Migue Fernández

Un hackeo del sistema o microcámaras-espía: así robaron el banco de la avenida de Andalucia

La policía lo considera ya un golpe «inédito» en España por el grado de sofisticación, ya que han logrado burlar un mecanismo de seguridad que sólo tienen cinco sucursales en todo el país

Juan Cano

Málaga

Viernes, 14 de marzo 2025, 00:34

El 13 de enero de 2006, dos atracadores asaltaron el banco Río de Acassuso en Buenos Aires (Argentina) y tomaron 23 rehenes. Uno de ellos vestía un delantal y peluca, y al segundo se le conoció como el hombre del traje gris. Él fue quien negoció con la policía y quien aceptó entregarse si antes les enviaban unas pizzas.

Publicidad

Cuando los agentes entraron, los ladrones ya no estaban allí. Habían escapado por un túnel subterráneo excavado durante meses con el contenido de 143 cajas de seguridad. El botín se estimó en 19 millones de dólares. La banda dejó una nota que decía: «En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores».

El golpe al Río de Acassuso inspiró libros y la película 'El robo del siglo' (2020).

Del asalto al BBVA de la avenida de Andalucía aún se sabe muy poco, pero si no acaba siendo el robo del siglo en España, poco le faltará. La policía lo considera ya en sus informes un golpe «inédito» en el país por el nivel de sofisticación y probablemente también por el botín, cuya cuantía aún se desconoce, pero que está lejos del millón de euros recuperado por los agentes al detener a uno de los autores.

La primera peculiaridad del robo reside en el propio sistema de seguridad burlado por los ladrones. Según las fuentes consultadas, se trata de un búnker robotizado que sólo está implantado en cinco sucursales en toda España y que permite a los clientes acceder a la cámara acorazada donde están las cajas de seguridad fuera del horario comercial de la entidad. Es decir, pueden ir cualquier día y hora.

Los usuarios deben pasar por hasta cuatro lectores de tarjeta, donde tienen que utilizar la que les ha proporcionado el banco, y van atravesando diferentes salas de espera hasta llegar a una zona privada. Sólo cuando se cierran las puertas de este último habitáculo e introducen correctamente el PIN, el brazo articulado del robot extrae su caja de seguridad, que se abre a su vez con una llave que únicamente tienen ellos. El mecanismo es, a priori, muy seguro.

Publicidad

Las alarmas en BBVA de la avenida de Andalucía saltaron sobre las nueve de la noche, aunque el golpe comenzó mucho antes. Las cámaras de videovigilancia han revelado que los ladrones estuvieron más de una hora dentro de la cámara acorazada donde están ubicadas las cajas de seguridad y que en ese tiempo, incluso, salieron para dar un primer viaje con una bolsa de deporte de grandes dimensiones y una mochila, con la que volvieron después para continuar con el robo.

Cuando la primera patrulla de policía llegó a la puerta del banco, los dos cacos estaban saliendo de la sucursal. Uno de ellos escapó a la carrera y el segundo fue detenido allí mismo. En la mochila que en esos momentos llevaba a la espalda, los agentes encontraron un millón de euros en billetes -del segundo viaje que dieron- y algunas de las herramientas utilizadas en el asalto, que los investigadores tratan de interpretar para esclarecer cómo se perpetró el golpe. Se cree que el individuo, moldavo, de 36 años, había venido a España sólo para cometer el robo.

Publicidad

Los delincuentes ejecutaron un plan diseñado al milímetro y que refleja grandes conocimientos de informática. Para entrar en la sucursal y pasar por los lectores habilitados en cada sala, habrían utilizado tarjetas clonadas a los clientes afectados. No ha trascendido cómo pudieron copiarlas y duplicarlas, pero un método clásico para ello es el que se conoce como 'skimming'. El propio BBVA advierte de él en su página web y da una serie de consejos a los usuarios.

El sistema de clonado consiste en instalar una boquilla falsa en los cajeros automáticos que se coloca en la ranura donde se inserta la tarjeta física. De este modo, cuando el cliente introduce el plástico, el 'skimmer' (toma su nombre de los filtros de las piscinas) copia toda la información, que después se vuelca sobre una tarjeta virgen.

Publicidad

La incógnita que aún no ha desvelado la investigación es cómo consiguieron obtener el número PIN que se necesita para el último paso del proceso, cuando se accede a la sala privada del 'búnker' y se introduce el código secreto para que el robot extraiga la caja de seguridad del cliente, que luego tendrá que hacer uso de una llave física (que sólo él posee) para terminar de abrirla.

En la investigación se han planteado dos hipótesis, aunque por ahora no hay evidencias de ninguna. La primera, que los delincuentes hayan conseguido 'hackear' el sistema de seguridad de las cajas y hayan extraído de ahí la información de los números secretos de los afectados. La segunda, que hayan instalado microcámaras-espía en algún lugar para conseguir el PIN de estos usuarios.

Publicidad

Cuando se resuelvan estas hipótesis, se podrá avanzar en otro de los grandes interrogantes de este caso: por qué seleccionaron en concreto 16 cajas de las más de 100 que tiene contratadas el banco en estos momentos, y que además no eran correlativas. A priori, el contenido es secreto hasta para la propia entidad, como establece el contrato de estas cajas, que se suelen utilizar para guardar efectivo (incluido dinero negro), relojes, joyas y documentos confidenciales.

Pero el golpe aún requiere de un último truco: abrir las cajas de seguridad sin apenas violentarlas, ya que, para que el sistema funcione correctamente y no salten las alarmas, el robot debe retornarlas al 'búnker' sin detectar anomalía alguna. Según las fuentes consultadas, se piensa que entre las herramientas que el detenido llevaba en la mochila está la clave para explicar cómo desvalijaron las 16 cajas sin que el mecanismo se percatara: un taladro manipulado para abrirlas sin romper el cilindro de la cerradura.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad