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Un punto de nueve, un gol a favor y cuatro en contra. Si preocupante era la dinámica del Málaga cuando fue destituido José Alberto López, lo sigue siendo cuando se agotó el comodín del entrenador. Llegó Natxo González en su lugar y el equipo blanquiazul sigue siendo irreconocible. Apuntó ciertas maneras en La Romareda con una propuesta más ordenada (aun sufriendo mucho y concediendo demasiados remates en los centros laterales al área), las líneas más juntas y una filosofía más clara de partir de la portería a cero –extremo que tampoco se logró–, de la solidez defensiva.
A qué jugó el Málaga ante el Almería es difícil de interpretar. No adelantó demasiado la línea de presión tratando de buscar hacer daño en las transiciones, ante un rival que se intuía que podía exponer más, porque llegaba con urgencias a La Rosaleda, defendiendo sin mucho margen una plaza de ascenso directo.
Sin embargo, el primer tiempo fue un quiero y no puedo de los dos contendientes, y cuando al comienzo del segundo tiempo el Almería se adelantó en el marcador, el Málaga no tuvo recursos para al menos inquietar a su rival. Lo más inquietante anoche no fue tanto perder como la sensación de no haber creado el más mínimo peligro en las proximidades del área defendida por Fernando. Un tiro desviado de Ramón y un remate involuntario en el hombro de Sekou fue todo el repertorio, de un equipo que lleva seis puntos sumados de los últimos treinta en disputa.
Hay muchos motivos para la preocupación. Un hipotético triunfo del Amorebieta en Lugo hoy dejaría sólo en cuatro puntos el colchón respecto a la zona de descenso, descartada ya de forma definitiva la opción de mirar hacia arriba. El equipo se ha quedado sin gol, con sólo cuatro en las ocho últimas jornadas y, superada ya la vigésima séptima, los dos delanteros de referencia en el diseño de la plantilla siguen sin asomar. Chavarría continúa de baja, después del segundo contratiempo tras recibir el alta de la operación de rodilla, y Sekou, en un alarmante momento bajo de forma, apenas puede disputar muchos minutos. Lo reconoció en la víspera el propio Natxo González: «( )... Para hacerlo bien se requiere un nivel físico notable, que es lo que le falta a Sekou ahora».
Hay más, los dos fichajes invernales, un mes después de su llegada, no comparecieron en el césped de La Rosaleda. A pesar de llegar procedentes de conjuntos de Primera, ni Vadillo ni Febas, dos jugadores además de un perfil ofensivo, estuvieron entre los elegidos en los cuatro cambios (no se agotó el cupo).
A día de hoy el Málaga no es sólido en defensa, y el gol de Umar Sadiq lo corrobora. No sólo porque el jugador más determinante de la categoría no tuviera nadie a dos metros a la redonda que le inquietara lo más mínimo en su remate, sino por el desmarque de Portillo a la espalda del lateral, y las dificultades para impedir su centro medido al segundo palo.
El Almería no tuvo que forzar la máquina, pero le sobró para ganar el partido, y dispuso de ocasiones tras el 0-1 para sentenciar. El Málaga, en un mar de dudas, sin estilo, condenado en las áreas, se encomienda a la visita a la Real Sociedad B del sábado (21.00) para tratar de remontar el vuelo.
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