Decidió la profundidad de banquillo

Sin embargo, el Oostende reaccionó en el segundo cuarto, aprovechando los errores defensivos del Unicaja y con un Allen muy acertado. Con una mayor agresividad en defensa y una mejor lectura del juego, los belgas se acercaron en el marcador. El Unicaja, por su parte, trató de responder con velocidad en su juego a través de Perry y con los puntos de Osetkowski, pero no pudo evitar que el Oostende anotara 28 puntos en este cuarto, dominando el juego colectivo, atacando los cambios defensivos y errores de concentración de los malagueños.

En el tercer cuarto, el Unicaja acumuló faltas y subió el nivel de contacto, pero seguía cediendo ante los triples de Meeusen, las dificultades para parar el uno contra uno y los tiros libres que el equipo belga sacaba. Aunque Kalinoski y Osetkowski mantuvieron a su equipo en el marcador, los belgas lograron ponerse por delante nuevamente.

El último cuarto fue decisivo. Unicaja subió su intensidad defensiva, con Balcerowski dominando la pintura, llegando a las ayudas y con tapones clave y Alberto Díaz presionando al balón. Carter destacó en la creación de juego, mientras que Osetkowski, el mejor del partido, siguió siendo efectivo en la anotación. Este esfuerzo permitió a Unicaja tomar el control del partido con un gran parcial, aunque el Oostende no se rindió y luchó hasta el final, manteniéndose en el partido hasta los últimos instantes.

Finalmente, Unicaja logró la victoria gracias a su músculo, defensa y talento, en un duelo muy disputado donde el esfuerzo colectivo fue clave para doblegar a un rival que no dejó de pelear en ningún momento.