La familia de Sibora Gagani, la joven italo-albanesa emparedada por su exnovio en un ático de Torremolinos, solicitará a la jueza que instruye el caso que tome declaración en calidad de investigado al albañil que construyó el zulo en el que fue hallado su cadáver nueve años después.
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Tal y como ayer adelantó Diario SUR, el trabajador acudió a la comisaría de Torremolinos-Benalmádena el 7 de junio de 2023, un día después de que se localizara el cuerpo, para confesar que fue él quien levantó el muro por encargo de Marco R. G., expareja de Sibora y sospechoso también de la muerte de otra exnovia, Paula.
La acusación particular, ejercida por el abogado Juan Manuel Medina en representación de la madre de la víctima, ultima ya la solicitud para que el albañil pasé de ser un testigo de la causa a tener la condición de investigado, lo que antes se conocía como imputado.
Fuentes judiciales conocedoras del caso explicaron que en el seno de la instrucción ya se había debatido esta posibilidad, si bien la Fiscalía no ha llegado a solicitar la imputación del trabajador al considerar que el posible delito de encubrimiento ya habría prescrito, por lo que se prefirió que declarara como testigo, lo que además le obliga a decir la verdad.
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Sin embargo, el abogado que asiste a la familia sostiene que la fecha que hay que tener en cuenta para calcular la prescripción no es la de la desaparición de Sibora (el 7 de julio de 2014), sino la del hallazgo del cadáver (el 6 de junio de 2023), que es cuando se tuvo conocimiento del hecho criminal (su muerte a puñaladas).
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La acusación particular considera que el albañil habría incurrido en contradicciones en sus diferentes declaraciones en sede policial y judicial si se confrontan todas ellas con la declaración de Marco, quien no obstante lo exculpó de todo al asegurar que el trabajador no sabía nada de que el zulo que construía era para ocultar el cadáver de Sibora.
El albañil, que también es italiano, ha mantenido en todo momento que no sabía para qué quería Marco levantar ese muro ni qué pretendía esconder en él, aunque deslizó que en aquel momento pensó que podía estar tratando de deshacerse de algún arma.
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La familia de Sibora no comparte esta tesis, toda vez que había carteles con su foto por las calles alertando de su desaparición y, además, el propio trabajador admitió que sabía que la joven estaba en paradero desconocido -se lo contaron sus jefes- cuando hizo el zulo.
El albañil se desplazó a la vivienda de Marco para comprobar in situ el encargo, en concreto, un muro en la segunda planta del ático, junto al baño. Al llegar, observó que su compatriota ya había comprado todo el material necesario para la obra: ladrillos, arena y cemento.
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En esa breve conversación, siempre su relato, le preguntó a Marco por la desaparición de Sibora y él le respondió que se había marchado a Canarias. Y añadió, literalmente: «Me está tocando los huevos porque está hablando con mi ex».
El albañil aseguró a los policías que el primer día no vio nada extraño en el hueco que Marco pretendía tapiar. No había ningún objeto dentro y estaba limpio. Al día siguiente, acudió al piso y empezó a levantar el muro. Cuando ya lo tenía a medias, Marco le dijo que se tenía que ir a trabajar y ambos abandonaron la vivienda.
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Al día siguiente, cuando volvió al ático para continuar la obra, observó que había «una bolsa de plástico de grandes dimensiones» arrinconada en una de las esquinas del hueco que estaba tapiando.
El albañil asegura que le preguntó a Marco qué había en aquella bolsa, y él le respondió que era «algo que no quería que se supiera que tenía», puesto que, como se había peleado con Sibora y ésta se mantenía en contacto con su expareja, «le podía causar problemas».
Según su relato, continuó levantando el muro hasta el techo y lo enfoscó con perlita. Una vez terminado, Marco le pagó el trabajo -ya no se acordaba del precio que pactaron- y se marchó de allí.
Los policías le preguntaron si la bolsa que había en el interior del hueco era lo suficientemente grande como para esconder un cuerpo humano. El trabajador contestó que no. También dijo que no percibió ningún olor extraño ni algo anómalo en la vivienda.
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