El Unicaja se estrena en la Champions League con un cómodo triunfo ante el Nizhny Novgorod (62-79)

Hará bien el Unicaja en no tomar como referencia este partido para lo que le espera en la Champions. El Nizhny dio muestras de su falta de rodaje, de estar todavía en fase de acoplamiento, lo que seguramente le costará quedar eliminado a las primeras de cambio. La primera jornada de competición ha mostrado el potencial de algunos equipos y si el Unicaja quiere estar en el vagón de los favoritos tendrá que ser más contundente y jugar un mejor baloncesto del que mostró en Rusia.

El arranque del partido careció de tensión porque el ritmo del Unicaja era más alto y mejor que el de un equipo ruso todavía en fase de acoplamiento. El tridente formado por Brizuela, Cole y Bouteille dio la primera renta al cuadro cajista, que jugaba cómodo y sin demasiada exigencia. Pero el Nizhny tiene buenos jugadores y no tardó en meterse en el partido (12-13, min. 5). La entrada de Jaime Fernández dio un nuevo impulso al cuadro malagueño, cuya renta no fue mayor por alguna pérdida de más. Antes del descanso debutó Carlos Suárez, que no jugaba un partido desde el pasado 13 de febrero y que nada más entrar trató de asistir a un compañero debajo del aro como si el tiempo no hubiese pasado para él. El primer cuarto se cerró con 19-23 y una superioridad por parte del Unicaja que no se reflejaba en el marcador.

La tendencia de dominio malagueño se acentuó en los siguientes minutos, con Fernández controlando el partido y con canastas de oportunista de Bareiro. La renta del Unicaja alcanzó los 13 puntos (15-38, min. 14) y amagaba con romper el partido, pero su relajación defensiva fue tal que encajó un parcial de 0-12 que hizo que encuentro volviese a la casilla de salida. El acierto exterior del Nizhny, en especial de Strebkov, tuvo también mucha culpa. Katsikaris paró el partido y pidió más cabeza a los suyos, pero el daño ya estaba hecho (37-40, min. 20).

No reaccionó el Unicaja, que sin la aportación de su línea exterior es un equipo muy previsible. Pese a que Eric dominaba completamente debajo de los dos aros, la gasolina del nigeriano (40-48) es poca en este arranque de la temporada. Nzosa no le dio un buen relevo. Extraña ver al talentoso congoleño cometiendo tantos fallos y Katsikaris no tuvo más remedio que sentarlo. Con un ritmo de anotación más bajo, el Nizhny no tuvo problemas para apretarle al Unicaja. De nuevo lo hizo con los triples y fue lo que le permitió inquietar a un equipo malagueño que mostraba un juego errático y que se complicaba el partido por momentos, (49-52, min. 30).

No llegó la sangre al río porque entraron los triples. Dos canastas desde la larga distancia de Díaz y Fernández, decisivo en el último cuarto, frenaron la acometida del conjunto ruso. Apareció, además, un factor inesperado como Rubén Guerrero, que firmó un par de buenas acciones defensivas que remató con contundencia en ataque. La evidente mejora atrás acabó por decantar el choque del lado malagueño frente a un rival limitado y notablemente inferior.