Las restricciones de movilidad y horario impuestas por la Junta de Andalucía han obligado a muchos comerciantes a replantearse el horario de apertura al público y, lo que es peor, adelantar el cierre por la fuerte caída de las ventas.
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Una semana después de publicarse el decreto de Presidencia que obligaba a cerrar los negocios no esenciales a las 18.00 horas, muchos pequeños comercios han decidido hacer jornada continua y no abrir por las tardes, ya que el flujo de personas se ha reducido mucho.
La presidenta de la asociación de comerciantes del Centro Histórico, Juanibel Vera, reconoce que la situación es muy delicada y que muchos negocios están intentando aprovechar más las mañanas, que es cuando se concentra el mayor número de clientes. Explica que en algunos casos incluso no están cerrando a mediodía para adaptarse a los nuevos horarios.
«Las ventas por la mañana se mantienen, pero por las tardes han bajado mucho y los comerciantes tenemos que hacer algo», se queja Vera. Si a eso se le suma que las grandes superficies pueden vender determinados productos hasta más tarde, la situación se complica. «Necesitamos que la policía controle que no se vendan productos no esenciales después de la hora fijada porque eso nos puede matar».
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