Isco, 'el duende de Arroyo de la Miel'
La plantilla histórica del Málaga (II) ·
Acaparó elogios desde su primer día como malaguista y se convirtió en una estrella a la altura de los más grandes del clubSecciones
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La plantilla histórica del Málaga (II) ·
Acaparó elogios desde su primer día como malaguista y se convirtió en una estrella a la altura de los más grandes del clubPocos futbolistas han dejado tanta huella en el malaguismo por su clase y su talento como él, 'el duende de Arroyo de la Miel'. Era un absoluto desconocido para la gran mayoría de los aficionados cuando de repente entró en escena en aquel verano irrepetible por tanto fichaje deslumbrante. Abdullah Ghubn y José Carlos Pérez vieron por televisión un partido de España en el Preeuropeo sub-19 y el primero se quedó prendado por la exhibición de aquel futbolista llamado Isco. «Pues es malagueño», le espetó el directivo. En cuestión de horas el club supo de su baja clàusula de rescisión y comenzó las gestiones. El resto es más que sabido: del Málaga al cielo.
El Málaga le arrebató al Valencia a Isco por el imperdonable descuido del club valenciano, que en un error de cálculo no lo valoró como debía (consecuencia también de que el entrenador del primer equipo, Unai Emery, no tenía excesiva confianza en él). Pagar seis millones por él ha sido una de las grandes inversiones de la entidad en su historia. Y no ya porque luego fuera vendido por 27 millones al Real Madrid (más otro ingresado por una Liga obtenida por el equipo blanco), sino porque el impacto de ese mago criado en la plaza de las Flores, en el corazón 'del Arroyo', fue descomunal, a la altura de los más grandes ídolos blanquiazules.
En apenas un par de entrenamientos en la localidad de Campoamor Manuel Pellegrini lo tuvo claro. De salida quería ver si podía tener el mismo rol que los canteranos (Recio, Portillo y Juanmi), tras la primera sesión con balón confesó que Isco sería «un jugador con minutos» y después de la segunda sentenció: «Esta temporada será muy importante para nosotros». Sólo 48 horas. Cuando hizo la última reflexión, José Carlos Pérez y el director deportivo, Antonio Fernández, se miraron en un gesto de complicidad. No había costado tanto sacarlo del Valencia como llevar las gestiones en secreto...
Isco estuvo apenas unos días y se marchó al Mundial sub-20 de Colombia en una selección de la que formaban parte otros dos malagueños, Recio y Dani Pacheco (cedido por el Liverpool al Norwich). Y fue llegar y ser encumbrado a la titularidad por Pellegrini, a costa de Buonanotte. Desde ese momento pasó a ser uno de los grandes ídolos de La Rosaleda. Su manejo de las dos piernas, sus fintas, sus recortes, su capacidad de desequilibrio, su variedad de recursos técnicos, su implicación en el juego... Protegido al máximo por el 'manager general', Fernando Hierro, 'el duende de Arroyo de la Miel' no concedía entrevistas o ruedas de prensa. «Hay que dejarlo tranquilo, que crezca», esgrimía el veleño, que por su pasado como director técnico de la Federación lo conocía desde que comenzó a aparecer en las categorías inferiores de la selección con 16 años.
La explosión de Isco traspasó fronteras hasta ganarse el prestigioso trofeo Golden Boy que concede el periódico italiano 'Tuttosport' al mejor futbolísta menor de 21 años que compite en Europa. Poco hay que repasar de sus estadísticas en dos temporadas impecables como malaguista, al nivel de los más grandes de la historia blanquiazul. Si en la primera se hizo un hueco en una plantilla colosal, en la segunda, en la Champions, su papel fue estelar. En la Liga sólo faltó en un partido y marcó nueve goles, y en el mejor escaparate del mundo lo jugó todo -salvo los dos últimos partidos de la fase de grupos, ya con el pase a octavos asegurado, cuando lo reservó Pellegrini- con un balance de tres tantos y un sinfín de diabluras que encandilaron al mundo entero.
La salida de Isco estaba cantada, máxime por las penurias económicas tras el paso atrás de Al-Thani y la deuda desbocada a raíz de una inversión multimillonaria. Al final recaló en el Real Madrid, donde ha sido protagonista de un ciclo exitoso en Europa con cuatro títulos de la Champions. Pero la huella que dejó en el Málaga 'el duende de Arroyo de la Miel' está a la altura de mitos como Viberti y Juanito (él nació sólo 19 días después del trágico fallecimiento del fuengiroleño). Sencillamente fue fascinante verlo con la camiseta blanquiazul y triunfar en su tierra. Un orgullo para cualquier malagueño y malaguista.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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