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Jairo conduce el balón durante el partido ante el Almería. MARIANO POZO

El Málaga mejoró y fue más consistente, pero no lo suficiente (0-1)

Perdió en un desajuste defensivo que aprovechó Sadiq en una de las escasas oportunidades del Almería en La Rosaleda

Sábado, 12 de febrero 2022

Otra derrota en La Rosaleda, un nuevo paso atrás en sus deseos de reaccionar. La mejoría del equipo, gracias al trabajo y el esfuerzo ofrecido, ... fue completamente estéril y no sirvió ni siquiera para empatar. El Málaga acabó perdiendo y desesperado ante un Almería que solo se tuvo que aprovechar de un desajuste defensivo para que Sadiq marcara el gol que al final fue el del triunfo. La imagen cambió, pero no lo suficiente como para sumar algo, para darle alguna alegría a su afición después de una racha nefasta. Otra noche triste en el estadio de Martiricos, donde el rendimiento y los resultados no se corresponden con el apoyo y la entrega de un gran público.

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La derrota era una opción real si se comparan los dos contendientes, si bien para el Málaga era necesario frenar la dinámica negativa para tomar oxígeno y, al menos, que su gente deje de sufrir con esta peligrosa desescalada. Los cambios y variaciones tácticas puestas en marcha por el nuevo entrenador tuvieron un éxito relativo frente a un rival muy importante en la categoría, con un Sadiq siempre peligroso y determinante que al final fue el gran protagonista de la noche.

Natxo González siguió retocando el equipo con algunas variaciones cada semana. Apostó por Jairo y cambió al lateral zurdo en busca de más contundencia por esa banda. Mantuvo a Escassi como 'pivote' y situó a Paulino como segundo delantero. La disciplina táctica era la clave ante un equipo tan potente como el Almería. La fórmula estaba dando resultado desde el comienzo, exceptuando los errores y las imprecisiones, que aparecían de vez en cuando. La consistencia blanquiazul estaba siendo la adecuada, lo que frenó cualquier atisbo de peligro de los visitantes en el arranque.

La presión malaguista era asfixiante en todas las zonas del campo, pero desnudando también a su rival en defensa con continuos ataques con cierto peligro (sin grandes oportunidades). El 'nuevo' Málaga no quería tregua y, en la medida de sus posibilidades, controlaba el juego y apenas dejaba maniobrar al Almería. El 'librillo' de González estaba funcionando, sin descuidar en ningún momento el marcaje a Sadiq, seguramente el mejor delantero de Segunda. Las sensaciones eran buenas, a la espera de que avanzara el partido.

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Ramón y Antoñín lo intentaron en varias aproximaciones destacadas de los blanquiazules, mientras que el cuadro visitante centraba sus opciones en explotar la calidad de sus hombres, sobre todo los de ataque. El Málaga, sin embargo, comenzó a dejar que el Almería controlara atrás, lo que le permitía salir con el balón controlado, sometiéndolo a una fuerte presión a partir del centro del campo. Pero estaba todo por resolver, en todo los sentidos, si bien el equipo de Natxo González trabajó más, mientras que el contrario inquietó lo justo hasta el descanso.

Tanto definitivo

Y la reanudación comenzó igual, con un Málaga más luchador y dominador. Pero llegaron los temidos errores, los desajustes. Lo que le costó encajar un gol tras un derroche espectacular. En un ataque rápido del Almería claudicó el sistema defensivo malaguista: un centro al final del malagueño Portillo encontró a Sadiq completamente solo para rematar de cabeza casi en la línea de gol. Un golpe duro e inesperado, aunque el equipo mantuvo su empuje, el público se volcó aún más con sus jugadores y el entrenador dio entrada a Kevin y a Brandon para refrescar el ataque en busca de los goles.

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El Almería redobló esfuerzos y apretó en los marcajes para anular el ataque del Málaga, que tenía muchos problemas para generar juego de ataque. El plan del rival se centraba en defenderse lo mejor posible y lanzar a sus hombres de calidad en los contragolpes. El equipo blanquiazul, de esta manera, se quedó con menos posibilidades de ataque, a expensas de acciones aisladas ante una defensa muy rocosa que apenas se rompió en un par de ocasiones por en gran empuje final del conjunto blanquiazul. Y así se llegó al final del partido. Una derrota más en La Rosaleda.

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