Salva Reina, con el Goya en Málaga: «Lo más loco es que acabé en el hospital porque me fastidié la rodilla de la alegría»

Lleva un jersey verde que te quiero verde que en absoluto desentona con su forofismo por el Unicaja. El dato no es casual porque tiene más mérito que se preste a esta entrevista cuando los cajistas se las están viendo en este mismo momento con otros que también le dan al verde y a la canasta, el Joventut, en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. Salva también llegó a la final el pasado sábado e hizo honor a su apellido para Reina(r) en la noche de los Goya. No oculta que ha estado en una nube pero que ya ha aterrizado. «Ayer -por el miércoles- terminé de contestar el último mensaje», asegura el actor que se ha empleado lo suyo en contestar a todo el mundo. Desde el alcalde de Málaga a sus más cercanos. «Hasta mis padres están desbordados por las felicitaciones de la gente», reconoce, mientras pasa otro vecino y exclama: «Salvaaaaaa». Está todo dicho.

No en vano, este es el segundo Goya para el Perchel. «Correcto, el otro lo ganó Joaquín Núñez con 'Grupo 7' y fue otro alegrón, además es amigo de la familia», recuerda el último Goya al mejor actor de reparto. Como a su vecino y actor, a Salva Reina lo eligió un director de casting para que se luciera con este papel, algo que no dejó pasar en su emocionante y emocionado discurso. «Es que hay que agradecerle a esos valientes la oportunidad que la dan a un chico, bueno yo ya voy peinando canas, así que a un tío que está muy asociado a la comedia poder hacer otros papeles», afirma el intérprete que, al momento, conecta con sus principios: «Desde Juanma Lara, que fue el primero que me dio la oportunidad en Málaga, hasta Marcel -Barrena, director de 'El 47'-, siempre les estaré eternamente agradecido», apostilla.

Su aplaudido discurso le ha traído también alguna crítica. O «un poco de turra», como él dice. «Lo de que ninguna persona es ilegal no tiene discusión. Después podemos discutir de política o de fronteras, pero las personas son personas», asegura reafirmando su reflexión la noche de los Goya, que tiene que ver con su galardonado papel de Felipín, el emigrante malagueño en la Cataluña de los 60 al que entonces trataban socialmente como hoy se hace con los que cruzan el Estrecho. «Yo no tengo las respuestas, pero es bueno recordar a esos emigrantes andaluces tanto para los que sufrieron la andalufobia como para los que desde aquí también fomentan la catalonofobia. Esa es la grandeza del cine», asegura sobre el mensaje de la premiada 'El 47', que habla de la lucha por la dignidad de un barrio barcelonés de la periferia creado por charnegos que lucharon por su reconocimiento y derechos.

Pero además de mucha alegría, la resaca del Goya ha traído inesperados problemas de salud. Y no es broma. Reina llegó a la gala con la rodilla un poco maltrecha y salió peor parado cuando la adrenalina le hizo que nada le doliera. «Lo más loco que me ha pasado es que el lunes acabé en el hospital porque me fastidié la rodilla y, al día siguiente, me sacaron una muela», cuenta con su habitual humor. Lo del diente lo tenía programado, pero lo otro no. «Ya llegué fastidiado del menisco a la gala y luego he visto imágenes que yo mismo me he dicho: ¡No te va a doler, cabrón! Si es que me pongo hasta de rodillas cuando subo al escenario. Lo que pasa es que con la alegría me sobrepasó todo, como si fuera el cuarto día de feria», suelta el actor de 'Malaka' y 'Señor, dame paciencia', que hasta tuvo que usar muletas el pasado lunes. No le quedó otra que infiltrarse y hoy ya se sentaba sin esfuerzo en el portal de su casa para las fotos de Dani Maldonado.

Salva Reina ha hecho parada en Málaga para estar en familia y ver en compañía el Unicaja -si le deja esta entrevista-, antes de partir para Plasencia, donde este sábado pone en escena su último monólogo. Y aunque todavía no le han salido nuevos papeles, el efecto Goya sí que se ha notado en sus próximos espectáculos que tienen las entradas casi agotadas. La visita también le va a permitir dejar el Goya en casa de sus padres, aunque al final ha aceptado la propuesta de SUR que le hizo la misma noche de los Goya. «Sí, voy a llevar la estatuilla a la Cochera y allí va a estar un tiempecito para que los espectadores y las espectadoras que quieren pasarse por allí, lo vean o se hagan una foto», asegura Reina, que se merece que ya le dejemos irse a ver al Unicaja. En ese momento, todavía no sabía que iba a disfrutar de un equipo cajista «pletórico» que ha acabado metiéndose en semifinales, como cuenta Juan Calderón. Por el bien de la salud de Salva, esperemos que no acabara de nuevo de rodillas con el alegrón.