Bazán, el primer ídolo del malaguismo
La plantilla histórica del Málaga (I) ·
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La plantilla histórica del Málaga (I) ·
Máximo goleador en la historia del Málaga, aún perdura su récord nacional de nueve goles marcados en un solo partidoFue un auténtico ídolo, pero por su forma de ser nunca ejerció como tal. Cuando a los veteranos aficionados se les pregunta por el mejor jugador de la historia del Málaga, muchos lo nombran a él, a Pedro Bazán Romero, el torero que no fue y el matador que sí deslumbró. Ha sido, de lejos, el mejor goleador blanquiazul y como tal se le reconoce en La Rosaleda con una puerta con su nombre desde finales de 2016, la número 9, aunque él nunca llegó a lucir este dorsal porque no ocupaba la plaza de delantero centro. A él le bastaba con ser interior derecha en aquel 2-3-5 para sembrar el pánico entre los defensas y, sobre todo, los porteros rivales.
Bazán tendría que haber brillado más en el albero de los cosos porque procedía de una saga de toreros. Nacido en La Algaba en marzo de 1922 pasó por distintos equipos hasta que en 1946 el Málaga lo incorporó procedente de la Olímpica Jiennense. A los lectores de SUR les pareció una inocentada que el 28 de diciembre se anunciara que la directiva presidida por Manuel Navarro Nogueroles había incorporado a cinco jugadores para el partido frente al Zaragoza. Pero tal revolución era real. De hecho, horas después cuatro de ellos formaron en el once (Clemente, Roldán, Ubis y Bazán). Sólo se quedó fuera Pedrín por la indiscutible titularidad del capitán Emilio.
Aquel día empezó la trayectoria como malaguista de un atacante que dejó para el recuerdo un promedio goleador insuperable. En ocho temporadas jugó 206 partidos oficiales y marcó 140 tantos (en algunos encuentros las crónicas le asignaban varios más, y en otras se daba la autoría a defensas rivales). Su primera campaña no fue excesivamente brillante, pero desde la 47-48 hasta su poco entendida marcha del equipo blanquiazul en 1954 ofreció números espectaculares. Fue uno de los grandes artífices de aquel equipo que al fin alcanzó la gloria de jugar en Primera División y sumó más tarde otros dos ascensos (en 1952 y en su despedida). No es fácil acabar con un promedio superior a un gol por partido y él lo hizo en 1948 (28 dianas en 26 encuentros) y 1949 (26 en 25).
Pese a ostentar diferentes récords en la historia del Málaga, uno sobresale por encima del resto. «Bazán, 9; Hércules, 2». Con ese titular de SUR basta para aludir a la mágica tarde del algabeño, que firmó un registro insólito e histórico sin parangón hasta ahora en el fútbol profesional español. Aquel 4 de enero de 1948 perdurará en la memoria por la colosal actuación del delantero, que batió en nueve ocasiones a Cosme. Desde entonces fue el gran ídolo del malaguismo, aderezado además por una sencillez y una humildad que engrandecían aún más, si cabe, su figura.
Bazán salió por la puerta de atrás del Málaga, pero nunca se fue de Málaga. A pesar de pertenecer tres años al Coruña, ya había echado raíces. Había conocido a Carmen Virtudes y por eso luego regresó a su tierra de adopción para enseñar a los más jóvenes. Y siempre sin el más mínimo afán de protagonismo.
Bazán también fue la primera aportación del Málaga a la selección española. Catorce meses después de su gesta ante el Hércules fue reclutado para jugar con el equipo B en La Coruña frente a Portugal. Y, cómo no, en aquella goleada por 5-2 uno de los tantos llevó la firma del algabeño. Él y Ontoria (este, jugador de la Real Sociedad, también aquella noche) fueron los primeros futbolistas que vestían la elástica nacional procedentes de equipos de Segunda División. Otro registro para aquel humilde futbolista llegado de Jaén que engrandeció al Málaga con innumerables tardes gloriosas. Un auténtico ídolo que nunca ejerció como tal.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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