José Sevilla, nuevo presidente de Unicaja

Tras su nombramiento, José Sevilla afirmó: «Es para mí un honor incorporarme al equipo de Unicaja, un banco nacido en Málaga, con una gran historia y que en los últimos años se ha transformado en una entidad de ámbito nacional con diversos territorios de origen», y añadió: «Unicaja cuenta con un consejo renovado, un equipo de gestión comprometido y con la ilusión de todos nosotros por hacer un proyecto cada día mejor para nuestros clientes y accionistas».

El consejo, por unanimidad, propuso su nombre el pasado febrero después de que en noviembre Manuel Azuaga anunciara su renuncia al considerar que ya había culminado el proceso de fusión con Liberbank y la reordenación de su órgano de gobierno según el mandato de los reguladores y de acuerdo con el reparto de poder pactado por las familias malagueñas y asturiana de modo que el 60% corresponde a la primera y el 40% a la norteña.

Fueron varias las personas con las que se especuló que podrían suceder a Azuaga, pero al final la balanza se inclinó del lado de este financiero de gran experiencia que saltó al conocimiento del gran público cuando se convirtió en consejero delegado de Bankia.

Con esta designación culmina la reorganización de los órganos de gobierno de la entidad, que comenzaba en 2022 con la renuncia de Braulio Medel al frente de la Fundación Unicaja, continuaba en 2023 con el cese de Manuel Menéndez como consejero delegado y su sustitución por Isidro Rubiales, y finalmente ha llegado la renuncia de Manuel Azuaga y su relevo por José Sevilla. Entre medias, además, se han producido cambios en los nombres de los miembros del consejo de administración para adaptar su composición a los mejores estándares de gobierno corporativo.

El nuevo miembro del órgano de gobierno del banco cuenta con una dilatadísima experiencia en el sector financiero y en todos sus niveles. Porque en los inicios de su carrera profesional, a finales de los años ochenta, trabajó en la sociedad FG Inversiones Bursátiles -la entidad de inversión que fundó Francisco González (FG), quien luego sería presidente del BBVA- como analista de bancos y responsable del departamento de análisis de renta variable. Francisco González vendió esa empresa al banco de inversión americano Merrill Lynch y ahí continuaría desempeñando Sevilla unos años más sus tareas. Eso, hasta que desembarcó en BBVA, donde volvería a toparse con su antiguo jefe, que pasó a ser presidente de ese conglomerado formado por el otrora banco público Argentaria -del que FG había sido también su primer ejecutivo- y el Banco Bilbao Vizcaya prácticamente coincidiendo con el cambio de milenio.

Allí en BBVA José Sevilla ostentó cargos en el área de riesgos, fue director del área de presidencia y miembro de su comité de dirección. También estuvo muy involucrado en el negocio latinoamericano de esa entidad: fue director de estrategia y finanzas del área de América del banco y fue consejero de BBVA Bancomer, en México.

Aunque más que por su andadura en la banca de inversión como analista destripando las cuentas de las entidades financieras para aconsejar o desaconsejar comprar sus acciones o por su andadura dentro de BBVA, Sevilla es sobre todo conocido por su labor en Bankia. En el año 2012, tras la salida de Rodrigo Rato y la entrada de José Ignacio Goirigolzarri como primer ejecutivo del grupo nacionalizado que fue una de las principales víctimas de la crisis financiera que estalló hace quince años, Sevilla se incorporó a esta entidad como consejero ejecutivo y director general de presidencia. Bajo su responsabilidad estaban las áreas de intervención, riesgos, financiera y auditoría interna. A continuación, en 2014, se convirtió en consejero delegado de Bankia, cargo que ocuparía durante años decisivos para el saneamiento y la vuelta a la rentabilidad de la entidad, hasta 2021, cuando se produjo la fusión con CaixaBank.

Tras producirse su salida de Bankia, se incorporó como consejero independiente a Renta 4 Banco.

Además de ratificar a José Sevilla como consejero independiente de Unicaja, la junta de accionistas también ha nombrado a Víctor Covián como consejero dominical y ha reelegido a María Luisa Arjonilla como consejera independiente.

La junta también ha dado su aprobación a las cuentas del año 2023, así como la distribución de un dividendo por valor de 132 millones de euros, que se pagará a los accionistas el próximo 19 de abril, a razón de 0,049722 euros brutos por título, además de la recompra de acciones por valor de hasta 100 millones de euros, que ya está en ejecución.

Ha sido una junta de accionistas calmada y emocionante, con una cálida despedida a Manuel Azuaga, no sólo de los ejecutivos del banco, también por parte de los sindicatos, que han sido los únicos que han pedido y usado turno de palabra. Ellos, los representantes de los trabajadores por parte de Suma+T o de Comisiones Obreras, han reconocido el trabajo del presidente saliente, aunque sin olvidar sus reivindicaciones tanto salariales como de mejora del ambiente laboral. El sindicalista de Suma+T, además, ha afirmado que fue gracias a Azuaga que consiguió un puesto de trabajo fijo en el banco.