El Unicaja, desquiciado por el Telekom Bonn, se queda sin su final soñada

Aunque el partido comenzó con un altísimo ritmo y con el equipo malagueño muy concentrado, estaba claro que esa no sería la dinámica del choque. No tardó el técnico del Bonn en realizar un ajuste en su quinteto inicial. Sentó a su pívot, Kratze, y metió al neozelandés Delany, que no tardó en neutralizar el daño que le estaba haciendo Kravish. Por suerte para el Unicaja, Brizuela estaba imparable y lideró un parcial de 8-0 que puso en pie al Carpena porque su equipo casi doblaba en el marcador al alemán (20-11). Iisalo paró el choque y ordenó el regreso de Shorts, algo que cambió por completó el partido. Sus primeras acciones fueron dos asistencias para sendos triples y tres tiros libres anotados para cerrar un primer cuarto de máxima igualdad (22-22).

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Al pequeño base estadounidense no le importó tener delante a Alberto Díaz, el mejor defensor en esa posición de España, y tampoco emparejarse con hombres más altos en defensa, sus compañeros lo cubrían.Sin saberlo, fue el principio de los problemas de un Unicaja cuyo grado de incomodidad aumentaba en cada posesión. De ganar 20-11 se vio perdiendo 24-31. No encontraba soluciones Ibon Navarro por más que lo intentaba. Will Thomas no fue esta vez la solución. Tampoco jugar con un quinteto pequeño para igualar la actividad defensiva y velocidad de un rival que se reajustaba sobremanera en cada acción y que castigaba desde la línea de tres con Delany y Hawkins. El peor escenario que el cuerpo técnico malagueño había imaginado en los días previos al partido se estaba dando. Para colmo, el conjunto cajista acusaba un duro 4/13 en tiros de tres. Por primera vez en meses, se veía un bloqueo total del Unicaja. Su ataque se había colapsado y su defensa estaba a años luz de lo que acostumbraba. Lo mejor que le pudo pasar fue que llegase el descanso. Tenía que refrescar las ideas y volver a la pista para remontar un duro 31-41 y mejorar el lapidario 37% en los tiros.

El Unicaja necesitaba un cambio radical y la esperada avalancha tras el intermedio. No llegó. Un par de canastas rápidas del Bonn elevaron la ventaja visitante hasta los 13 puntos. Tocaba remar desde más lejos todavía (33-46). Cada canasta costaba un mundo y el Unicaja necesitaba un desatascador. El mejor que tiene es Kalinoski, que apareció de forma fantástica con cinco puntos seguidos. Fue el principio de un trabajo de pico y pala, con Ejim martilleando y reboteando. Como la defensa también mejoró, el equipo cajista se fue acercando poco a poco (47-52) y frenó el flujo ofensivo del rival hasta que llegó Shorts para volver a mostrarse desequilibrante y dejar el marcador en 50-57.

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El Unicaja tenía que remangarse de verdad y lo hizo. Sin que su ataque fuese brillante, el hecho de que el Bonn no pudiese ni lanzar en algunas posesiones fortaleció la mentalidad del equipo malagueño, que fue enjugando poco a poco la ventaja de su rival. Una buena continuación de Kravish, un triple de Carter y una canasta luchada de Ejim marca de la casa equilibraron por fin el partido (57-58) cuando quedaban cinco minutos por delante. Estaba ahí, pero no culminó la remontada porque el Bonn se agarró al partido como pudo. Dos tiros libres de Bonn y luego desaprovechando un claro desajuste en la defensa local entre Brizuela y Malcolm que el americano castigó con cuatro puntos (58-64, min. 37). La sensación de impotencia se fue incrementando con varias canastas claras falladas. Llegaron los nervios, las malas decisiones, una protesta de Ibon Navarro que le costó una técnica y la insistencia de un Bonn que ejecutó perfectamente su plan de partido.