera de una plantilla que apostó por la base de Segunda B (los Rafa, Larrainzar, Roteta, Bravo o Movilla) y se supo reforzar también muy bien en el mercado invernal (Rufete y Edgar). Para entonces Catanha estaba sobrado de confianza, su lucha era incansable y se convertía en toda una pesadilla para los rivales por su presión, su empeño en robar el balón o su buen juego aéreo. Sus 26 goles le dieron el Trofeo Pichichi compartido con Sequeiros (Atlético B).
El Catanha decisivo de Segunda también lo fue en Primera, categoría en la que se estrenaba, pero en la que no acusó el salto de calidad. Marcó 24 y fue el segundo en el Trofeo Pichichi, igualado con Hasselbaink. De hecho, ya fue el autor del tanto del triunfo en la primera jornada ante el Espanyol en La Rosaleda (1-0) y marcó en las cuatro primeras jornadas. Una de sus actuaciones más célebres fue el 22 de diciembre de 1999, con un 'hat-trick' en Balaídos (2-4) donde popularizó la celebración de la gaviota, al mover los brazos imitando las alas del ave cuyo vuelo es tan habitual en este recinto gallego. Curiosamente, aquel Celta sería su siguiente equipo en España, con un traspaso récord en el Málaga hasta entonces de 2.540 millones, que no se consumó hasta la pretemporada siguiente, en plena estadía del equipo en Covaleda (Soria).
Encarni Hinojosa
Además, Catanha acababa de lograr la nacionalidad española, lo que le revalorizó en el mercado y le permitió jugar tres partidos con la selección absoluta, aunque ya en su etapa en el Celta, que no fue tan exitosa como la del Málaga. Tras un paso por el Krylia Sovetov ruso, el atacante tardó en retirarse y llegó a actuar hasta llegados los cuarenta años en modestos clubes malagueños como el Estepona, el Dos Hermanas-San Andrés y el recién creado Zenit de Torremolinos.
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