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Alberto Díaz dirige un ataque en el partido contra el Real Madrid. ACB FOTOS

El Unicaja minimiza los daños, pero se queda sin margen de error (79-74)

El equipo malagueño dominó al Madrid en la primera parte, pero Llull dinamitó el choque tras el descanso; la diferencia final, positiva pensando en la Copa

Domingo, 12 de diciembre 2021, 19:01

Nunca una derrota es positiva, pero hay que tener perspectiva y minimizar los daños cuando las opciones de ganar están perdidas. Es lo que le pasó al Unicaja este domingo ante el Real Madrid. El equipo malagueño dio un paso atrás en sus opciones de ... jugar la Copa del Rey de Granada al perder por 79-74. Sin embargo esos cinco puntos de desventaja pueden valer su peso en oro con vistas a jugar el torneo copero. Es una curiosa contradicción, pero la diferencia de puntos será crucial en caso de desempate, si es que se da el caso, porque la realidad es que ya no hay margen de error. Para estar en la Copa seguramente tendrá que ganar los cuatro partidos que le faltan y eso es complidado, no hay que engañarse.

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El Unicaja llegó a ir perdiendo por 16, así que el resultado final no es tan malo. Tampoco lo fue la imagen dada por el cuadro cajista, que como suele ser habitual en los duelos de entidad, mostró una mejor versión. Con más ambición, más energía y un buen baloncesto, dominó al Real Madrid durante 20 minutos. Sin embargo, Sergio Llull dinamitó el encuentro tras el descanso y echó por tierra el buen trabajo de los de Katsikaris.

Le cuesta al griego tomar ciertas decisiones. Ante el Madrid sí comprendió que no era el día de Norris Cole, muy vigilado y bien defendido, pero no pensó lo mismo con Brizuela y el vasco está tan lejos de su mejor versión que llega a ser perjudicial para su equipo. Le pasó lo mismo a Katsikaris en Sevilla y aquello casi cuesta la victoria ante el Coosur Betis.

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El arranque del encuentro fue un manual de canastas fáciles y defensas abiertas permitiendo penetraciones hasta debajo del aro. Esto ayudó a que el conjunto malagueño superase el mal trago habitual de cada comienzo de partido y que casi siempre le obliga a ir a remolque. Pese a que Causeur y Hanga percutían una y otra vez castigando la defensa de bloqueo y continuación malagueña, los de Katsikaris encontraban siempre respuesta por medio de un inspirado Jaime Fernández, con galones para dirigir y anotar. El equilibrio entre las canasta de dos y los triples fue decantando el marcador a favor de un Unicaja que también mejoraba en defensa y, sobre todo, controlaba por completo el rebote; de hecho dobló a su rival (7-14) al final de un sobrio primer cuarto que cerró ganando 16-19. El marcador tan bajo evidenciaba los problemas del Madrid en ataque y dio moral a un cuadro cajista que firmó diez minutos muy convincentes; totalmente inesperados.

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Sin el estrés del comienzo, el Unicaja fue a más en su juego. No acusó las rotaciones, de hecho la 'segunda unidad' elevó el nivel. Bouteille explotaba su talento para anotar posteando cerca del aro o desde la línea de tres. La renta malagueña, no muy amplia, incomodaba a un conjunto blanco que era incapaz de imponer su ritmo al partido (23-28, min. 15). Sólo un par de triples de Rudy permitieron al Madrid cambiar la dinámica del choque, pero encontraron respuesta rápidamente en el acierto de Bouteille. Ni siquiera Tavares y Pourier fueron una referencia para el equipo de Pablo Laso, en parte porque Rubén Guerrero, después de su buen partido en Sevilla, volvía a ofrecer buenas prestaciones. El Unicaja firmaba una primera parte casi perfecta y llegaba al descanso ganando por 31-37. Al final de los primeros 20 minutos, los de Katsikaris habían cogido 11 rebotes más que su rival (13-24).

El paso por los vestuarios cambió completamente el partido. El factor clave e inédito hasta el momento fue Sergio Llull, con 13 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias en diez minutos. El mallorquín dinamitó el choque con un torrente de juego. Sus cuatro triples seguidos pusieron al juego de su equipo lo que le faltaba, acierto exterior. Entre él y Heurtel se encargaron, además, de surtir de balones a Tavares, ahora imparable. Era la tormenta perfecta. El Unicaja se defendía, pero ya no imponía el ritmo del partido, tampoco controlaba el rebote y, lo peor, los triples no le entraban (0/5). El 62-53 al final del tercer cuarto era remontable, pero el choque debía volver al escenario del primer cuarto, no al del tercero.

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El arranque del último acto no hizo pensar en la remontada, sino en todo lo contrario. Al Madrid le seguían entrando los triples y el Unicaja sufría para anotar. Como la conexión entre los bases y los pívots locales seguía funcionando, al equipo malagueño se le acumularon los problemas y llegó a perdiendo por 16 puntos (76-60, min. 35). Fueron malos minutos de un Brizuela desdibujado y que tomó malas decisiones que pasaron factura a su equipo. La diferencia era difícil de salvar, pero, además, muy peligrosa con vistas a la pelea por la Copa y el 'average', que puede decidir empates. Katsikaris paró el partido y la bronca a sus jugadores fue monumental. A partir de ese momento, el Unicaja estuvo más agresivo, atacó mejor con Fernández y Francis Alonso y maquilló un resultado que no es perjudicial.

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