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El Unicaja agudizó su crisis de resultado con una nueva derrota en casa (79-91). El tropiezo ante el Baskonia deja por los suelos ... el honor del equipo que dirige Luis Casimiro, que debía ganar para acceder a la Copa por méritos propios y no beneficiándose de los reajustes realizados por la Liga ACB hace unas semanas. Pudo el Unicaja reivindicarse ganando al Baskonia y así acallar las voces que lo señalan como injusto beneficiado, pero careció de la solidez y consistencia necesarias para plantar cara a un bloque sólido como es el cuadro de Vitoria. Más allá de la Copa, el conjunto malagueño afea más todavía su trayectoria en la Liga, especialmente en casa, con sólo tres victorias en nueve partidos. Ver para creer.
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El encuentro comenzó con un ritmo elevadísimo y estuvo marcado por el gran acierto del Unicaja que anotaba todo lo que lanzaba. No era casualidad. La genial dirección de Jaime Fernández permitió una gran circulación y buenas situaciones de tiro. El equipo, barrió de la pista a su rival al que maniató también en defensa. La renta alcanzó los 16 puntos al borde del final del primer cuarto (30-14), pero el Baskonia y su famoso carácter apareció.
Se sentó Fernández y cambió el partido. El cuadro vasco endureció su defensa y logró un parcial de de 13-0 que dibujó un encuentro nuevo (30-27). Al Unicaja le costaba anotar, pero esta vez Casimiro sí se acordó de Nzosa. El congoleño, olvidado en los últimos encuentros, dio una exhibición defensiva de categoría con segundos y terceros esfuerzos, gran intimidación y una enorme actividad. No anotó ni un punto, pero impidió muchos del rival. Su presencia en la zona y el regreso de Fernández devolvieron el mando del choque a un Unicaja que se reponía a sus numerosas ausencias y volvía a dominar a base de triples (43-35) para llegar al descanso con cinco puntos de renta después de una afortunada canasta de Polonara (45-40).
El intenso toma y daca se mantuvo, pero el Baskonia es un equipo duro, con recursos para anotar y rotación larga. El Unicaja mantuvo su buen juego hasta el ecuador del tercer cuarto (54-47), pero cuando tuvo que rotar se vio obligado a disponer quintetos más bajos, menos físicos. La defensa se resquebrajó el el cuadro de Vitoria no bajó el nivel y le hizo 29 puntos al Unicaja en el tercer cuarto para llegar con una ventaja clara al acto decisivo (61-69).
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La peligrosa tendencia del partido se fue acentuando cada minuto que pasada. Esa intensidad y regularidad del Baskonia, y su capacidad para competir es lo que marca la diferencia con los equipos de la Euroliga. Es algo que de lo que el Unicaja carece a día de hoy, más allá de las lesiones. La ventaja visitante alcanzó los 13 puntos a cinco minutos del final, con el partido ya controlado por Henry y Vildoza.
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