El Puerto de Málaga convocará un concurso para elegir la nueva noria del Palmeral

«Vamos a sacar un concurso en los próximos meses por el interés que se ha generado; a raíz de las últimas noticias han aparecido o han llamado un montón de personas interesadas», admite el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio.

La dirección del Puerto ya cuenta con el beneplácito inicial del Ayuntamiento para ocupar esa zona con un mirador, que no pone pegas, siempre y cuando sea una instalación provisional. En todo caso, está por ver el plazo que se estipula en el pliego de la licitación, que se tendrá que redactar ahora. «En todo caso, va a ser una concesión temporal, no fija», advierte el presidente. Si bien la duración mínima para poder amortizar la inversión necesaria para instalarla por parte del promotor será de un año, y en estos casos, generalmente se permite una prórroga por otro más.

Aunque se venía gestando desde hace meses, el interés por recuperar la noria que hubo durante varios años en la zona más céntrica del puerto de Málaga ha explotado en las últimas semanas. Como viene informando SUR, al interés inicial de varios grupos empresariales por liderar este proyecto, se añadió en fechas recientes un paso más en carrera por liderar esta iniciativa. La Autoridad Portuaria ha recibido oficialmente, a través de registro, las solicitudes de dos empresas interesadas en montar un mirador de este tipo. A tenor del interés que se ha suscitado, es posible que a estas se sumen próximamente otras ofertas, o que lo hagan directamente una vez que se convoque el concurso público.

Entre los promotores de los primeros proyectos que se han presentado están los socios de la primera que hubo en el muelle de Heredia, detrás de la estación de autobuses, y que se retiró porque afectaba al tráfico en un vial interior. En ambos casos, concurren por separado y de la mano de nuevos inversores, nacionales e internacionales.

El gran cambio frente a la que se montó en el año 2015 es el que se refiere al emplazamiento, en la explanada que se encuentra en la esquina de la entrada al Palmeral desde la plaza de la Marina, junto al restaurante Gutiérrez Puerto. El anillo previsto tendrá alrededor de 40 metros de altura.

La afección más directa será la obligación de retirar algunas palmeras, que tendrán que ser trasplantadas a otros puntos del recinto, aunque estos árboles toleran generalmente bien el cambio de ubicación. Por lo demás, en ese enclave no hay vecinos cerca a los que les pudiera afectar, como sí ocurrió con la que había en el muelle de Heredia; y el posible ruido y el impacto visual estarían atenuados por la masa forestal del Parque. Sí podría tener una cierta interacción con las vistas actuales desde el hotel Málaga Palacio.

Dado este carácter efímero de la instalación, la idea es que el Puerto como institución pueda conceder directamente los permisos para el emplazamiento en terrenos que son de su competencia; aunque el Ayuntamiento tendrá que autorizar la actividad, como en cualquier otro negocio.

Pero este sería en realidad el primer paso de un plan más ambicioso, un plan a largo plazo que estará sujeto a la aceptación de los malagueños, los visitantes y los usuarios del mirador en el enclavamiento elegido. El presidente de la Autoridad Portuaria no esconde su interés por que en la zona de uso ciudadano del puerto (el que corresponde, de momento, a los muelles 1 y 2, aunque se extenderá al 3 y a San Andrés, próximamente) pueda llegar a existir un mirador emblemático para la ciudad, de unos 80 metros.

Esta estructura necesitaría al menos un par de años para su construcción, y también se tendría que aprobar mediante concurso público. Mientras este se resuelve, se adjudica y se inicia la fabricación, se mantendría la atracción provisional que ahora se está promoviendo. Cuando ya estuviera lista la nueva, se desmontaría una y se montaría la otra. «Esto será así, siempre y cuando la recepción de la noria por parte de los ciudadanos sea favorable».

De concretarse, esta será la segunda vez que haya una noria en el recinto portuario malagueño. La primera estuvo durante casi cuatro años (entre 2015 y 2019) en la esquina del muelle de Heredia, junto al Instituto de Estudios Portuarios y detrás de la estación de autobuses. En este tiempo llegó a ser un icono visual de la ciudad, incluido en todos los planos de información turística y una referencia para los aficionados a la fotografía (especialmente por las noches, cuando se iluminaba), y cuyas instantáneas poblaban las redes sociales.

Su llegada fue polémica, tras un primer rechazo donde la Gerencia de Urbanismo se autocorrigió poco después. Y tal fue también su salida, precipitada por la interferencia de una de sus patas en un vial interior por donde debían pasar vehículos pesados, y cuya modificación estructural habría sido muy costosa.

También se justificó entonces por el concurso para promover oficinas a lo largo del muelle de Heredia, un proyecto que cinco años después de aquello todavía no ha arrancado, y al que le quedan, al menos, dos años más por delante, pero que sigue bloqueando cualquier iniciativa en este ámbito.

Tras la pandemia (2020) se han sucedido los intentos por recuperar esta atracción turística en el Centro de Málaga, aunque no ha sido hasta fechas recientes en que los movimientos han tomado más fuerza por la acogida favorable de la institución portuaria y el boom turístico que está viviendo la capital malagueña.