

Secciones
Servicios
Destacamos
«Si fumar ya es malo, aún peor es no saber lo que se fuma». Así resume el médico de familia Rafael Ángel Maqueda el ... peligro que entraña para la salud el consumo del tabaco falsificado. El facultativo, que es responsable del Plan Integral contra el Tabaquismo (PITA) en el centro de salud Victoria, uno de los seis que han sido distinguidos en Málaga por su labor en esta materia, recuerda: «Quemar algo y echártelo a los pulmones ya es tóxico de por sí».
Según explica, los cigarrillos que se comercializan legalmente incorporan una sustancia adictiva, la nicotina, cuya misión es vencer las barreras naturales del organismo contra el humo. «En el caso de los falsificados, no tenemos la menor idea de lo que les echan. Al estar en manos de terceros y producirse sin supervisión ni control alguno, la sustancia adictiva puede ser cualquiera, como algún derivado del cannabis, para potenciar esa dependencia», apunta el facultativo.
El otro riesgo viene derivado también de la ausencia absoluta de controles desde el punto de vista sanitario, según el doctor. «Evidentemente, no han pasado por un proceso de estirilización o de higiene mínimos para prevenir una infección, y puede ocasionar problemas por los agentes biológicos que, sin saberlo, estás introduciendo en el organismo».
Noticia Relacionada
Además, hay que tener en cuenta que los cigarrillos legales contienen sustancias como alquitrán, nicotina o monóxido de carbono que, aun siendo dañinas para la salud, cumplen con los límites fijados por la ley. «En la producción de las falsificaciones no se tienen en cuenta estos parámetros», advierten desde la Asociación General de Consumidores (ASGECO).
Los guardias civiles de la Unidad Central Operativa (UCO), especializados en erradicar el negocio que hay detrás del tabaco falsificado y acabar con el mercado negro de estos cigarrillos, subrayan que, al no haber estudios sobre su consumo, se desconoce «si hay más o menos peligro a medio o largo plazo». Lo que sí han constado en sus sucesivas operaciones es la ausencia de medidas higiénicas. «Ellos extienden la hoja [de tabaco] en el suelo para secarla y luego la introducen en una máquina para picarla. En esos suelos hemos podido ver pequeños insectos y hasta cucarachas. Y allí no se filtra nada», cuenta uno de los responsables del Grupo de Delincuencia Económica de la UCO.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.