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A la espera de que se aclare la postura de la Fundación Bancaria, propietaria del Unicaja, en el anunciado encuentro con Unicaja Banco para establecer el presupuesto del club, ... en el seno de la entidad malagueña ya han comenzado a trabajar en un escenario que no es nada optimista y en el que es ahora clave el regreso del público al Carpena para garantizar la viabilidad del proyecto.
A día de hoy, la Fundación mantiene su decisión de eliminar la subvención que aportaba al presupuesto y que iba destinada al equipo profesional. Es sobre este escenario sobre el que trabaja el Unicaja para la próxima temporada. Una reducción de tres millones de euros hace inviable el actual proyecto, como ya se informó ayer. Es una situación inédita, inesperada y que deja al club malagueño contra las cuerdas. Las únicas partidas seguras con las que contará el Unicaja serán los 3,5 millones de euros que garantiza Unicaja Banco, los 600.000 euros de la televisión y el millón que percibe de los patrocinios y acuerdos con las instituciones. No hay más...
Y no hay más porque a día de hoy no el club no puede hacer una previsión segura de contar con los dos millones largos que ingresaría por venta de abonos y entradas. La pandemia del coronavirus condiciona esta importante cantidad de dinero que aliviaría la situación dentro de lo grave del nuevo contexto de rebaja presupuestaria.
Como se ha comprobado en los últimos meses, la pandemia es oscilante y difícil de controlar. En alguna ocasión se ha amagado con el regreso del público, pero no ha sido posible. Hubo algunos partidos de la Eurocup en los que se contó con 400 personas en las gradas, pero eso, como se decían ayer en el club, «no nos quita de pobres», de hecho, en el último encuentro ante el Mónaco, el Unicaja decidió invitar a 400 personas, entre ellas un grupo grande de personal sanitario por su papel en la pandemia.
De aquí al comienzo de la próxima temporada pueden pasar muchas cosas: que la Fundación recapacite, que el Banco acuda al rescate y aporte más dinero, que llegue un patrocinador que complemente el presupuesto... Lo que es seguro es que la pandemia, salvo que el proceso de vacunación sea más rápido y abarque a toda la sociedad, seguirá inestable.
Las previsiones son que una vez pasado el verano, los aficionados podrán volver a las canchas, pero seguramente habrá restricciones de aforo. De aquí hasta entonces, el club tiene las manos atadas en ese sentido, pues es complicado diseñar un plan de actuación sin saber qué cantidad de abonos se podrán vender y a qué precio.
Lo que sí es seguro es que el Unicaja, ahora más que nunca, está en manos de sus aficionados. De su respuesta en caso de que puedan volver al Carpena dependerá la viabilidad del próximo proyecto y la continuidad del baloncesto en Málaga. Es duro, pero si la Fundación no cambia de postura, es lo que hay.
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