Santa Liduina nos echó una mano

Igualmente, desde este partido, aunque ya hace muchas semanas que lo sabemos todos, los malaguistas tenemos que celebrar la festividad cada semana de San Alfonso Herrero, porque las paradas del meta malaguista son dignas de cualquier otra categoría grande y no de esta cloaca que se inventó el famoso Luis Rubiales y su grupo de mariachis.,, Lo que extraña no es la victoria, no; lo que sorprendió es ver a dos 'Málagas' tan distintos entre la primera y la segunda parte, con un absurdo repliegue tras el descanso, una vez que durante los primeros 45 minutos había demostrado muchas más hechuras y entidad que su contrario, al que increíblemente se le dieron alas para cercar la meta de los de Pellicer, que presa de los nervios, hizo un carrusel de cambios, alguno que otro bastante inexplicable como el de Genaro (salvo que estuviese lesionado), en busca de la tranquilidad perdida.

Así y todo, Roberto pudo hacer el segundo, pero el Málaga no tiene 'sangre de contragolpe', algo con lo que curiosamente no se siente nada cómodo. No hay explicación posible a las dos caras tan contrarias del equipo: ¿miedo?, ¿responsabilidad?, ¿decisión táctica?, ¿fortaleza del rival?... La verdad es que es difícil explicar un partido que al menos acabó en victoria. Santa Liduina hizo el resto, y no fue poco...