Ana Rosa del Águila, en la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo. C. Aranda

Ana Rosa del Águila: «Debemos alcanzar puestos de poder y lograr ser referentes para otras mujeres»

decana de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo ·

«Alcanzando puestos de representación podremos ser una referencia para otras mujeres»

CLAUDIA ARANDA

Martes, 12 de enero 2021, 00:04

Ana Rosa del Águila es decana de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo desde 2012, por lo que este año afronta su tercer mandato. Cuando, hace ya ocho años, le propusieron presentarse como decana, ella pertenecía al equipo de Manolo Montalbán, el anterior decano, concretamente trabajaba en el vicedecanato de calidad. «La facultad se encontraba en un momento de transición de diplomaturas a grados, asumí el mandato como un reto personal y profesional», explica Ana Rosa del Águila, que considera muy importante la gestión en una institución como la Universidad de Málaga. (Reportaje completo, aquí: Cinco mujeres dirigen los decanatos y direcciones de centro de la UMA)

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Estudió en la propia UMA la licenciatura de Administración de Empresas, donde posteriormente consiguió plaza como profesora, realizó el doctorado y alcanzó la titularidad de catedrática en 2017. Para ella, trabajar como decana o vicedecana te hace tener una visión muy general de lo que realmente es la universidad, ya que trabajas con toda la comunidad universitaria.

«Entiendes mucho mejor lo que es la organización de horarios o de exámenes, por ejemplo. Y te das cuenta de cómo se toman de manera participativa todas las decisiones en esta institución», explica. Para ella esta última cuestión es muy importante, por eso uno de sus principales propósitos es transmitir esa idea a los estudiantes, «que la facultad y la universidad la hacemos todos», resalta.

«La facultad y la universidad la hacemos todos»

Como mujer, siempre ha contado con el apoyo de su ámbito familiar y cercano para embarcarse en proyectos profesionales. «Nunca me he visto con barreras en ese sentido, pero reconozco que he tenido mucha suerte de no tener límites», afirma. Del Águila reconoce como una cuestión fundamental la corresponsabilidad en el hogar para que las mujeres puedan asumir puestos de poder en las empresas y las instituciones: «Hay situaciones en las que son un freno para las mujeres los condicionamientos familiares o de índole de conciliación a la hora de dar ese paso, soy consciente de que hay compañeras a las que sí les puede pasar». La decana expresa su deseo de que cada vez sean menos esas situaciones para que las mujeres «podamos alcanzar puestos de representación, de poder y de visibilización, así podremos ser una referencia para otras mujeres de que sí es posible».

Una sociedad privilegiada

Ana Rosa del Águila se siente a su vez muy privilegiada de trabajar en una institución como la Universidad de Málaga, donde para ella las diferencias entre mujeres y hombres no son tan tangibles como pueden ser en otros lugares. «Nuestra sociedad en comparación con otras se encuentra en una situación favorable, aunque evidentemente no es la mejor. Hacen falta todavía muchos cambios», explica, resaltando además que la universidad tiene que contribuir a ese cambio social. Para Ana Rosa del Águila, las cuotas de paridad siguen siendo muy necesarias, ya que a día de hoy siguen llamando la atención algunas fotos de ciertos organismos institucionales por la ausencia de mujeres: «Y seguro que no es porque no haya profesionales que están en un nivel más que suficiente», afirma.

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La decana de Estudios Sociales y del Trabajo reconoce que en nuestra sociedad no solo se accede a puestos de poder por el currículum, ya que si fuera así habría mucha más igualdad. «El capital social es fundamental en ese caso, está estudiado que ahí es donde quizás nosotras funcionamos de otra manera», explica. Ana Rosa del Águila argumenta que las mujeres tienen una actitud más ejecutiva en las reuniones: «Cuando terminamos la reunión nos vamos a casa, y quizás los hombres se quedan en un encuentro posterior». En ese sentido, cree que hay ciertas ocasiones en las que las mejores ideas surgen en ese encuentro posterior más informal, y no en la propia reunión, por lo que en ese momento puede que haya más hombres que mujeres. «No quiere decir que nosotras no lo podamos hacer, pero separamos a veces mucho más el ámbito profesional del personal. Creo que afecta mucho cómo actúan las personas entre sí después del trabajo», desarrolla.

Conciliación familiar

La separación entre tiempo de trabajo y tiempo personal es un tema que preocupa mucho a la decana, que reconoce que una de las propuestas de su nuevo mandato es trabajar sobre este asunto. «La línea que podía existir antes entre lo personal y lo profesional se ha desdibujado completamente», narra. El primero de los motivos fue la tecnología. El Whatsapp ha hecho que mujeres y hombres tengan los grupos de trabajo mezclados con las conversaciones personales. «Antes las reuniones eran presenciales y los asuntos de trabajo se solucionaban por llamadas telefónicas, que podías coger o no», apunta Ana Rosa del Águila.

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Además, la segunda de las cuestiones que ha surgido mayormente en este 2020 es el teletrabajo, que ha afectado en gran medida a las mujeres. «Si tienes familia lo ideal es que quieras pasar un tiempo al menos al día con tus hijos o con tu pareja. He leído mucho sobre esta cuestión», desarrolla. Un compañero de otra universidad le comentaba recientemente a Ana Rosa del Águila que a la hora de organizar seminarios formativos para empresarios, le costaba mucho más que las mujeres tuvieran disponibilidad por las tardes.

«Los empresarios a los que iban dirigidos estos seminarios podían atender la actividad por la tarde, para poder compatibilizar su jornada laboral y después poder formarse en estos seminarios», explica. Cuando las ponentes eran mujeres, por las tardes les venía peor. Pese a la dificultad, preferían compatibilizar los seminarios con su jornada laboral que con su tiempo personal. «Claramente ellas se dedican más a conciliar», concluye la decana.

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