Peligroso paso atrás del Málaga, que pierde en La Rosaleda ante el líder (0-1)

La situación clasificatoria se le complica un poco más al Málaga, con unas sensaciones, además, poco halagüeñas en un partido que comenzó controlando, pero en el que dispuso de pocas oportunidades para cambiar el rumbo del mismo y romper los planes del Castellón cuando se adelantó en el marcador. Parece claro que es necesario variar las previsiones en el mercado invernal para mejorar el nivel en la segunda vuelta. El tanto de Manu Sánchez fue suficiente, sin que los blanquiazules fuesen capaces de reaccionar de una forma contundente y continuada. De hecho, poco a poco fueron a menos en la fase final del choque.

El Castellón se cerró muy bien al final y dejó pocos espacios ante un Málaga impotente y sin pegada en la segunda parte para frenar a un equipo que no necesitó ofrecer demasiado potencial para llevarse el triunfo y los puntos. El Málaga sigue colocado en la zona alta de la clasificación, pero necesitará dar un paso adelante para renovar su plantilla para garantizar su estabilidad en las plazas de privilegio, aunque se haya alejado ya de las dos primeras posiciones.

Pellicer completó una gran revolución en el once de partida. No sólo hizo cambios en la alineación, sino que definitivamente varió el sistema de juego, utilizando a tres centrales para proteger de alguna manera la merma que sufre la plantilla en el centro del campo con las numerosas ausencias (muy evidentes en compromisos anteriores). Quiso modificar el rumbo del equipo, con muchas dudas en algunos de los anteriores compromisos, y ante la visita del que tenía que ser su rival más directo, el líder de la categoría. Parecían demasiadas modificaciones para una cita tan trascendente, si bien el entrenador blanquiazul necesitaba mostrar otra cara de un conjunto que iba a menos.

Era el arranque de la segunda vuelta, la definitiva, en la que el Málaga debería luchar directamente por el ascenso. Para ello prevé reforzarse con, al menos, dos fichajes en este mercado invernal. El choque se presentaba como un reto para los blanquiazules, con muchos problemas en casi toda la primera parte de la competición. Y pronto se comprobó que el Castellón tendría que sudar mucho y mostrar todo su talento para llevarse los puntos. El ritmo y la intensidad de los blanquiazules, con un trabajo solidario de todas las líneas, asfixiaba desde el primer intante las acometidas de su rival.

El cuadro visitante, sin embargo, quería poner de manifiesto su impronta, su gran nivel, en cualquier de las acciones en las que se le presentaban propicias, como en algunos errores locales. De hecho dispuso de varias opciones y también hizo un tanto por medio de De Miguel, pero este fue anulado por fuera de juego. Mientras tanto, el Málaga iba a más, sobre todo en las transiciones rápidas y en los contragolpes, que se le atragantan al Castellón una y otra vez. Sólo la falta de acierto impidió que el marcador al descanso no fuera favorable a los pupilos de Pellicer.

Poco antes del final del primer tiempo, además, Sangalli volvió a lesionarse y el equipo acumula más problemas en una enfermería que está marcando la trayectoria del Málaga y que se ha convertido en una pesadilla. Salió el joven Izan Merino para los instantes finales, en los que se mantuvo el control y el dominio de los blanquiazules, que llegaban al área contraria con gran peligro, pero sin grandes oportunidades para abrir el marcador frente a un Castellón a la expectativa.

Todo siguió igual en la reanudación, con un Málaga más trabajador en busca del triunfo. Pero los desajustes estaban por llegar y, pese a disponer de una defensa cerrada, el recién entrado Manu Sánchez remató con acierto y adelantó a su equipo ante la tristeza de un estadio con una gran entrada que esperaba lo mejor de su equipo. El Castellón mostraba su calidad y sus credenciales.

Era imprescindible la reacción de Pellicer, y esta llegó de inmediato: cambio de jugadores y de sistema. Los tres centrales duraron 63 minutos, regresando a la defensa de cuatro, pero saliendo dos de ellos de una tacada (Juande y Moussa). El técnico pasó a Izan a la zaga, con Kevin ya en el campo, para explorar soluciones a un partido que se ponía más cuesta arriba a medida que avanzavan los minutos. Un 4-4-2 con un once completamente ofensivo.

El Castellón exhibía su calidad, mientras que el Málaga intentaba alcanzar la meta contraria a toda costa, incluso a la desesperada. Se adueñó del balón y, con el apoyo incondicional de su público, se lanzó en busca del empate, con permiso de un rival que se conformaba ya con el contragolpe en una fase final del choque muy complicada para el cuadro local, sin la contundencia necesaria y el acierto preciso para cambiar el marcador.

La reacción, de esta forma, no fue completa. El Málaga no podía encerrar en su área al Castellón para jugarse en los instantes finales. Dispuso de opciones, pero el rival también pudo hacer el segundo en varios contragolpes finales, cuando el partido se convirtió en un correcalles.