Inmaculada Postigo, en su despacho de la facultad. c. aranda
Inmaculada Postigo: «La visión de las mujeres es necesaria porque somos el 52% de la población»
decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación ·
«La facultad es como una comunidad de vecinos, y resultará del granito de arena que pongamos cada uno»
CLAUDIA ARANDA
Martes, 12 de enero 2021, 00:04
Inmaculada Postigo es decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación desde abril de 2016, en junio de 2020 se volvió a presentar y comenzó su segundo mandato. Anteriormente, trabajaba en el vicedecanato de organización académica con el anterior decano, Juan Antonio García Galindo. Reconoce que nunca había pensado dar el salto, ya que tenía claro que cuando García Galindo se fuese habría muchas personas que se querrían presentar con ganas, talento y empuje. (Reportaje completo, aquí: Cinco mujeres dirigen los decanatos y direcciones de centro de la UMA)
«Si me comprometo a algo soy muy perfeccionista, pensaba que incluso conmigo misma iba a ser un sinvivir porque cualquier cosa que saliese mal me lo iba a tomar a lo personal», admite Postigo. Tanto García Galindo como otros de sus compañeros del equipo decanal la animaban a presentarse, e Inmaculada Postigo solo advirtió una cosa: «No me presento yo sola, es un proyecto común y vamos todos a una».
La decana cuenta que la decisión de continuar en este cargo es porque tanto ella como su equipo creen que en cuatro años no ha dado tiempo a terminar el círculo del proyecto que en aquella primera reunión se habían planteado. «El segundo mandato lo planteamos como una etapa de cerrar el proyecto», explica. Hay dos vías que han sido fundamentales en su mandato: la primera de ellas, darle mucha participación al alumnado, que el Consejo de Estudiantes se activara, que estuvieran representados en todos los órganos de gobierno y tener una interlocución diaria con ellos. «La facultad es como una comunidad de vecinos, y resultará del granito de arena que pongamos cada uno», añade.
«Nosotras como decanas no tenemos horarios, debemos tener el móvil encendido de guardia»
Asimismo, Postigo también considera muy importante el espacio físico, lugares donde poder trabajar conjuntamente que hacen que esa actitud colaborativa se genere. «Hemos transformado los espacios para poder compartir no solo con nosotros sino también entre los estudiantes, así se tiene ese sentido de pertenencia a la facultad que al final se convierte en su segunda casa», apunta. Inmaculada Postigo estudió en la Universidad de Málaga, formó parte de la segunda promoción de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. «En aquella época eramos solo 50 en cada grado y estábamos en las instalaciones de Martiricos», explica, y añade que hicieron mucha piña alumnado y profesorado al estar separados del resto de la comunidad universitaria.
Postigo se ha dedicado mucho a la cooperación internacional y ha trabajado sobre todo en el ámbito latinoamericano, concretamente se dedica a la comunicación y los estudios feministas y de género. A pesar de que toda su formación a nivel de títulos ha estado ligada a la Universidad de Málaga, la decana quiere resaltar que tiene muchas estancias en otros países y que eso le da una visión muy global sobre cómo es la educación en otras universidades. «No nos podemos olvidar de que esto es una universidad pública y eso implica que la ciudadanía invierte en ti para que tú luego seas capaz de ser un agente que transforme para bien esta sociedad», expone.
Admite que sufrió el síndrome de la impostora al afrontar este cargo, ya que es demasiado crítica consigo misma y se planteó varias veces si iba a ser capaz o si había gente que lo iba a hacer mucho mejor que ella. Asimismo, considera el tema de la conciliación uno de los pilares principales a la hora de que las mujeres se acerquen a estos trabajos. «Nosotras como decanas no tenemos horarios, debemos tener el móvil encendido de guardia. Si aquí se cae un rayo dentro de la facultad pues yo un sábado o un domingo tengo que venir», explica. Reconociendo que eso a los hombres, por desgracia, les cuesta menos.
Respecto a la igualdad de mujeres y hombres en los cargos de poder, Postigo argumenta que las mujeres lo tienen más difícil si atendemos a la trayectoria. Para poder optar a determinados cargos tienes que tener una trayectoria académica: «Si nosotras llevamos mucho menos tiempo en la universidad, nos cuesta todo muchísimo más». La decana reflexiona que uno de los motivos por los que hay tan pocas rectoras en las universidades españolas es, entre otras muchas cosas, porque existen muchísimas menos catedráticas que catedráticos. «Además, si los órganos de representación conjuntos están regidos por hombres, tienden a elegir a hombres y se sigue perpetuando esa misma dinámica», explica.
Cuotas de paridad
Para ello, Inmaculada Postigo considera muy necesarias las cuotas de paridad. Para romper ese marco es imprescindible que los órganos de representación sean paritarios, ya que para ella es la única manera de empezar a tener otra visión «que es del 52% de la población». «Y esa visión tiene que estar ahí no porque sea mejor o peor que la otra, sino porque es necesaria. Si no estamos obviando a una parte importante de la población», desarrolla.
Postigo hace un llamamiento a que no se puede caer en eso que se denomina 'posfeminismo', argumento según el cual las mujeres ya se encuentran en las mismas condiciones que los hombres. «Indaga y verás el techo de cristal, que yo más bien lo llamo suelo pegajoso, porque no te permite ni siquiera llegar a ese techo», argumenta. La decana cuenta cómo ha estado en reuniones y cuando hablaba alguna de sus compañeras no se las escuchaba, pero decía la misma frase o la misma idea un compañero varón y todo el mundo decía 'qué buena idea'. «Perdona, hace 10 minutos dije yo ese mismo concepto y nadie me prestó atención», lamenta.
Asimismo, para Postigo el hecho de que los medios de comunicación cuando llaman a una voz experta sea eminentemente masculina, implica que las niñas no tengan referencias de que pueden llegar a ser lo que quieran ser. «En las carreras técnicas no tienen referentes, y eso construye sociedad», explica la decana.
Pero no quiere olvidar que hay que hacer una labor paralela de conciliación, en la que ambas partes de la pareja colaboren en iguales condiciones. «No aspiro a ser 'SuperWoman', yo aspiro a compartir y a que las tareas sean equitativas», resalta.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.