El turismo de Málaga reclama unidad para luchar contra los agravios en el reparto de ayudas directas

Hace algo más de un año, la idea de una pandemia mundial no era más que una posibilidad enmarcada en un lejano plano teórico. En la Costa del Sol no se ponía en duda que el 2020 iba a ser otro año de superlativos para el turismo. La pregunta estaba en saber en qué porcentaje se iba a superar la plusmarca del 2019, dada la inercia alcanzada por una actividad que históricamente ha sido como la gallina de los huevos de oro para la economía de la provincia. Pero esa pregunta hace ya meses que se ha descolorido, que ha dejado de tener sentido.

Mucho más concreta es la amenaza que supone el coronavirus y sus consecuencias para el turismo en Málaga. La realidad ahora se escribe en restricciones a la movilidad, fronteras cerradas, zonas de riesgo y aviones que permanecen en tierra por la falta de pasajeros. El mercado del turismo se ha desplomado durante un tiempo que permanece indefinido.

Por el camino cristalizan nuevas preguntas que apelan a un nuevo futuro, cuando el mundo, en algún momento, empiece a dejar atrás esta pesadilla pandémica. ¿Se podrá viajar como antes? ¿La Costa del Sol mantendrá el tirón que tenía? ¿Cómo levantar otra vez a un sector que ha sido arrasado por un tsunami? Las respuestas se encontraron este viernes en la segunda edición del foro 'El turismo y el Covid', organizado por SUR y Turismo Costa del Sol, en colaboración con el Ayuntamiento de Benahavís, el Ayuntamiento de Benalmádena y Les Roches, que contó con representantes de alto nivel tanto de administraciones como de empresas que operan en el sector. De los distintos planteamientos que tomaron forma en una mañana que alternó intervenciones con mesas redondas, la apelación a la unidad del sector turístico de la Costa del Sol fue una constante.

Una unidad que, por urgencia y necesidad, debe servir para luchar contra el agravio en el reparto de ayudas directas al turismo por parte del Gobierno central. El Ejecutivo distribuirá en los próximos meses los 7.000 millones de euros que se destinarán a las empresas en forma de ayudas directas. Las islas Baleares y Canarias se llevarán de 2.000 millones de euros, una tajada que ha generado unanimidad en torno a una misma opinión: la Costa del Sol va a recibir menos fondos de los que le corresponden en relación al peso que tiene el turismo en el Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia y a nivel nacional.

El presidente de la Diputación, Francisco Salado, desglosó las primeras cifras durante su intervención. Según Turismo Costa del Sol, la distribución de las ayudas, si se hace el cálculo por habitante, deja 137 euros para Málaga frente a los 853 euros en Baleares. El número de empresas turísticas en Málaga sería de 52.629 frente a las 35.522, por lo que hay más demandantes para repartir un pastel más pequeño.

«No es razonable y no está justificado que los empresarios y autónomos de Baleares vayan a recibir seis veces más en Baleares y cuatro veces más en Canarias», dijo Salado.

La sensación de que el sector turístico de la provincia queda relegado también la compartió más tarde el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que luego aseguró que el turismo será uno de los principales polos hacia el que se dirija la estrategia municipal para lograr la recuperación económica. «¿Cómo le vamos a dar las espaldas al turismo?», se llegó a preguntar el regidor.

De la Torre abonó la teoría del agravio comparativo. «El peso que tiene el sector del turismo en Málaga es muy superior al de Baleares y Canarias. Rectifiquen el criterio», apeló al Gobierno central.

En la misma línea se expresó la consejera Delegada de Turismo Costa del Sol, Margarita del Cid, que pidió un «reparto más equitativo de las ayudas».

También se puede hablar de malestar entre los empresarios del sector. Muchos creen que las cantidades que le corresponden a la provincia son mayores a las que va a recibir. El presidente de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, admitió que esa ahora anhelada unidad no ha existido siempre en la Costa del Sol, pero que confía en que la situación dramática que está viviendo el sector al menos sirva para que todos sus actores vayan de la misma mano.

El flamante presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), José Luque, abogó por que esa unidad sirva también para reivindicar la importancia que tiene el turismo para la economía de la provincia. «Creo que el sector ha sido demonizado muchas veces por puro desconocimiento».

En este sentido, hizo referencia a la cualidad dinamizadora del turismo y a las sinergias que se podrían crear con el pujante sector de la industria 4.0 en Málaga.

Luque también dibujó la interrelación que teje el sector turístico con el resto de sectores en la provincia. «Estamos todos en el mismo barco», recordó. Si los hoteles están cerrados, ya no hay trabajo para sus proveedores. La fruta se acumula en los almacenes de los distribuidores y las panaderías locales pierden a sus mejores clientes. Una ecuación extensible a otros gremios que operan en la telaraña hotelera.

Una de las principales premisas en el mundo del deporte se resume en pocas palabras: si algo funciona, no lo toques. El director general de Turespaña, Miguel Sanz, hizo suya esta motivación para defender el turismo de sol y playa, un segmento al que se relaciona en ocasiones con un turismo de baja calidad.

Para Sanz, es el principal ingrediente que garantizará la recuperación del sector en la Costa del Sol una vez se logre dejar atrás a la pandemia del coronavirus. Durante su intervención en el foro pidió que se hagan los esfuerzos necesarios para que se «mantenga el liderazgo de sol y playa».

Participó también por vía telemática Wolfang Dold, el embajador alemán en España. Dold quiso apelar a la paciencia a la hora de retomar la actividad turística. «Es importante que los viajes se realicen cuando sean seguros», expresó.