El Unicaja se sobrepone a la crisis del club y gana al Bilbao

El Unicaja no atraviesa por la situación tan angustiosa que vive el Bilbao. Sus problemas son otros, pero el equipo malagueño debió mostrar más actitud en intensidad de la que lució desde el comienzo del choque. La presión que transmitía el banquillo visitante con todos sus integrantes casi de pie y jaleando a sus compañeros retumbaba en el Carpena. El Bilbao se jugaba la vida y lo demostró desde el salto inicial, no es que pusiese en muchos apuros al Unicaja, pero si lo incomodaba con una defensa en zona y marcando el ritmo con su intensidad. Quizá el error del equipo malagueño fue precisamente ese, permitir que su rival cogiese confianza, tanta que cerró el primer cuarto ganando 18-22. Más allá de algún destello de Brizuela y Waczynski, el Unicaja era un grupo apático.

La inercia dominante del Bilbao se acentuó en un segundo cuarto en el que el Unicaja empeoró sus prestaciones. Los pívots del Bilbao empezaron a crear problemas y eso que Balvin no estaba teniendo demasiado protagonismo, probablemente la única buena noticia hasta el momento. El cuadro vasco llegó a ganar 24-30, con el Unicaja teniendo muchos problemas para anotar. Por cierto, que Katsikaris no echó mano de Francis Alonso en toda la primera parte a pesar de que el ataque dejaba mucho que desear.

Justo cuando peor estaba jugando el equipo malagueño, logró enlazar un par de buenas defensas que al menos le permitieron anotar fácil al contragolpe. Hubo un par de minutos de lucidez de Fernández y Díaz (32-30), pero sin continuidad para llegar al descanso otra vez por detrás en el marcador, 35-38.

El Unicaja había jugado con fuego en la primera parte. El Bilbao es un equipo limitado a día de hoy por muchos motivos, tanto físicos como económicos, pero en la zona baja de la tabla hay tiros para salvarse. Si seguía dándole vida, podría tener un problema. Por suerte, la mentalidad del equipo malagueño fue otra, pero algo efímera. Waczynski y Brizuela lideraron un parcial de 13-4 (50-42). El polaco es de lo más regular del Unicaja en los últimos meses, y no sólo tirando de tres, mientras que el vasco iba a los suyo, con 21 puntos a estas alturas del partido, lo que le exime de ciertas lagunas defensivas. Pero la intensidad del Unicaja y esa presión a su rival fue momentánea. De nuevo el cuadro vasco mostró carácter para voltear la situación y ponerse por delante mandando con sus exteriores y lanzando un mensaje claro al Unicaja de que no iba a rendirse.

Llegó el momento de la verdad y, a pesar de haber sesteado en varias fases del partido, el equipo cajista fue mejor cuando se decidía el choque. Lo logró desde la defensa, donde Malcolm Thomas hizo un buen trabajo, aunque también encontró múltiples soluciones en ataque (Abromaitis, Brizuela, Bouteille) para enlazar un parcial de 13-0 que le puso el partido muy de cara (74-62) a falta de cinco minutos para el final. La moral del Bilbao, que parecía inquebrantable, empezó a tener fisuras. Hizo un último intento, quizá propiciado por un exceso de confianza del Unicaja, pero Katsikaris paró el partido para poner firmes a sus jugadores. Sus gritos retumbaban en un pabellón vacío, que de haber tenido público habría mostrado su malestar por la grave situación que vive el club.