El Málaga cambia el rumbo, reacciona y abre de nuevo el camino de la esperanza (0-1)

Era crucial para el Málaga hacerse con los tres puntos para mantener su clara lucha por el subcampeonato, sobre todo tras la derrota del Córdoba. Y lo logró gracias a un alto ritmo de juego, la presión constante en todas las líneas y la habitual fortaleza defensiva que le permitió sumar otro partido sin recibir goles. Todo ello aderezado, además, por el incondicional apoyo de unos 1.200 aficionados blanquiazules que estuvieron presentes en el Cerro del Espino para asistir a una nueva victoria de sus colores.

Se apreció una mejoría importante en algunos jugadores, incluso en los que entraron en la segunda parte, lo que facilitó al Málaga elevar su nivel ante un joven rival que puso muy difícil este triunfo por la mínima. Volvió a disfrutar de minutos Ramón, jugador en el que tiene importantes esperanzas el equipo blanquiazul para la fase de ascenso, que está ya relativamente cerca.

Pellicer hizo nuevamente cambios para que su equipo pudiera reaccionar en esta recta final del campeonato. Volvió a la normalidad en algún caso y, por otro lado, también dio descanso a Ferreiro. Tras los decepcionantes anteriores empates en La Rosaleda (dos seguidos), el técnico necesitaba encontrar la fórmula del éxito ante un filial de calidad. Apostó por un once ofensivo, con Genaro rodeado de 'jugones' en el centro del campo, Y el goleador Roberto como la principal referencia en el ataque. Y el Málaga arrancó como siempre, controlando el juego y mostrando un importante orden táctico.

La aproximaciones visitantes llegaron muy pronto con sendos lanzamientos de un activo Kevin, dominando el partido y la posesión. El mayor peligro atlético apareció en un disparo de Diego Bri que tocó en la defensa malaguista y estuvo a punto de coger portería. Aunque no habría que esperar en exceso, tras superarse el ecuador del primer periodo, para que el equipo de Martiricos se adelantara en el marcador por medio de Roberto: un gran pase de Dani Lorenzo y el remate del delantero, que se adelantó a los defensores para batir en solitario al meta local.

Era el primer paso para el Málaga, que mantuvo su ritmo pese a que los rojiblancos aumentaran su presión y pasaran a dominar el partido hasta el descanso. El contragolpe quedó para los visitantes, que lo intentaron en varias recuperaciones de balón y estuvieron a punto de sorprender en alguno de los casos. Los locales, asimismo, dispusieron de una oportunidad en uno de los ataques estáticos. Con los blanquiazules delante, el partido cambió de una forma considerable, a la espera del intermedio y una segunda parte que se presentaba ya muy atractiva por la reacción del conjunto filial en esos minutos finales.

Con alternativas en las dos áreas y con más de un millar de malaguistas desplazados muy satisfechos por el marcador favorable, se reanudó el choque. Y muy rápido, después de varias aproximaciones destacables, Roberto pudo conseguir el segundo, pero su remate de cabeza lo desvió el portero local en un paradón. Mención aparte mereció, en esta acción el centro medido y espectacular de Víctor García, que le puso un balón perfecto al delantero. Pudo ser la sentencia, pero el atacante no pudo marcar. El ajustado 0-1, sin embargo, animaba el filial atlético en busca del empate. Y lo pudo conseguir, al menos, en una clara oportunidad. El Málaga comenzaba a sufrir…

Sin Genaro, Larrubia o Dani Lorenzo en el campo, el Málaga necesitaba trabajar mucho para frenar al rival. Mantenía el dominio el equipo local, aunque la mejor ocasión fue para el recién entrado Dioni, que pudo marcar tras un excelente control que le dejó sólo ante el portero contrario, pero este estaba muy cerca y pudo repeler el lanzamiento que hubiera supuesto el 0-2 ya definitivo. Seguía perdonando el cuadro de Pellicer ante un rival que nunca renunciaba al ataque (Cala pudo empatar). Era necesario frenar las continuas transiciones atléticas, pues muchas veces llevaban demasiado peligro a la meta de Herrero.

El Málaga se cerraba muy bien atrás y las internadas contrarias estaban muy controladas, pero llegó el sufrimiento en estos minutos finales. El riesgo aparecía de vez en cuando, pero finalmente no hubo cambios y el cambio de rumbo, al fin, llegó...