Paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes

El conjunto de siete enclaves del interior de Málaga que quieren ser Patrimonio de la Humanidad

La provincia aspira a tener un segundo enclave con esta distinción con El Caminito del Rey y su entorno, después de la declaración del Sitio de los Dólmenes de Antequera

Domingo, 16 de febrero 2020

La provincia de Málaga aspira a tener un segundo enclave como Patrimonio Mundial de la Humanidad con El Caminito del Rey y su entorno. Después de la declaración del Sitio de los Dólmenes de Antequera, en el pasado mes de mayo la Diputación de Málaga inició la campaña de adhesiones para conseguir postularse ante la Unesco con los máximos apoyos posibles.

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Esta propuesta se basa tanto en los valores geológicos, biológicos e históricos como otros relacionados con la ingeniería ferroviaria, hidroeléctrica e hidráulica, que son auténticos hitos por su complejidad y originalidad. La Cueva de Ardales, la necrópolis de las Aguilillas, Bobastro o el Desfiladero de los Gaitanes son algunos de los nombres propios que sirven para argumentar que El Caminito del Rey y su entorno forman un conjunto único en el planeta.

Actualmente, esta iniciativa está en fase de recopilar apoyos tanto de personas como empresas e instituciones, que pueden adherirse en este enlace.

Los siete argumentos principales para postularse como candidato a ser declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial del Humanidad son los siguientes:

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    Desfiladero de los Gaitanes y su entorno

En el corazón de la provincia de Málaga aguarda una de las joyas geológicas de la Península Ibérica. Se trata de una impresionante garganta recorrida por el río Guadalhorce a su paso por este complejo rocoso, situado dentro de la sierra de Huma. Este impresionante cañón llega a alcanzar una altura de hasta 300 metros y una anchura de menos de diez. Es, sin duda, una de las mejores postales que se puede tener de la provincia de Málaga. Su protección como paraje natural se debe a su extraordinario interés geomorfológico y a la presencia de una interesante fauna, entre la que destaca el buitre leonado. En su entorno, también se aprecian rapaces como el halcón peregrino, el búho real o el águila perdicera, así como aves propias de humedales y ríos, como el cormorán o el martín pescador. Este interesante espacio ecológico, que tiene una superficie de más de dos mil hectáreas, se puede recorrer hoy gracias a la reapertura del Caminito del Rey. Este espacio protegido, que comparten los municipios de Ardales, Álora y Antequera, cuenta con una extensión de 2016 hectáreas. Dentro del paraje natural, además de la propia garganta, hay enclaves tan singulares como el monte Almorchón, los cañones y el valle central de Desfiladero, las paredes de los Tajos de Ballesteros y Estudiantes y las cumbres de la Sierra de Huma.

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    Cueva de Ardales

Interior de la Cueva de Ardales. Pedro Cantalejo

Esta caverna, situada en el pueblo del mismo nombre, contiene pinturas rupestres de la época solutrense (20.000 años a. C.), un importante yacimiento neolítico (3.800 años a. C.) y varios enterramientos del Calcolítico (2.700 años a. C.). Ha sido el único yacimiento arqueológico malagueño que se ha incluido dentro del Itinerario Cultural Europeo 'Caminos del Arte Rupestre'. Le sobran motivos para ello, ya que allí se pueden apreciar manos pintadas con la técnica de la aerografía y signos realizados con los dedos, presentes sólo en unos pocos yacimientos en todo el mundo. Para poder acceder hay que reservar entrada con antelación. Hay que tener en cuenta que se trata de un enclave que tiene unas visitadas limitadas al año, lo que le permite mantenerse lo más similar posible a cuando estuvo habitada. Para informarse sobre ella, lo más recomendable es ponerse en contacto con el centro de interpretación Prehistoria en Guadalteba, situado en la entrada de Ardales.

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    Necrópolis de Las Aguilillas

Necrópolis de las Aguilillas.

A un paso del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes, se puede visitar uno de los conjuntos funerarios más importantes de la provincia de Málaga. Conocida como la necrópolis de las Aguilillas, en el camino hacia Campillos, se pueden ver hasta siete construcciones excavadas que forman cuevas artificiales. Se trata de un conjunto con más de cuatro milenios de antigüedad (Entre el Calcolítico y la Edad del Bronce). Como otras tumbas de la época, en ellas se evoca el vientre materno. Esta necrópolis prehistórica se encuentra en un promontorio de areniscas del Mioceno que se levanta a unos 500 metros sobre el nivel del mar, en el término municipal de Campillos. Las tumbas fueron construidas manualmente con picos de piedra. Junto a los restos humanos, también se hallaron vasijas de cerámica, cuchillos y puntas de flechas de sílex, adornos personales (collares) y amuletos, así como objetos metálicos como puntas y punzones, y unos ídolos femeninos en piedra. En total, se estudiaron más de dos mil piezas arqueológicas. Muchos años después, este espacio fue ocupado en época tardorromana y medieval. Incluso fueron usadas como trincheras por los republicanos en la Guerra Civil. En algunas de ellas quedan todavía algunos vestigios de aquel uso bélico.

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    Iglesia rupestre de Bobastro

Iglesia rupestre de Bobastro

En la zona conocida como las Mesas de Villaverde (Ardales), muy cerca del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes se puede visitar otro de las grandes joyas eremíticas de Málaga. Se trata de la basílica que mandó a construir Omar Ben Hafsún en su bastión de Bobastro, desde donde desafió a la poderosa dinastía de los Omeyas. De hecho, esta iglesia excavada en la roca es uno de los emblemas de este importante yacimiento arqueológico. Seguramente, se comenzó a erigir cuando Hafsún abrazó el cristianismo, lo que encolerizó aún más a Abderramán III. Este templo, que no es el único encontrado en esta ciudadela rebelde, hoy es uno de los emblemas de este yacimiento arqueológico. Es más, su construcción guarda relación con uno de los hitos de esta sublevación, el momento en el que Ben Hafsún decide abrazar al cristianismo (a finales del siglo IX o principios del X) e incluso nombra a un obispo. Bobastro, además de ser un lugar con un gran interés arqueológico donde queda mucho por descubrir a través de excavaciones, recompensa con sus impresionantes paisajes, entre la sierra caliza de Huma y los embalses del Guadalhorce y del Guadalteba.

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    Túneles, viaductos y Estación de Ferrocarriles de El Chorro

Puente y túnel ferroviarios en el seno del Desfiladero de los Gaitanes.

En el Desfiladero de los Gaitanes aguardan valiosas joyas del legado ferroviario europeo, que se acometieron en la segunda mitad del siglo XIX para unir a Málaga, por aquel entonces la segunda ciudad industrial del país, con el interior de Andalucía. Para ello se tuvieron que hacer obras de ingeniería de gran nivel que pudieran servir para atravesar este macizo montañoso. Todo esto se conserva hoy en un conjunto que suma 17 túneles, que suman más de cinco kilómetros, ocho viaductos y 18 puentes. Además, también en ese período se construyeron dos estaciones a ambos lados del Desfiladero de los Gaitanes. Por un lado, la estación de Gobantes, hoy sumergida bajo la aguas del embalse del Guadalhorce. La otra, hoy denominada estación El Chorro-Caminito del Rey, se encuentra en el término municipal de Álora. En ella se pueden ver todavía elementos originales como los túneles de acceso a las vías, los depósitos metálicos que se usaban para el relleno de agua de las calderas de las locomotoras de vapor y el edificio para viajeros. Entre estación, situada en la barriada aloreña del Chorro y la de Gobantes, se pueden ver todavía hoy los túneles y los viaductos, antiguamente metálicos y conocidos como 'puentes de hierro'.

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    Canales, arquetas y pasarelas del Caminito del Rey

Pasarela original y actual del Caminito del Rey

Además del gran patrimonio ferroviario, en esta zona también sobresale el de la ingeniería hidroeléctrica, iniciada a principios del siglo XX, tras descubrir que el desnivel del cauce del Guadalhorce era propicio para generar energía. Es lo que hoy se conoce como el Salto del Chorro, que supuso todo un reto para la ingeniería española de la época. Para ello en el año 1903 se inició la construcción de una central hidroeléctrica bajo la dirección del ingeniero Rafael Benjumea. Su proyecto hecho realidad incluía una represa a la entrada del primer desfiladero (norte) y un canal atravesando la roca hasta el final del segundo desfiladero (sur), donde el agua caía por una tubería a presión hasta la turbina de la central. Posteriormente, se construyó la presa del Chorro, que inauguró el 21 de mayo de 1921 el rey Alfonso XIII. Además de esa obra de ingeniería, como legado hoy queda el conjunto de pasarelas adosadas a las paredes del desfiladero, que fueron fundamental para el tránsito de los trabajadores desde la presa hasta la central. Eso sí, a partir de la inauguración de Alfonso XIII quien recorrió parte de esas pasarelas se comenzó a llamar Caminito del Rey. Hoy este recorrido, tan histórico como vertiginoso, se ha puesto en valor desde el punto de vista turístico con su reapertura en 2015. Para ello fue fundamental el proyecto del arquitecto Luis Machuca, que apostó por conservar muchos tramos originales como arqueología industrial. Hoy el Caminito del Rey se ha convertido en un auténtico revulsivo para poner en valor el atractivo de esta zona interior de la provincia de Málaga.

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    Presas y embalses de El Chorro y Gaitanejo

Presa del Gaitanejo.

Presas y embalses de El Chorro y Gaitanejo. Otro de los grandes valores de esta zona interior es el que está relacionado con la ingeniería hidráulica. Para ello cuentan con obras tan singulares como las presas del Gaitanejo y de El Chorro o Conde del Guadalhorce, ambas de principios del siglo pasado. La primera está considerada como uno de los hitos más innovadores en su momento por el trazado y ubicación de las diversas bóvedas como por su sistema de vertedero sobre la presa-central. Lo original de esta presa está en su diseño, ya que se apoya en las mismas laderas del estrechamiento o tajo del Gaitanejo. Fue realizada en hormigón, acero y cristal, con una tecnología muy avanzada que generaba energía eléctrica para las propias obras hidráulicas. Por su parte, la presa de El Chorro fue concebida como una gran infraestructura hidráulica que permitiera acumular grandes caudales de agua durante varios años, de tal forma que garantizara la producción energética, incluso en periodos de escasez de lluvias, así como el abastecimiento de agua potable a Málaga y el riego de cultivos.

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