A la espera de dos delanteros, premio para Roberto y Kevin

Además fue en un partido especial por la vuelta efectiva de la afición a La Rosaleda, un componente ambiental claramente influyente. Pocas cosas gustan más a los seguidores que ver cómo las jóvenes promesas de su equipo llegan a la cima. Está por comprobar si lograran plantar allí su campamento base o no, pero lo cierto es que en la rocosa prueba contra el Mirandés firmaron una más que sugerente ascensión.

Kevin, el más mayor de los dos, partió desde su posición favorita, como extremo zurdo, y su actuación fue fulgurante al comienzo. Su actitud impetuosa y atrevida agitó el ambiente y los primeros compases del encuentro. Si alguien no le conoce aún entre la afición malaguista, quizás sea el filial que más se parece el excanterano Ontiveros. Se alió a la perfección con Brandon.

Juntos han hecho buenas migas y eso se notó en el campo. El balear le brindó más un espacio para disparar a portería. En una acción de esas, sobre el minuto 12, hizo temblar el larguero de Lizoain. El malagueño fue de más a menos, también por el esfuerzo físico al que estuvo exigido en acciones defensivas, donde se le vio por momentos algo angustiado.

El entrenador tuvo que corregirlo en más de una ocasión a la hora de replegar. Obediente, cumplió con las órdenes y despertó también aplausos por algunas de sus recuperaciones o intercepciones. Pudo haber coronado su estreno con un gol, pero en la más clara no tomó la mejor decisión. Fue instantes previos al descanso cuando logró capitanear un contragolpe y quedarse prácticamente de frente a portería. En vez de chutar decidió pasarla.

Tuvo una ocasión idéntica Roberto, que después de recibir un oportuno robo del equipo en ataque se preparó una propicia línea de disparo. El jovencísimo atacante, uno de los más destacados en la pretemporada (anotó un gol frente al Sevilla Atlético), no logró conectar bien con el balón y sacó un lanzamiento demasiado débil.

Por lo demás, demostró por qué ahora mismo es la preferencia del entrenador por delante de otro canterano como Loren, que la temporada pasada le llevaba la delantera en el primer equipo, de hecho, debutó y tuvo varias apariciones. En este último también disfrutó de algunos minutos al final, pero se encontró con un escenario complicado porque el Mirandés empezó a apretar y las llegadas del Málaga fueron más contadas.

Roberto cumplió con lo que le pidió el cuerpo técnico y ejerció de referencia ante dos centrales duros. Ganó la mayoría de las acciones que le propusieron por arriba y jugó con entereza todas las acciones. En este sentido sorprendieron tanto él como Kevin, ya que no desentonaron en ningún momento a nivel físico.

Fue considerado con ellos el técnico y sustituyó a los dos benjamines del once cuando pasó la hora de partido. El público les dedicó su aplauso más sonoro en su camino al banquillo. Esta experiencia ya no se la quita nadie, ni siquiera el atacante de garantías que venga para devolverlos a su sitio.