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Málaga. Ni los españoles, que se consideraban el salvavidas del verano, ni la apertura de las fronteras y la consiguiente llegada de turistas extranjeros han reaccionado como el sector turístico esperaba. La demanda está más que fría y reticente y las reservas lentas y combinadas ... con cancelaciones de última hora. Todo ello a las puertas del primer fin de semana de un mes de julio, que lejos de traer tranquilidad y sosiego a los profesionales del destino no ha generado más que preocupación por la respuesta de la demanda. Ante este escenario las organizaciones regionales de hoteles, hostelería y agencias de viajes miembros de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) se han constituido en un grupo permanente. El objetivo es «informar tanto a las administraciones como al propio sector sobre la evolución de la demanda a fin de tener una información fiable y actualizada que permita la adopción de medidas oportunas», señalan.
En el encuentro, que se prolongó durante casi dos horas en la mañana de ayer, han aportado los datos que tienen en este momento sobre la previsión de negocio para este mes de julio, en el que esperan una ocupación hotelera de en torno al 32% y eso que sólo estarán abiertos el 60% de los establecimientos de la Costa del Sol. El mes estrella del verano, agosto, tampoco supondrá un cambio radical sino todo lo contrario. Se espera mantener la tónica y subir en torno a diez puntos más los datos de julio hasta situarse en un 40%. El sector confirmó en esta reunión y en el comunicado realizado tras la misma que «el volumen de cancelaciones está siendo muy superior a cualquier previsión de semanas anteriores».
Nueva medida de apoyo al turismo, que no consigue levantar cabeza tras esta pandemia. El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto ley de medidas económicas que contempla la moratoria hipotecaria para inmuebles afectos a la actividad turística, por lo que otorga un periodo de moratoria de hasta 12 meses para las operaciones financieras de carácter hipotecario suscritas con entidades de crédito. De esta moratoria podrán beneficiarse los trabajadores autónomos y las personas jurídicas con domicilio social en España que estén atravesando dificultades financieras como consecuencia de la crisis del coronavirus. Los préstamos que hayan sido objeto de impago total o parcial de alguna de sus cuotas desde antes del 1 de enero de 2020 quedan excluidos. Durante la moratoria solo se abonarán intereses de la deuda hipotecaría, sin amortizarse el capital. El plazo de amortización se extendería hasta 12 meses más.
En la primera reunión de este grupo de trabajo, abierto a los segmentos que quieran participar en el mismo, se ha puesto el énfasis en la necesidad de actuar ya para salvaguardar la viabilidad de las empresas, que en lo que va de año han tenido los meses de enero y febrero de negocio, que son el periodo más duro del invierno, y prevén que la actividad se reduzca a julio y agosto a la vista de que la demanda está reacia a salir de vacaciones. Por ello, han insistido en la necesidad de seguir impulsando medidas que doten de más liquidez a las empresas. Señalan que «aunque es cierto que se ha recuperado en parte la movilidad, ello aún no tiene reflejo en la cifra de negocio por lo que habrá que refinanciar las partidas aplazadas».
También consideraron fundamental, para garantizar el futuro de estas empresas ante el panorama actual, ampliar la extensión de los ERTE, al menos, hasta finales de marzo de 2021 para «que los negocios puedan planificar oportunamente sus acciones de futuro y no estar constantemente sometidas a negociaciones que aplican esas medidas con efectos temporales muy restringidos», precisaron. Además, reclamaron un año más de carencia de los préstamos ICO, a los que tendrán que empezar a hacer frente el próximo mes de marzo sin para entonces haber generado negocio para encarar esos pagos.
Además, han dejado clara la importancia de insistir en que los establecimientos hoteleros y hosteleros andaluces son seguros a fin de generar «la confianza necesaria entre los turistas». Los empresarios apuntan a que la mayoría de los turistas que están llegando estos días al aeropuerto procedentes de países de la UE o del espacio Schenguen vienen a sus segundas residencias y que, siendo los mejores altavoces del destino y embajadores del mismo, no están reportando las ocupaciones esperadas en los establecimientos alojativos.
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