Cinco mujeres dirigen los decanatos y direcciones de centro de la UMA

Una de las mayores brechas de género existentes dentro de los órganos de gobierno y representación de la Universidad de Málaga se encuentra en los decanatos y direcciones de centro, con un 29,4% de mujeres y un 70,6% de hombres. Dicho de otro modo, de 17 decanos y directores de centro que hay en la UMA, solo cinco son mujeres. «Que solo seamos cinco decanas debe tener mucho que ver con la conciliación familiar y con ese papel de cuidadoras estables que se nos asigna desde siempre», apunta la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, Rosario Gutiérrez.

Los datos aportados por el Diagnóstico de Igualdad del año 2010, según se informa en el III Plan de Igualdad de la Universidad de Málaga, constataban que en los equipos decanales y de dirección elegidos por libre designación por los decanos y directores de centro, se evidenciaba una clara intención por acercarse a la paridad. Los vicedecanatos y direcciones de centro cuentan actualmente con un 50,6% de hombres y un 49,4%, por lo que se podría determinar que no existe brecha de género. Asimismo, si atendemos a las subdirecciones de centro, que corresponderían con las Escuelas Técnicas, sí que se detecta una sobrerrepresentación masculina que arroja una brecha de 30 puntos porcentuales de diferencia con respecto a la femenina.

«En mi equipo somos ocho personas, cuatro mujeres y cuatro hombres. Tenemos la paridad absoluta», expone Noelia Moreno, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud. Por su parte, Isabel Hombrados, decana de la Facultad de Psicología y Logopedia, cuenta con cinco mujeres y tres hombres en su equipo: «En algunos sistemas debemos intentar que no solo sea paritario, sino que haya más mujeres». Aunque para ella la responsabilidad no solo debe caer en las facultades y en la universidad, sino a nivel de legislación.

Para Inmaculada Postigo, decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, las cuotas de paridad en estos casos siguen siendo absolutamente necesarias. «Hay un argumento que te dicen muchos compañeros hombres que es: 'Las que valéis, estáis. Es por méritos de capacidad'. Y yo les digo: 'Perdona, yo quiero tener el mismo derecho a ser una inepta en un cargo que tenéis vosotros'», reconoce, lamentando que las mujeres debemos demostrar las cosas dos veces para acceder a estos puestos.

Si comparamos los datos actuales con el anterior diagnóstico de igualdad, ha habido un aumento de 18 puntos porcentuales en cuanto a representación femenina. En 2014 solo el 11% de estos cargos estaban ocupados por mujeres, lo que supone que en la actualidad se ha experimentado un aumento de su presencia pasando de dos a cinco las elegidas para dirigir los centros universitarios. Para Hombrados, la Universidad de Málaga va por buen camino, aunque reconoce que cinco decanas son todavía muy poco: «Aun así creo que el hecho de que sea la primera vez que haya cinco decanas significa que la UMA se está preocupando por facilitar e impulsar medidas que favorezcan la igualdad».

Atendiendo a los vicedecanatos y subdirecciones de centro, que están formados por personas elegidas por los propios decanos y directores, se evidencia un avance significativo respecto a los datos aportados en 2014. En ese momento el porcentaje de mujeres en esos cargos era del 22%, mientras que ahora se ha pasado a un 49,4%. Es decir, la Universidad de Málaga ha pasado de una sobrerrepresentación masculina en estos cargos unipersonales a alcanzar la paridad.

Las direcciones departamentales también muestran una gran desigualdad, solo un 18,3% de los departamentos están dirigidos por mujeres, frente a un 81,7% de hombres. «Hay que implementar medidas proactivas para las mujeres como incentivar el liderazgo en los proyectos de investigación u otros cargos de poder», explica Isabel Hombrados.

Por su parte, Ana Rosa del Águila, decana de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo, cree que la representación femenina en este tipo de proyectos es fundamental: «Debemos alcanzar más puestos de representación y de visibilización para que podamos ser una referencia para otras mujeres de que es posible».