Los teléfonos echaban chispas. Los empresarios no daban crédito a las declaraciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de que el turismo y el ocio tendrán que esperar hasta finales de año para retomar la normalidad, volando de un plumazo las esperanzas de tener ... algún movimiento en los meses de temporada alta. Tras la perplejidad y el pavor, los empresarios de los distintos segmentos turísticos de la Costa coinciden en que no aguantarían sin ingresos durante nueve o diez meses, como prevé el Gobierno. Tras recordar que se está hablando de que el motor económico esté parado casi todo el año, alzan la voz para exigir de inmediato un plan de apoyo específico con el que paliar el «desastre» que se avecina para el turismo y para el conjunto de la economía. Cabe recordar que los planes anunciados por la ministra Díaz superan el peor de los escenarios que baraja la Junta de Andalucía en cuanto al impacto del Covid-2019 en esta industria y que responde a empezar a trabajar en septiembre. En este marco más negativo, la estimación en llegada de turistas para 2020 sería de 14 millones, es decir, 18,4 menos que en 2019, casi un 60% menos. Este retroceso de la actividad implicaría 13.300 millones de euros menos de ingresos, de los 22.000 alcanzados en el ejercicio anterior, y la puesta en riesgo de unos 140.000 empleos. La Costa del Sol será la más afectada dado que casi la mitad del negocio turístico de la región se concentra en la provincia malagueña.
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Sin embargo, ayer el vicepresidente de la Junta, consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, quiso rebajar la tensión tras el revuelo generado por la ministra. En este sentido, dijo que había mantenido una conversación telefónica con la Secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, en la que ésta le había avanzado que «iban a lanzar un mensaje de tranquilidad». Eso sí, Marín insistió en la necesidad de que la desescalada se haga «de manera coordinada. He visto mucho desconcierto», dijo.
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Sin embargo, los empresarios no tenían ayer capacidad para reducir el desasosiego generado. El presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, fue rotundo: «esto es terrible para las empresas y para el empleo. Hablan de perder un año como si nada y eso que el turismo es el motor de la economía. No hay empresa turística que soporte diez meses sin ingresos. Si no se toman medidas, el sector no sale adelante». Es más precisó que «el segmento vacacional tiene en la temporada alta el 70% de los ingresos, a lo que se suman las pérdidas de la Semana Santa».
El presidente de los hoteleros de la Costa y de Andalucía, Luis Callejón Suñé, ya había advertido de que esta crisis iba a dejar en el camino a un 25% de los establecimientos, una cifra que se queda corta de no poder iniciar la actividad hasta final de año. En esta línea el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Andalucía, Sergio García, avanzó «que si la actividad no se puede iniciar hasta final de año serán muchas las empresas que se quedarán en el camino». García elevó a 1.800 las oficinas de viajes que hay en la región, con el 95% de los empleos en ERTEs. Mientras la consejera delegada de Turismo Costa del Sol, Margarita del Cid, mostraba «perplejidad ante unas declaraciones de tal calado» y ante el hecho de que éstas procediesen de la ministra de Trabajo y no de la de Turismo. «Creemos que es un análisis precipitado por la competitividad en el equipo de Gobierno», justificó para exigir «rigor y seriedad». Del Cid avanzó una semana intensa de reuniones y la intención del presidente de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, de remitir una carta a la ministra de Turismo, Reyes Maroto.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de la Costa, Manuel Villafaina, cifró en más de un millar de autónomos con negocios de hamacas, zonas náuticas y de ocio en el mar los que «van a pasar hambre» si el cese de la actividad afecta al verano, asegurando que al no estar dados de alta cuando el estado de alarma se han quedado fuera de las ayudas y al estar activos sólo ocho meses al año tampoco tendrán desempleo. La presidenta de la Asociación de Empresarios de Rentacar, Ana María García, añadió que esta crisis le ha coincidido a muchas empresas con la compra de nueva flota, coches que se han sumado a los miles que hay parados en la Costa: «Mantener las empresas así hasta final de año no es factible».
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Los empresarios de centros y parques de ocio, cuya asociación preside José María Yagüe, fueron los menos sorprendidos: «El verano lo dábamos ya por perdido». Este segmento atrae a más de cuatro millones de visitantes y emplea a 2.600 trabajadores.
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