El Unicaja se tiene que remangar para ganar al Oostende (85-92)

Con demasiadas pérdidas y malos ataques por parte del Unicaja, el Oostende encontró muchas facilidades en el comienzo del partido. Fueron tres minutos los que tardó el equipo malagueño en reajustar su defensa y lanzar una ofensiva demoledora que se llevó por delante a su rival. Del 7-2 se pasó al 11-24 en cinco minutos. El Unicaja mostraba lo mejor de su repertorio con buena defensa, velocidad en la ejecución y mucho acierto, especialmente desde la línea de tres. El choque amenazaba con romperse a las primeras de cambio, pero los belgas aprovecharon la relajación cajista para no descolgarse del todo y cerrar el primer cuarto con vida (16-24).

Esa irregularidad del Unicaja se acentuó en el que posiblemente ha sido su peor cuarto en lo que va de temporada. De casi la perfección se pasó al descontrol, especialmente en ataque, con un exceso de pérdidas y malas decisiones. Hay que poner en valor también la mejora del rival. El Oostende elevó sus prestaciones defensivas con mucha actividad y esto le permitió poder correr y no tener que atacar en estático, donde sufría. Apareció Allen, uno de sus fichajes para esta temporada, con una secuencia estupenda de acierto. Del 20-29 se pasó al 35-36. El bache del Unicaja era importante y no sirvió que Ibon Navarro parase el partido, porque el veterano Gillet confirmó la remontada de su equipo con buenas acciones desde la larga distancia (42-41). Un par de destellos de Osetkowski y Perry permitieron llegar por delante al descanso, pero fueron acciones forzadas y es que el Oostende estaba consiguiendo lo que ningún equipo había logrado hasta ahora, llevar al límite al Unicaja. Las estadísticas confirmaban los malos minutos del equipo malagueño, con 16 puntos tras pérdida para el rival, cuyo banquillo (26 puntos), superaba la aportación de los suplentes del Unicaja (17).

El paso por los vestuarios no cambió la peligrosa dinámica del partido. El Oostende mantenía el nivel de acierto y agresividad, y sólo el acierto de Kalinoski permitía a los de Ibon Navarro seguir por delante (56-60, min.25). Estaba por ver si el cuadro belga sería capaz de mantener el pulso. Le ayudaron los 23 tiros libres que llevaba a estas alturas del partido, pero todo cuenta... El Unicaja, además, dio facilidades con un carrusel de pérdidas que reactivó el ataque local hasta el 70-64 con el que se cerró el tercer cuarto.

La situación obligaba al Unicaja a ponerse el traje de faena. Todo pasaba por limitar las pérdidas y defender mucho mejor. Los de Ibon Navarro hicieron las dos cosas, además aprovechando la situación de 'bonus' del rival que le permitió tener los tiros libres como puntos fáciles. El partido cambió por completo con un parcial de 3-16 (73-80), que le permitió ir decantando claramente el encuentro a su favor. Al Oostende ya no le entraban los lanzamientos, con un defensor encima de cada tirador. Osetkowski, con dos triples a falta de cuatro minutos, sentenció un partido más complicado de lo previsto, como se demostró en los segundos finales, con el Oostende apretando hasta el final.