La situación de carestía ha hecho que los embalses hayan bajado del umbral psicológico de los 100 hectómetros cúbicos Josele

Málaga se acerca a la gran sequía de 1995

Ahora hay más garantías de suministro pero la escasez de lluvias aboca a la provincia a un verano de restricciones masivas. Se da por seguro el próximo decreto de nivel rojo para la capital y el Guadalhorce

Domingo, 21 de enero 2024, 00:42

La provincia está abocada a revivir la crisis de la gran sequía de 1995 si no concurre un milagro climatológico. El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, era claro ante el comité de expertos de la sequía. Tiene que llover 30 días ... seguidos para sortear los problemas del verano. «Pero llover, llover», apostillaba. En este contexto, se da por hecho que el próximo decreto de sequía fijará el nivel rojo también en Málaga y Guadalhorce, que acompañarán en esta catalogación a la Axarquía y Costa del Sol.

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Las restricciones llegarán a Málaga capital y masivamente a la Costa en los meses veraniegos y comprometerán, entre otras cosas, la temporada turística. Desde la Diputación, cifran el posible golpe al PIB provincial en un 40%.

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hectómetros cúbicos suman los embalses esta semana. En el 95, llegaron a bajar hasta los 40 (no se había construido Casasola) y en la del 83, hasta 63, (no estaba La Viñuela).

El marco es aterrador, pero ¿estamos peor que en 1995? Los números dicen que todavía no y las voces expertas marcan posturas distintas. De momento, en la capital, por ejemplo, se apuesta por seguir con las políticas de bajada de presión como elemento más efectivo de ahorro, pero se descartan restricciones a corto plazo. En el 95 las hubo durante varios meses. Empezaron el 9 de enero, se bajó el caudal a la mitad y los cortes duraban seis horas diarias. La situación fue dura en toda la Costa, pero, como ahora, Fuengirola fue uno de los municipios más acuciados.

Comenzando por el principio, en la carestía de los 90, los embalses llegaron a almacenar apenas 40 hectómetros cúbicos. Entonces, la población de derecho era de 1,22 millones en la provincia, que, con la corrección de las pernoctaciones, arrojaba una media diaria de 1,25 millones de habitantes. No estaban la desaladora de Marbella, ni la del Atabal, ni había saneamiento integral y por lo tanto pocas aguas regeneradas. Tampoco estaba la presa de Casasola, que, en realidad aporta muy poco (apenas 3 hm3 anuales). En ese contexto y con todos esos parámetros, las reservas eran 31,93 m3 por habitante.

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590.000

personas es la presión demográfica extra de ahora con respecto al 95.

Análogamente, en 2024, a partir del mismo sistema de cálculo, partimos de 98,41 hectómetros en los pantanos, a los que sumar los 6 hectómetros al año de la desaladora de Marbella, la fiabilidad del Atabal y otros 6,13 hectómetros en Casasola. Eso, al margen del agua regenerada. La población de derecho es ahora de 1,76 millones de habitantes y, con la corrección del turismo, la media diaria sube a 1,84 millones. Tenemos por lo tanto una presión de casi 600.000 habitantes más. Y el resultado, de momento, es de 59,94 metros cúbicos de agua por habitante, casi el doble que hace 30 años.

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de noviembre de 1995. Comenzó a llover y se acabó la sequía. Al año siguiente, 1996, se registró la friolera de 1.120 litros por metro cuadrado.

Sin embargo, aquella medida era del mes de septiembre, con meses de lluvia por delante, justo lo contrario a lo que acontece ahora. Los próximos meses serán cruciales pero no será difícil que los pantanos dejen de perder una media de 1,5 hectómetros cúbicos a la semana, lo que implicaría otros 30 hectómetros cúbicos menos en la antesala del verano y muchos menos al final del mismo. Por lo tanto, el final del próximo verano puede ser perfectamente comparable con los datos citados de septiembre de 1995.

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Ya se ha bajado más veces de los 100 hectómetros

No es ni mucho menos la primera vez en la historia que los pantanos bajan de la barrera psicológica de los 100 hectómetros cúbicos. Están los referidos 40 del año 95 y 63, por ejemplo, en el 83 (eso sí, en aquella gran sequía no estaba construido el embalse de La Viñuela, que data de 1986).

Mínimos

históricos en los embalses: La Concepcion (9%, noviembre de 2005); Casasola (3%, septiembre de 2003); Limonero (7% noviembre de 2000); Guadalteba (5%, octubre de 2005); Guadalhorce (10%, septiembre de 2008); Conde (17,5%, septiembre 2023), y Viñuela (7%, actualidad).

Entre los años 2005 y 2009 la provincia atravesó por un largo ciclo de sequía. Hubo elementos de control de los caudales por parte de la Junta durante cinco largos años, pero la situación no llegó a los niveles de la anterior etapa seca.

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En aquella sequía y en la actual, se repiten asuntos y proyectos ya puestos sobre la mesa o activados en el 95, como la posibilidad de traer agua en barco o los viejos pozos de Aljaima y Bajo Guadalhorce. Hace 30 años construyó la tubería en el Puerto para descargar agua traída en buques cisterna. Aún no se ha utilizado.

También en el 95 se planeó la desaladora de Marbella, aunque no empezaría a funcionar hasta la siguiente sequía, 2005. Ahora también ejerce como garantía de suministro en un panorama en el que la urgencia ha llevado a la Junta de Andalucía a promover muchas obras, algunas pendientes desde hace años. Por su parte, el Gobierno central ha hecho sólo una gran obra de suministro en 30 años: la desaladora del Atabal, ya que el embalse de Casasola (que data de 2000) tiene como fin primordial evitar las crecidas del río Campanillas, afluente del Guadalhorce.

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