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Luis Muñoz y Juande muestran su frustración al término del partido. agencia lof

Este Málaga no tiene remedio (2-1)

Tras un regalo imperdonable al Eibar, mostró mucho tesón para lograr el empate en el minuto 89, pero en la siguiente jugada cometió otro error defensivo garrafal

Domingo, 15 de enero 2023

Este Málaga de Mel no tiene remedio. Persiste en su empeño de regalar goles a cualquier rival y en ataque sólo vive de arreones, con muy poca profundidad (salvo cuando salió Lago Junior), nula aportación ofensiva de tanto medio punta y, una vez más, un ... desperdiciado Rubén Castro. Aun así, tuvo en su mano traerse un empate del campo del líder, ese Eibar que casi siempre gana en Ipurua por la mínima, pero tras la igualada en el minuto 89 regaló el punto obtenido con mucho tesón en un descuido en un córner, otro mal endémico que no corrige.

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Por cuarto partido consecutivo Mel repitió esquema (4-1-4-1) y base del equipo (sólo se han producido cambios obligados). El técnico parece haber encontrado una estructura definitiva, aunque está por ver la duración de ese cuarteto Chavarría-Febas-Jozabed-Fran Villalba entre el medio de contención y el delantero centro que no intimida. De salida, los extremos incorporados durante la semana (Appiah y Lago Junior) debieron esperar su oportunidad en el banquillo, igual que Delmás, suplente de Ramalho e inédito...

El partido estuvo sujeto al guion desde el primer minuto. Ambos equipos optaron por una presión alta, lo que demasiado pronto desembocó en golpeos en largo de los guardametas. El Málaga sufrió más para tener la pelota porque el Eibar cuenta con laterales de verdad que suman continuamente en ataque –la primera ocasión local tuvo su origen en Imanol en la izquierda y la culminó Tejero en una llegada desde atrás– y porque además en este caso tuvo mucha conexión entre líneas. Javi Muñoz, teórico segundo punta, bajó para apoyar en la circulación de la pelota y Stoichkov, falso '9', se movió con libertad por todo el frente de ataque. Por eso el equipo blanquiazul tardó más de veinte minutos en tener la pelota. En la primera posesión larga dispuso de una inmejorable opción que desaprovechó Chavarría, consecuencia también de que Mel había introducido una variante táctica: adelantó a Febas y dejó a Jozabed como más claro medio centro con N'Diaye.

En realidad el Eibar tuvo varias llegadas claras pero pocas ocasiones. No obstante, como apuntábamos ayer en la previa, no necesita muchas opciones claras para marcar, igual que el Málaga paga demasiado caro cualquier desliz defensivo. Y así llegó el 1-0, tras un imperdonable regalo de Jozabed tras el enésimo mal despeje de Rubén Yáñez, inseguro desde un mal blocaje fuera del área pequeña. En el tramo final de la primera parte el conjunto blanquiazul trató de ganar metros y, una vez más, no aprovechó a Rubén Castro. Ni sus virtudes goleadoras –la verticalidad, por dentro y por fuera, brilla por su ausencia– ni sus movimientos de espaldas. Sólo N'Diaye supo leer una acción del grancanario e intimidó a Zidane con una llegada desde atrás a la que parecen ajenos todos esos medios punta que se conforman con tocar y tocar lejos del área. Al final ni son medios ni son puntas.

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Tras el descanso Mel no movió ficha pese a que la profundidad del Málaga, más allá de algún destello, había sido inexistente. Esperó casi diez minutos, periodo en el que Javi Muñoz disparó desde la frontal con comodidad ante un desbordado N'Diaye, que, pese a su pobre aspecto físico, volvió a aparecer en el corazón del área para golpear al aire en un centro de Javi Jiménez. Algo no funciona cuando el medio de contención, en vez de ofrecer equilibrio, muestra más llegada que los medios punta.

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El primer movimiento de Mel, cantado, fue introducir a Lago Junior y prescindir de Jozabed. La entrada del marfileño pareció reactivar al Málaga –Zidane salvó un gol del recién llegado en otro movimiento de Rubén Castro–, pero el Eibar posee una virtud de la que carece el equipo blanquiazul: consistencia.

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Ese 'efecto gaseosa' llevó al técnico a apostar al filo de la media hora por Luis Muñoz y Gallar aun a costa de la marcha de Rubén Castro. El Málaga se vino arriba y, tras un gol anulado a Luis Muñoz, consiguió igualar en un disparo de Burgos. Pero este equipo no tiene remedio. En la siguiente jugada regaló al Eibar la victoria en el enésimo error de marcaje en un córner, esta vez de Juande. La cuesta cada vez es más empinada.

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