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El consejero delegado de Unicaja, Isidro Rubiales, participó este lunes en el Foro SUR entrevistado por el director de este periódico, Manolo Castillo, y ante el presidente de la Diputación, Francisco Salado, los consejeros malagueños de la Junta, Rocío Blanco (Empleo), Carolina España (Economía) y ... Arturo Bernal (Turismo), el rector de la Universidad de Málaga, Teodomiro López, el director general de la Fundación Unicaja, Sergio Corral, así como un nutrido grupo de alcaldes de la provincia y varios diputados en Madrid por la circunscripción malagueña, entre otras personalidades. Rubiales desgranó el más inmediato pasado de la entidad, su presente y su futuro.
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Nuria Triguero
Cristina Vallejo
Éstas son las claves de su intervención:
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Se ha completado a todos los niveles la fusión con Liberbank, el más importante de todos los procesos de integración efectuados por Unicaja tras la crisis financiera de 2008. Fue una operación que dio una nueva dimensión al banco, que le permitió saltar del ámbito regional al nacional, aunque en primera instancia el encaje societario generó dificultades y conflictos de gobernanza. Pero hoy, aseguró Rubiales, en defensa de la operación, el banco tiene una «posición relevante» en seis comunidades autónomas y la posibilidad de seguir creciendo. «Somos medianos, pero relevantes en el sistema financiero español, y ésa es una de las consecuencias positivas de la operación con Liberbank», aseveró.
Tras unos años de «inestabilidad» en su gobierno corporativo, «en los pactos de fusión ya estaba previsto evolucionar hacia una presidencia no ejecutiva -el recientemente ratificado José Sevilla- y un consejero ejecutivo -el propio Rubiales-» y el consejo de administración, en virtud de esa hoja de ruta, ya está reordenado, el proceso de transformación de la organización interna ya está finalizado y el gobierno corporativo ya cumple con todos los estándares de experiencia, profesionalidad, género y equilibrio entre consejeros dominicales e independientes. El broche final de este proceso se puso en la junta ordinaria de accionistas celebrada esta misma primavera.
Rubiales también resaltó que el plan estratégico aún en desarrollo -y que culmina este año- ha permitido a la entidad avanzar en sostenibilidad, en capacidades digitales y en crecimiento, y mejorar en ratios como el de eficiencia y el de rentabilidad -se espera un 9% para este año-, tras el cumplimiento al cien por cien de las sinergias de costes e ingresos. Ello, previo paso por un ejercicio de repriorización de los negocios y los planes que impulsó el propio Rubiales al llegar a su nueva responsabilidad a finales del año pasado para seleccionar los proyectos que realmente ayudaban a mejorar la rentabilidad del grupo financiero, porque, reconoció, los procesos de integración suelen desorientar el foco del puro y duro negocio bancario, el que da rentabilidad a través de la buena atención a la clientela. Tras reordenar el consejo de administración llegaba el momento de los números. «En una situación de incertidumbre y un problema de gobierno corporativo, las organizaciones no suelen funcionar y cuesta reactivarlas, pero pasados estos seis meses, creo que nos debemos sentir satisfechos, porque hemos conseguido buscar un punto de estabilidad, porque ya los debates son de negocio, de crecimiento, de sostenibilidad, de experiencia del cliente, de mejora de las relaciones con los grupos de interés, y en el ámbito laboral hemos conseguido dos acuerdos sindicales», remató.
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«Somos una entidad del Ibex-35 y éste es un desafío descomunal, pero también un estímulo que ayuda a hacer las cosas mejor porque hay que estar rindiendo cuentas al mercado constantemente», reflexionó Rubiales. «Te siguen inversores de todo el mundo y es muy exigente y te condiciona», afirmó. Y, aunque reconoció que «de la cotización no se puede presumir, porque hay muchos factores exógenos» -no sólo cotizan las cuestiones internas de cada valor, sino también el contexto general, la coyuntura-, quiso destacar la recuperación de la acción de Unicaja en la Bolsa y el reconocimiento que se está granjeando entre la comunidad inversora.
Si bien deslizó que la remontada de las cotizaciones de los valores bancarios ha venido también de la mano del retraso en el calendario de la bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, aseguró que «el mercado empieza a reconocer que esa incertidumbre que podía tener hace seis meses respecto a la entidad, hoy no existe». Además, deslizó, a las cuentas de este año ayuda el ejercicio de saneamiento efectuado a finales del ejercicio pasado por valor de más de 500 millones de euros.
De hecho, Rubiales puso de relieve que en las reuniones que está manteniendo fuera de España, en el Reino Unido o en Estados Unidos, por ejemplo, donde han estado de 'road show', está observando que el mercado, los inversores internacionales, empiezan a reconocer que tanto el sector financiero español en su conjunto como Unicaja en particular son opciones óptimas de inversión. Se ha cumplido, por tanto, el objetivo que se había planteado el grupo bancario: que se entendiera en el mercado el proceso en que ha estado inmerso, camino que, insistió Rubiales, estaba escrito desde el principio en los acuerdos de fusión.
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Era la cuestión que flotaba en el aire desde el inicio del encuentro: ¿cómo afectará a Unicaja la situación generada en el sector financiero con la OPA de BBVA sobre Sabadell? ¿Será la entidad malagueña la próxima pieza a absorber por uno de los grandes bancos? Rubiales dejó claro que la entidad apuesta por un «futuro independiente» y confía en que el compromiso de su núcleo accionarial y el «gran recorrido a medio plazo» de su modelo de negocio le van a mantener a salvo de convertirse en «pieza de juego» de operaciones corporativas.
«Esa operación la veo desde la distancia», afirmó en referencia a la OPA hostil de BBVA hacia Sabadell, añadiendo que por «respeto y prudencia» no iba a opinar sobre la operación en sí. Sí habló muy claramente del futuro de Unicaja, que tiene «mucho recorrido de valor en el medio plazo» y «un colectivo de accionistas que apuestan por ese recorrido independiente». Con ambos mimbres, la entidad está en una posición que permite «no distraernos», afirmó. «Creemos en un modelo independiente, creemos que hay un núcleo fundamental de accionistas que creen en este modelo y estamos completamente centrados en este proyecto y convencidos de que somos un modelo viable que garantiza un futuro independiente», insistió.
Rubiales avanzó que 2024 «va a ser un buen año» para la entidad y cree que eso ayudará a despejar dudas sobre su capacidad de mantenerse como una entidad independiente, a salvo del apetito de los gigantes de la banca. «Se va a ver cómo esta organización, una vez superado el proceso de integración, va a ir poniendo en valor sus capacidades». «Quiero despejar cualquier duda: este banco tiene unos parámetros de negocio muy relevantes, una presencia muy destacada en seis comunidades autónomas. Vivimos rodeados de incertidumbre, pero tenemos los mimbres y el apoyo accionarial para creer que no vamos a ser piezas de juego en una operación corporativa», afirmó.
El CEO de Unicaja cree que en España hay espacio para «tres o cuatro entidades «medianas que deben seguir siendo relevantes en el futuro». «El nivel de concentración de entidades financieras que hay en España ya es superior al de Europa«, añadió Rubiales, que cree en un »sistema donde puedan convivir más entidades, buscando cada una su especialización«.
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Desde la mesa situada justo delante del escenario, el director general de la Fundación Bancaria Unicaja, Sergio Corral, escuchaba atentamente las palabras de Isidro Rubiales sobre la reconducida relación entre el banco y su principal accionista: «Es fundamental tener un accionista como la Fundación Bancaria. Las relaciones son excelentes y son muchas las sinergias entre fundación y banco», afirmó cuando Manolo Castillo le ha preguntado por la 'reconciliación' entre ambas instituciones tras la complicada etapa anterior.«Tener un accionista estable con un 30% del capital te da mucha tranquilidad», confesó Rubiales, destacando también el papel de otros accionistas «muy relevantes con los que mantenemos excelentes relaciones y nos sentimos confortables». A la Fundación se refirió también claramente, aunque sin nombrarla, al hablar del «núcleo accionarial» que está «comprometido con mantener nuestro modelo independiente».
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El consejero delegado de Unicaja recordó que, en general, todo el sector financiero recurrió el impuesto sobre la banca, se opuso a un tributo que, rememoró, se puso en marcha por parte del Gobierno y de manera excepcional ante las fuertes y rápidas subidas de los tipos de interés que acometió el Banco Central Europeo ante una inflación disparada por la invasión rusa de Ucrania. El propósito del nuevo tributo era favorecer que retornaran a la sociedad las ganancias que el súbito incremento del precio del dinero provocaba en las cuentas del sector financiero. «Pero nadie se acordó de nosotros cuando los tipos de interés estaban en negativo y eso sí es difícil de gestionar», ironizó Rubiales. El impuesto a la banca, afirmó, «llegó para una situación excepcional», con lo que invitó a que esta figura fiscal no se convierta en permanente, porque «esa situación excepcional, la de los altos tipos de interés, no se va a repetir; si era excepcional, por qué tiene que convertirse en permanente, no debe ser un impuesto permanente», insistió.
Aportó otro argumento para oponerse al tributo especial para la banca: «Competimos en un mercado único europeo y es una desventaja este impuesto, dado que no existe en estos términos en otros países europeos».
También lamentó la que a sus ojos es «permanente carga de responsabilidad a la banca» o un «estigma» sobre el sector financiero que subyace en la toma de decisiones como la de diseñar un impuesto especial para las entidades bancarias, cuando, incidió, su grupo realiza contribuciones totales entre impuestos, cotizaciones y otras aportaciones por un monto de 460 millones de euros para un beneficio neto de 263 millones: «Aportamos a la sociedad tres veces más que a nuestros accionistas, que arriesgan su dinero». «Quizás como sector no hemos sabido explicar a la sociedad cómo generamos nuestros beneficios y la reversión de éstos al conjunto», aseveró Rubiales.
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Isidro Rubiales, por sus responsabilidades anteriores en el grupo bancario -estaba al cargo de la relación del banco con los supervisores-, los conoce muy bien y también la propia regulación. «Llevo un tiempo que me llaman poco», dijo, sobre los supervisores. «Antes me llamaban mucho», agregó, en referencia a la época de problemas de gobernanza de la entidad. Pero ahora, dijo, «han visto todo lo que ha hecho Unicaja y lo valoran positivamente», afirmó. «Cada vez le estamos dando más confianza en la sostenibilidad de este modelo de negocio, de este proyecto. Le dedicamos muchos recursos», agregó.
Aunque también deslizó que el sector quiere que se relajen los requerimientos de capital que el supervisor quiere constantemente que sean mayores: «Hay que pensar también en los accionistas, porque un exceso de capital detrae el interés de los inversores y es un lastre para mejorar la rentabilidad».
En este sentido, señaló que el bancario es un «sector sobregulado», hay «un tsunami regulatorio; no hay ningún otro sector más regulado». «Mucha de esa regulación es en defensa de los intereses de los clientes y en salvaguarda de que las entidades sean resistentes ante situaciones de crisis, para que no se repita lo que sucedió en la crisis financiera y se necesiten recursos públicos para la banca, pero en esa sobrerregulación se mezcla la que viene de Europa con la que viene de España y algunas particularidades pueden generar desequilibrios y dañar la competencia», incidió.
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El sector financiero es extraordinariamente sensible a la evolución de los tipos de interés. Y el consejero delegado de Unicaja hizo referencia, por un lado, a que las cotizaciones de los bancos en su conjunto han reaccionado favorablemente al retraso en las bajadas del precio del dinero por parte de las autoridades monetarias con respecto al calendario que habían previsto los actores económicos. Pero avisó de que estas bajadas de tipos llegarán en el segundo semestre del año si la inflación no vuelve a comportarse mal. Con respecto al panorama general para los tipos de interés que augura, vaticinó una situación más normalizada, con el precio del dinero entre el 2,5% y el 3%, es decir, sin grandes subidas, pero sin que los intereses vuelvan a estar en negativo.
Por otro lado, Rubiales también apuntó las consecuencias que está teniendo en el puro y duro negocio del banco el precio del dinero. De esta manera, señaló que el mercado de particulares está funcionando mejor que el de empresas, con el crecimiento de la contratación de hipotecas, pese a que las cifras del stock del crédito para la financiación de viviendas se están viendo afectadas por las amortizaciones aceleradas en que incurrieron los clientes para hacer frente al proceso de subidas de los tipos de interés.
Mientras tanto, en lo que se refiere al negocio de empresas, mostró su confianza en que a partir del año 2025 las compañías vuelvan a tomar decisiones de inversión con la normalización de los tipos de interés, porque el año 2024 seguirá siendo negativo en el crédito a empresas.
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En cuanto a cómo se plantea el futuro de Unicaja, éste es un camino que designará el consejo de administración, afirmó, pero sí esbozó alguna de las líneas de reflexión estratégica en que está embarcada la entidad. Por ejemplo, el hecho de que haya sido tradicionalmente un banco de particulares y con menos relevancia en el ámbito empresarial, además de las cuestiones relativas a la sostenibilidad o a la inteligencia artificial generativa. Pero sí destacó como valor que permanecerá en el banco el de la robustez de su balance así como sus elevados niveles de solvencia y de liquidez además de la prudente gestión del riesgo, «que es lo que da la capacidad del crecimiento inorgánico en el pasado y, para el futuro, para seguir desarrollándonos». «Un mayor crecimiento implica una mayor diversificación. Seguiremos siendo un banco de particulares, pero sí queremos diversificar más el peso de las empresas en el negocio del banco. Ése es un reto», aseguró. Y, de hecho, ya están preparados para afrontarlo, puesto que en el diseño del nuevo organigrama ya aparecen desgajados el negocio minorista del negocio de empresas, lo que, dijo, muestra «claramente una apuesta». Si bien, insistió, Unicaja seguirá siendo un banco sinónimo de «cercanía», «territorio» y acercamiento al cliente particular, a los pequeños negocios y a las empresas.
Además, Rubiales defendió que ha de ser un banco con propósito, más allá de la búsqueda de la rentabilidad: «Tienen que convivir la rentabilidad y la sostenibilidad, aunque no siempre es fácil y el accionista busca la eficiencia, que busca en la reducción de costes, aunque nosotros tenemos mucho margen en la mejora de los ingresos». En este sentido, preguntado por el director de SUR, Manolo Castillo, respecto a su compromiso con la España vaciada, contestó que, pese al proceso de cierre de oficinas que como tantas otras entidades no pudo eludir, este banco, dijo, es el único que ha permanecido en muchos municipios: «Unicaja sigue apostando por las oficinas, por la cercanía en los territorios». Cuenta con mil sucursales, cifra que calificó de apropiada. «Tenemos el compromiso de ofrecer soluciones, a veces dejando un cajero o llegando a acuerdos con instituciones provinciales para mantener los servicios en muchas poblaciones», explicó. De hecho, defendió seguir combinando la atención presencial y física con la oferta de soluciones digitales, modelo que tildó de «sostenible a medio y largo plazo y rentable para los accionistas».
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El CEO de Unicaja destacó el «compromiso histórico» de la entidad con Andalucía y con Málaga, recordando que algunas de las entidades que dieron origen a Unicaja «empezaron a prestar ese servicio financiero en el territorio andaluz a finales del siglo XIX». «Siempre hemos tenido un papel fundamental, prestando ese servicio financiero pero también acompañando al desarrollo social y económico de los territorios». Este compromiso, incidió, se va a mantener en el futuro. «El objetivo de generar valor y de apostar por el crecimiento tiene que ir acompañado de ese compromiso de seguir siendo una entidad muy vinculada al desarrollo económico y social de Málaga y de Andalucía. Nos obliga nuestro modelo de entidad basada en la cercanía al territorio», afirmó, destacando la centralidad que ocupa Málaga en el gobierno de la entidad: «la sede y los servicios operativos centrales están aquí, los consejos de administración se celebran aquí y los comités directivos también», explicó.
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Isidro Rubiales destacó el «caso de éxito» de Málaga. «Si miramos los últimos 25 años es extraordinario el proceso de transformación y modernización que ha tenido la ciudad. Hemos conseguido ser un jugador relevante en ese mapa de los entornos metropolitanos europeos y españoles», opinó, brindando algunos datos para sostener su afirmación: «Hemos crecido en estos 25 años un 75% en PIB; ha crecido mucho más que la población y eso habla de la mejora de la eficiencia y la productividad. Hemos doblado el número de empleados, se han creado 65.000 empresas y se ha desarrollado un ámbito académico y profesional de nivel», desgranó. Pero el CEO de Unicaja no se queda en la complacencia. Recordó que Málaga sigue lejos de la media española y europea en renta per cápita. «Llegar hasta aquí ha sido un éxito, sostener lo que hay es un desafío y a largo plazo debemos pensar en afrontar retos estructurales muy relevantes en distintos ámbitos», advirtió. Hay «mucho que hacer»: «Hay que mejorar las infraestructuras, pero también mejorar nuestra capacidad de producción: seguir atrayendo empresas, seguir mejorando la productividad y la tasa de ocupación, atraer talento y retenerlo», desgranó. Y, «sobre todo», advirtió, «que no se nos olvide que ese crecimiento tiene que ayudar a las personas, tiene que reducir las desigualdades y conseguir que seamos una sociedad más justa y más equilibrada». «Si no estaríamos abocados al fracaso», concluyó.
Isidro Rubiales confiesa que a veces, cuando se despierta por la mañana, no está seguro de «si esto es real». Así se ha referido al sentimiento que le embarga tras haber llegado a la cúspide de una organización en la que empezó desde la base, «como auxiliar de entrada», concretó, al terminar la carrera de Económicas en la Universidad de Málaga. «Nunca pensé en haber llegado hasta aquí», asegura el CEO de Unicaja, que destacó el «orgullo» que este recorrido le provoca. Sentimiento que se mezcla con «mucha responsabilidad» «Cuando uno es de la casa y llega al final de la carrera profesional el peso es mayor», reflexionó. «Satisfacción, orgullo y responsabilidad sería el resumen».
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