Tranquilos, que nadie dimite

Ya está el Málaga a 13 puntos de la única plaza que da derecho al ascenso directo, algo a lo que ha dicho adiós (salvo ... milagro, casi imposible) cuando falta toda una segunda vuelta. Sí, son muchos puntos, pero tal como está el equipo, con la plantilla tan desequilibrada y mal confeccionada que le han dado a Pellicer, en vez de pensar en la heroica de conseguir ese primer puesto, lo que tenemos que hacer es rezar para que no nos desbanquen de los puestos de promoción, que todo puede ser, porque los de atrás nos están recortando puntos a ritmo. El Castellón no es un gran equipo, pero es mejor que el Málaga. Y además tiene ambición, la misma que le falta al Málaga, y jugadores con carisma y carácter, algo de lo que adolece el Málaga, y, sobre todo, tiene un dueño, lo que tampoco tiene el Málaga. Y es un dueño que manda, que dice lo que quiere, que llama a los de la Plana a la ilusión y que no para de repetir que hay que ascender, palabra que en los aledaños de La Rosaleda no ha oído casi nadie, porque si lo han dicho ha sido muy, pero que muy bajito.